Wintermute insta a la SEC: Los ‘Tokens de Red’ como Bitcoin y Ethereum no son Valores
El principal market maker Wintermute ha solicitado formalmente a la Comisión de Bolsa y Valores de EE.UU. (SEC) una guía regulatoria clara que excluya expresamente a los tokens de red de la normativa de valores. La firma advierte que su clasificación como securities podría ahogar la innovación y desplazar la actividad del sector fuera de Estados Unidos en 2025.
Introducción: Un llamado a la claridad regulatoria
La incertidumbre regulatoria continúa siendo uno de los mayores obstáculos para la adopción y el desarrollo del ecosistema cripto a nivel global, y Estados Unidos es uno de los focos principales de este debate. En este contexto, las voces que exigen un marco legal definido se multiplican. Una de las más recientes y significativas proviene de Wintermute, uno de los principales creadores de mercado del espacio, que ha realizado una petición formal a la SEC.
Esta solicitud, presentada en respuesta a una petición de comentarios de la propia agencia, plantea una cuestión fundamental para el futuro de la industria: ¿deberían los tokens nativos de una blockchain, como Bitcoin (BTC) y Ethereum (ETH), ser regulados como valores?
¿Qué son los «tokens de red»? La postura de Wintermute
En el núcleo de la argumentación de Wintermute se encuentra el concepto de «token de red». La firma los define como aquellos activos digitales que están «intrínsecamente conectados al funcionamiento de una red o protocolo descentralizado».
Más que un producto financiero de inversión, Wintermute los conceptualiza como un insumo técnico necesario, la pieza fundamental que permite el funcionamiento de una blockchain, facilitando las transacciones, incentivando la seguridad o gobernando el protocolo.
Para dejar claro el concepto, la compañía citó expresamente a Bitcoin (BTC) y Ether (ETH) como los ejemplos paradigmáticos de este tipo de tokens que, por su naturaleza, no deben ser considerados valores. La distinción no es meramente semántica, ya que conlleva profundas implicaciones legales y prácticas.
El riesgo de la mala clasificación: fuga de capitales e innovación
Las consecuencias de una potencial clasificación incorrecta por parte de la SEC serían graves. Si tokens como BTC y ETH fueran designados como valores, cada operación con ellos —desde la compraventa en un exchange hasta una transferencia entre wallets— quedaría sujeta a las estrictas y onerosas leyes de valores de EE.UU.
Esto desencadenaría un efecto dominó: los costos de cumplimiento normativo (compliance) se dispararían, la liquidez en los mercados estadounidenses se reduciría drásticamente y la competitividad internacional se erosionaría.
Wintermute lo advierte con contundencia: “Esta mala clasificación corre el riesgo de ahogar la innovación y llevar el desarrollo de blockchain y la actividad comercial fuera de los mercados estadounidenses”. Este escenario aceleraría una fuga de talento, capital y empresas hacia jurisdicciones que ofrezcan la ansiada claridad regulatoria.
Una cuestión de naturaleza: tokens de red vs. valores tradicionales
El argumento de Wintermute no se basa solo en el pragmatismo económico, sino también en una fundamentación legal. La empresa sostiene que los tokens de red no cumplen con los criterios establecidos por el test de Howey, el estándar utilizado por la SEC para determinar qué constituye un valor. La clave reside en su naturaleza.
Incluso si se negocian con fines de lucro, su función primaria es utilitaria dentro de una red. Wintermute elabora una analogía crucial: estos tokens se asemejan más a commodities (como el oro o el petróleo), coleccionables (como el arte) o bienes inmuebles.
Uno puede comprar oro o una pintura con la esperanza de que se revaloricen, pero eso no convierte a esos bienes tangibles en valores sujetos a la normativa de la SEC. Su valor deriva de su utilidad y escasez, no de la expectativa de ganancias provenientes del esfuerzo de un tercero.
Más allá de los tokens: el apoyo al ecosistema DeFi
La visión de Wintermute es amplia y abarca todo el ecosistema. En su petición, la compañía también insta a la SEC a asegurar que las finanzas descentralizadas (DeFi) puedan florecer junto a los mercados tradicionales y centralizados.
Aboga por un futuro donde ambos modelos coexistan y compitan, una dinámica que, en su opinión, promovería una mayor innovación y ofrecería más opciones a los inversores.
Es revelador que Wintermute haya expresado su apoyo a las exclusiones regulatorias ya planteadas para otros ámbitos, como las stablecoins, los memecoins y las actividades de staking. Su petición es coherente: extender esa misma claridad y exención lógica a la columna vertebral de las criptomonedas, los tokens de red.
Conclusión: El futuro de la regulación cripto en 2025
La petición de Wintermute sintetiza una necesidad crítica del sector: la claridad regulatoria. Su argumento, basado en la distinción entre un insumo técnico y un valor de inversión, presenta un marco razonable para que la regulación avance.
Los riesgos de ignorar esta distinción son palpables: la pérdida de liderazgo tecnológico y la expulsión de la innovación de Estados Unidos. A medida que avanzamos en 2025, el llamado de actores clave de la industria como Wintermute se vuelve más urgente.
La pelota está ahora en el tejado de la SEC. Escuchar estos argumentos y establecer una guía clara no es una concesión a la industria; es una condición indispensable para fomentar el diálogo constructivo, proteger a los inversores estadounidenses y, sobre todo, no quedarse irremediablemente atrás en la evolución financiera global. El futuro de la innovación en blockchain dentro de sus fronteras depende de ello.