Nueva Zelanda prohíbe los cajeros de criptomonedas y limita transferencias internacionales para frenar el crimen financiero

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Nueva Zelanda prohíbe los cajeros de criptomonedas y limita transferencias internacionales para frenar el crimen financiero

Introducción: Nueva Zelanda endurece su regulación financiera

Nueva Zelanda ha dado un paso firme en su lucha contra el lavado de dinero y el financiamiento del crimen. El gobierno anunció la prohibición de los cajeros automáticos de criptomonedas y estableció un límite de $5,000 dólares neozelandeses (aproximadamente $3,000 USD) en transferencias internacionales en efectivo sin declaración. Estas medidas buscan cerrar posibles vías de conversión de dinero ilícito en activos digitales, un problema que ha crecido junto con la popularidad de las criptomonedas.

¿Por qué Nueva Zelanda tomó esta decisión?

La ministra asociada de Justicia, Nicole McKee, explicó que los cajeros de criptomonedas se han convertido en herramientas clave para el crimen organizado. Según un informe gubernamental de abril, estos dispositivos facilitan el lavado de dinero proveniente de fraudes y el tráfico de drogas. McKee señaló que la prohibición busca «hacer más difícil convertir efectivo en criptomonedas sin dejar un rastro».

Además, el gobierno busca fortalecer la supervisión de la Unidad de Inteligencia Financiera (FIU), que ahora tendrá mayores facultades para investigar transacciones sospechosas.

Detalles de las nuevas medidas regulatorias

La medida más impactante es la prohibición total de los cajeros de criptomonedas, de los cuales operaban más de 220 en el país, según datos de Coin ATM Radar. Estos dispositivos permitían a los usuarios comprar y vender criptoactivos de forma anónima, lo que los hacía atractivos para actividades ilícitas.

Por otro lado, las transferencias internacionales en efectivo ahora tendrán un tope de $5,000 NZD sin declaración obligatoria. Esta restricción busca evitar el movimiento de grandes sumas de dinero sin supervisión.

Impacto en el ecosistema cripto y las empresas legítimas

Aunque el gobierno asegura que estas normas no están diseñadas para perjudicar a las empresas legítimas, algunos actores del sector cripto podrían verse afectados. Los cajeros automáticos de criptomonedas eran una puerta de entrada sencilla para nuevos inversores, y su eliminación podría dificultar el acceso al mercado.

Sin embargo, las autoridades insisten en que el objetivo es equilibrar la regulación sin sofocar la innovación. «No estamos relajando las normas, sino aplicándolas de manera inteligente», afirmó McKee.

Tendencia global: otros países que restringen los cajeros de cripto

Nueva Zelanda no es el primer país en tomar medidas contra los cajeros de criptomonedas:

  • Australia impuso un límite de $3,250 AUD en depósitos y retiros, además de exigir verificaciones de identidad más estrictas.
  • Spokane, EE.UU., prohibió completamente estos dispositivos después de que estafadores engañaran a residentes vulnerables, incluyendo a una viuda que perdió $282,000 USD.

Estas acciones reflejan una preocupación global por el uso de criptomonedas en actividades delictivas.

¿Qué sigue para Nueva Zelanda?

El parlamento neozelandés está evaluando dos proyectos de ley que podrían aliviar algunas cargas regulatorias para las empresas financieras. Sin embargo, la prohibición de los cajeros de criptomonedas parece ser definitiva.

La pregunta ahora es si otros países seguirán este ejemplo o buscarán enfoques alternativos para regular el sector sin frenar su crecimiento.

Conclusión: ¿Un golpe al crimen o un freno a la innovación financiera?

Las nuevas medidas de Nueva Zelanda representan un intento claro por combatir el lavado de dinero, pero también generan debate sobre su impacto en la adopción de criptomonedas.

Por un lado, podrían dificultar las operaciones de crimen organizado. Por otro, podrían limitar el acceso a una tecnología que muchos consideran el futuro de las finanzas.

La comunidad cripto seguramente tendrá reacciones divididas: algunos verán esto como una regulación necesaria, mientras que otros lo percibirán como un obstáculo a la libertad financiera. Lo cierto es que el equilibrio entre seguridad e innovación sigue siendo un desafío para gobiernos de todo el mundo.

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