My First Bitcoin cierra su programa en El Salvador: El giro estratégico hacia la educación global
En el dinámico mundo de las criptomonedas, pocas iniciativas educativas habían generado tanto impacto local como My First Bitcoin en El Salvador. Sin embargo, en un giro estratégico que marca el fin de una era, la organización anunció el cierre de su oficina física en el país y la finalización de su colaboración con el Ministerio de Educación. Este movimiento no solo refleja un cambio operativo, sino que revela una transformación profunda en su misión: de educar a una nación a capacitar al mundo.
Los cimientos y logros de una revolución educativa
Fundada en 2021 por el activista y periodista estadounidense John Dennehy, My First Bitcoin emergió como una organización sin fines de lucro con un objetivo claro: democratizar el conocimiento sobre Bitcoin entre los salvadoreños. Su impacto fue inmediato y tangible. A lo largo de su operación en el territorio nacional, la organización educó presencialmente a más de 27,000 estudiantes, ofreciendo formación gratuita sobre los fundamentos de la criptomoneda.
El punto culminante de su trabajo local llegó en 2023, cuando estableció una alianza estratégica con el Ministerio de Educación para implementar el Bitcoin Diploma en escuelas públicas. Esta iniciativa, que originalmente contemplaba una implementación completa para 2024, representaba la institucionalización de la educación bitcoinera en el sistema educativo nacional.
El cambio de rumbo: De la enseñanza local a la formación global
La decisión de cerrar la oficina física en El Salvador y transicionar hacia un modelo 100% remoto señala un replanteamiento fundamental de la misión organizacional. My First Bitcoin abandona su enfoque hiperlocal para embarcarse en una ambición de escala planetaria: la capacitación de educadores y el apoyo a proyectos comunitarios en todo el mundo.
John Dennehy, fundador de la organización, explicó este cambio con una declaración reveladora: «Nuestra ambición siempre fue cambiar el mundo… ahora elevamos el impacto potencial de 6 millones a 8 mil millones de personas». Esta transición se apoyará en materiales de código abierto y herramientas de formación accesibles globalmente, democratizando el conocimiento bitcoinero más allá de las fronteras salvadoreñas.
El contexto político-económico: FMI y el replanteamiento bitcoinero
Para comprender plenamente este giro estratégico, es esencial examinar el cambiante panorama político y económico de El Salvador. La adopción de Bitcoin como moneda de curso legal en septiembre de 2021 marcó el inicio de una audaz experimentación monetaria, complementada meses después con una política de acumulación de 1 Bitcoin diario.
Sin embargo, el acuerdo alcanzado con el Fondo Monetario Internacional en diciembre de 2024, que proporcionó $1,400 millones en financiamiento, llegó con condiciones significativas: el desmantelamiento de iniciativas bitcoineras y la limitación de los planes de acumulación de BTC. Este acuerdo precipitó cambios legislativos en enero de 2025, incluyendo la reforma de la Ley Bitcoin para hacer voluntaria la aceptación de BTC por parte de las empresas.
La situación actual presenta una notable contradicción. Según el reporte del FMI de julio de 2025, El Salvador no ha adquirido nuevos Bitcoin desde el acuerdo, mientras que la Bitcoin Office reporta tenencias de 6,374 BTC, con un valor aproximado de $654.8 millones.
Implicaciones de la transición educativa
Para El Salvador, la partida de My First Bitcoin representa la pérdida de un programa educativo clave en un momento crítico de reevaluación de políticas bitcoineras. La organización había demostrado ser un puente esencial entre la innovación monetaria y la comprensión pública, y su ausencia podría afectar la adopción y educación continua sobre criptomonedas en el país.
Paradójicamente, para la educación global en Bitcoin, este cambio significa una oportunidad sin precedentes. La disponibilidad de recursos educativos gratuitos y adaptables, combinada con un enfoque en la capacitación de formadores, podría acelerar significativamente la comprensión de Bitcoin en contextos educativos diversos y distantes.
Reflexiones sobre el momento del cambio
La sincronización de esta transición no parece coincidencia. El replanteamiento de las políticas bitcoineras en El Salvador, influenciado por el acuerdo con el FMI, crea un entorno menos propicio para iniciativas educativas focalizadas exclusivamente en el contexto nacional. Al mismo tiempo, la visión de Dennehy sobre la escalabilidad global encuentra en este contexto una justificación adicional para el cambio de rumbo.
Los desafíos que enfrenta la organización en su nueva etapa son significativos: adaptar contenidos a realidades culturales y económicas diversas, mantener la calidad educativa sin presencia física y garantizar el impacto en entornos remotos representarán pruebas cruciales para el modelo descentralizado.
Conclusión: Educación sin fronteras en un mundo bitcoinero
El cierre de My First Bitcoin en El Salvador marca el final de un capítulo significativo en la historia de la educación sobre criptomonedas, pero anuncia el inicio de otro potencialmente más transformador. La transición de educar estudiantes a formar educadores representa una evolución natural hacia un modelo de mayor impacto y sostenibilidad.
En un escenario global donde la adopción de criptomonedas enfrenta constantes desafíos regulatorios y de comprensión pública, el rol de la educación se vuelve cada vez más crucial. La apuesta de My First Bitcoin por un modelo descentralizado y global podría establecer un precedente para cómo las organizaciones educativas abordan la formación en tecnologías financieras emergentes.
La pregunta que permanece es si este giro estratégico logrará replicar a escala global el éxito que obtuvo localmente, y cómo El Salvador navegará su relación con Bitcoin sin uno de sus principales aliados educativos. Lo que es seguro es que la educación sobre Bitcoin ha comenzado su propia transición hacia la descentralización.













