David Sacks, Zar de Cripto de EE. UU., Niega Haber Excedido su Límite de Días Laborales ante el Escrutinio de Elizabeth Warren

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David Sacks, Zar de Cripto de EE. UU., Niega Haber Excedido su Límite de Días Laborales ante el Escrutinio de Elizabeth Warren

Una tormenta política se desata en el corazón de la administración Trump alrededor de una de sus figuras más influyentes: David Sacks, designado como el zar de cripto e inteligencia artificial. Un grupo de legisladores demócratas, encabezados por la senadora Elizabeth Warren, ha puesto en la diana su cargo, cuestionando si ha excedido el límite legal de días permitidos para su rol. Mientras su portavoz niega rotundamente las acusaciones, la controversia levanta el telón sobre una pregunta de mayor calado: ¿se está utilizando una figura gubernamental temporal para enmascarar un potencial conflicto de intereses de proporciones monumentales?

La Carta de Warren: Investigando una Posible Violación del Límite de 130 Días

La polémica gira en torno a la figura del «Special Government Employee» (SGE) o Empleado Especial del Gobierno. Este estatus, diseñado para incorporar talento externo de forma temporal, conlleva una estricta limitación: no se puede servir más de 130 días laborales al año. El propósito de esta norma es claro y vital: prevenir conflictos de intereses al garantizar que estos empleados mantengan un pie en el sector privado sin fusionarse por completo con la maquinaria estatal.

El miércoles de esta semana, un grupo de legisladores compuesto por Elizabeth Warren, otros cuatro senadores y tres miembros del Congreso, envió una carta directa a Sacks. En ella, expresaban su investigación sobre una posible violación de este límite. La misiva afirmaba: “Estamos investigando si puede haber excedido el límite de tiempo para servir en su rol temporal…”.

El cálculo es lo que aviva las sospechas. Desde la inauguración del presidente Trump el pasado 20 de enero de 2025 hasta el miércoles en cuestión, habían transcurrido 167 días laborables. Para mantenerse dentro de la ley, David Sacks necesitó haber tomado, como mínimo, 37 días libres en ese periodo. Una cifra que los legisladores consideran sustancial y merecedora de escrutinio.

La Negativa de Sacks: «Gestiona sus Días con Cuidado»

Frente a las acusaciones, la defensa del zar de la cripto no se ha hecho esperar. A través de su portavoz y en declaraciones a CNBC, el equipo de Sacks negó cualquier irregularidad. La estrategia de la defensa se basa en dos argumentos clave.

En primer lugar, se afirmó que Sacks «gestiona cuidadosamente sus días de SGE para asegurarse de permanecer bajo el límite». En segundo lugar, se destacó que los días de servicio «no tienen que ser consecutivos», lo que permite una distribución flexible y calculada a lo largo del año calendario, facilitando así el cumplimiento de la norma.

Esta réplica llegó después de que se conociera la carta de los legisladores, pero se anticipa a una respuesta formal y documentada por parte del propio Sacks a la investigación del Congreso.

¿Zar o Lobbista? La Raíz de la Preocupación de los Legisladores

Sin embargo, el debate trasciende el mero conteo de días. El núcleo de la controversia, y lo que realmente motiva la investigación, es un profundo conflicto de intereses percibido. David Sacks no es un funcionario cualquiera; es el cofundador de Craft Ventures, una firma de capital riesgo que está «profundamente invertida» en empresas de criptomonedas e inteligencia artificial.

Los legisladores acusan que Sacks, desde su puesto en la Casa Blanca, tiene el poder de impactar y moldear las políticas que regularán las mismas industrias en las que su firma tiene millones en juego. El conflicto es tan inherente que la propia Casa Blanca renunció a las restricciones éticas habituales para permitir que Sacks mantuviera sus inversiones privadas.

Este hecho es crucial para los acusadores, pues evidencia la magnitud del riesgo. Como señala la carta: “…tienes el poder de impactar como el ‘Zar de la Cripto y IA’ de la nación”. La pregunta que flota en el aire es si el Sr. Sacks sirve al interés público o al interés de su cartera de inversiones.

No es la Primera Vez: El Historial de Tensiones entre Sacks y Warren

Este enfrentamiento no es un hecho aislado, sino el capítulo más reciente de una pugna constante. A principios de este 2025, Sacks declaró haber vendido todas sus tenencias de criptomonedas antes de asumir el cargo. Elizabeth Warren, una crítica férrea de la industria y defensora de una regulación estricta, ya le había cuestionado entonces, exigiendo pruebas que corroboraran esa venta.

Warren ya había insinuado con anterioridad que la agenda de activos digitales de la administración Trump parecía estar diseñada para beneficiar directamente al expresidente y a sus aliados más cercanos en el sector. El nombramiento de Sacks en diciembre de 2024 fue celebrado por la industria, que veía en él un canal para impulsar políticas favorables de cara a las elecciones de medio término de 2026. Warren se erige así como la principal contraparte regulatoria a esta visión.

¿Qué Consecuencias Podría Enfrentar David Sacks?

El devenir de este caso es incierto. Si Sacks puede demostrar de manera fehaciente que su registro de días se mantuvo dentro del límite de 130, es probable que la investigación técnica se archive. Sin embargo, una violación comprobada podría acarrear desde una severa reprimenda pública hasta una presión insostenible para que abandone su cargo. La sombra del conflicto de intereses, independientemente del conteo de días, ya ha dañado su credibilidad.

Este medio se contactó con el equipo de Sacks para obtener su testimonio directo, pero no se recibió respuesta al cierre de esta edición, lo que indica que la historia sigue desarrollándose. Más allá de la suerte de un individuo, esta controversia podría ralentizar o reconfigurar la agenda de políticas de cripto e IA de la administración, sometiéndola a un examen mucho más riguroso.

Un Conflicto que Refleja la Batalla Regulatoria en Washington

La polémica sobre los días de trabajo de David Sacks es solo la punta del iceberg. Es el síntoma de una batalla mucho más grande y significativa: la lucha por el alma de la regulación de tecnologías emergentes en Estados Unidos. Por un lado, una industria poderosa que aboga por la innovación sin freno; por el otro, legisladores que priorizan la protección del consumidor y la estabilidad financiera.

Este caso es un microcosmos de esa tensión, donde las líneas entre el servicio público y el beneficio privado parecen difuminarse peligrosamente. La conclusión es clara: en la intersección entre la tecnología, las finanzas y el poder, la transparencia y la ética no pueden ser una mera formalidad contable de días laborables. Deben ser el principio rector inquebrantable. La credibilidad de un gobierno depende de ello.

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