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SBF se lamenta: Ceder el control de FTX fue el error que impidió salvarla, según su versión

Introducción

Desde su celda, Sam Bankman-Fried (SBF) no se lamenta por los miles de millones de dólares de los clientes que su empresa malversó, sino por una decisión que, en su opinión, selló su destino. En una entrevista desde prisión, el fundador de FTX, que cumple una condena de 25 años, asegura en 2025 que «el error más grande con diferencia fue entregar la empresa». Casi tres años después del colapso que conmocionó al mundo cripto, su declaración plantea una pregunta incómoda: ¿es este un análisis genuino o un último intento de reescribir una historia cuyas consecuencias aún resuenan en la industria?

La versión de Sam Bankman-Fried: Un salvavidas perdido

En su relato a Mother Jones, Bankman-Fried construye una narrativa de oportunidad perdida. Su mayor arrepentimiento, afirma, fue firmar los documentos que cedían el control de FTX al nuevo CEO, John J. Ray III, el 11 de noviembre de 2022.

Según SBF, minutos después de haber firmado, recibió una llamada que podría haber cambiado todo: una inversión de rescate potencial. Sin embargo, en su versión, ya era demasiado tarde. La firma era irrevocable, y con ella, se esfumó cualquier posibilidad de salvar el intercambio. Esta es la base de su lamento: un salvavidas que llegó instantes después de que él mismo hundiera el barco.

El colapso real de FTX: Malversación y el «Agujero de Alameda»

La narrativa de SBF choca frontalmente con la realidad judicial y financiera que llevó a FTX a la quiebra. El colapso no fue el resultado de un mal timing en una llamada telefónica, sino la consecuencia directa de la malversación masiva de fondos de los clientes.

El corazón del problema fue el llamado «Agujero de Alameda», donde Alameda Research, la firma hermana de FTX, utilizaba ilegalmente el dinero de los clientes del exchange para cubrir sus propias pérdidas comerciales de alto riesgo. Este agujero alcanzó la astronómica cifra de $8,900 millones, un desfalco que constituyó la base de los siete delitos graves por los que fue condenado. El error no fue ceder el control; fue haberlo perdido mucho antes, al confundir los fondos de sus usuarios con su propio capital de riesgo.

La transición de poder: ¿Quién recomendó al nuevo CEO?

Un elemento crucial que SBF omite en su relato es el contexto de esa cesión de control. Dos días antes de la declaración de bancarrota, la firma de abogados Sullivan & Cromwell (S&C), asesora de FTX, recomendó la incorporación de John J. Ray III como Oficial Jefe de Restructuración.

Fue el abogado Andrew Dietderich de S&C quien comunicó formalmente a Bankman-Fried la necesidad de este cambio de liderazgo para navegar el proceso del Capítulo 11. Esta transición, lejos de ser una rendición caprichosa, fue un movimiento legal estratégico ante un naufragio financiero de proporciones épicas. El papel de S&C, por el que ha cobrado más de $171.8 millones en honorarios hasta junio de 2024, fue objeto de una demanda por conflicto de intereses que, sin embargo, fue desestimada por un tribunal en octubre de 2024.

FTX en 2025: El camino hacia el reembolso de los acreedores

Mientras SBF reflexiona sobre su «error» desde prisión, el proceso de compensación a los acreedores avanza, dirigido por la misma gestión que él critica. En 2025, la situación es la siguiente: aunque los acreedores aún esperan más de $4,200 millones, se han logrado avances significativos.

De acuerdo con Sunil, miembro del Comité Ad-Hoc de Clientes de FTX, los desembolsos han sido clave:

  • Un primer pago de $1,200 millones en febrero.
  • Un segundo pago masivo de $5,000 millones en mayo.
  • Un tercer pago de $1,600 millones en septiembre.

Esto eleva el total distribuido a la fecha a $7,800 millones. El plan final es aún más alentador: con hasta $16,500 millones en activos recuperados, se espera distribuir otros $8,700 millones, cumpliendo con el compromiso de reembolsar al menos al 98% de los clientes con el 118% del valor de sus cuentas al momento del colapso en noviembre de 2022.

El legado de FTX: El terremoto que sacudió al ecosistema cripto

El lamento de Bankman-Fried no puede opacar el impacto catastrófico que sus actos tuvieron en toda una industria. La caída de FTX desencadenó un efecto dominó que llevó a la bancarrota a otras grandes firmas, iniciando uno de los mercados bajistas más prolongados en la historia de las criptomonedas.

El pánico y la desconfianza resultantes hicieron que Bitcoin se desplomara a un mínimo de $16,000. Este evento fue un punto de inflexión que cambió para siempre la industria, forzando una demanda global de mayor regulación, transparencia y seguridad en los exchanges, una herida que solo ahora, en 2025, comienza a cerrar.

Conclusión: La narrativa vs. la realidad

La última queja de Sam Bankman-Fried es un ejercicio de reinterpretación. Contrasta su «error» estratégico (ceder el control) con los errores reales y delitos cometidos (la malversación y la creación del «Agujero de Alameda»).

Resulta difícil creer que una sola inversión de rescate, por cuantiosa que fuera, hubiera podido tapar un agujero de casi nueve mil millones de dólares y restaurar la confianza perdida. Su declaración añade un capítulo más a su personal narrativa, pero el hecho innegable en 2025 es el progreso tangible en los reembolsos. Ese proceso, supervisado por la administración de John Ray III, avanza a pesar de todo, ofreciendo un cierre a las víctimas reales del colapso y sirviendo como un recordatorio duradero de que las consecuencias de los actos trascienden a los lamentos.

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