Regulación de Stablecoins en el Reino Unido: Críticas a la Postura ‘Desproporcionadamente Cautelosa’ del Banco de Inglaterra
En un mundo financiero cada vez más digital, las stablecoins han emergido como pilares fundamentales para los pagos modernos, combinando la agilidad de las criptomonedas con la estabilidad de las monedas tradicionales. Sin embargo, su integración en el sistema formal enfrenta desafíos regulatorios complejos. El 10 de noviembre de 2025, el Banco de Inglaterra (BOE) publicó una nueva propuesta para regular estos activos, generando reacciones encontradas en el sector.
¿Qué incluye la nueva regulación propuesta?
La propuesta del BOE introduce avances significativos respecto al borrador de 2023. Entre ellos, destacan las líneas de liquidez directas del Banco para emisores de stablecoins y la capacidad de realizar operaciones de reporto (repos) con las reservas, medidas diseñadas para garantizar estabilidad en momentos de estrés financiero.
No obstante, el núcleo de la discusión gira en torno a la definición de «stablecoin sistémica minorista»: aquella moneda estable de uso generalizado en pagos cotidianos que, por su escala, podría impactar la estabilidad financiera del Reino Unido.
Los límites de tenencia propuestos han desatado controversia: 20.000 libras para individuos y 10 millones de libras para empresas. Aunque superan los umbrales inicialmente planteados en 2023, representan una restricción considerable para adoptantes institucionales y usuarios avanzados.
Voces críticas: ¿Restricciones innecesarias?
Tom Rhodes, director de Agant, calificó al BOE como «desproporcionadamente cauteloso y restrictivo». En declaraciones recogidas por el documento, Rhodes reconoció mejoras en la propuesta, pero subrayó que el enfoque regulatorio sigue priorizando los riesgos sobre las oportunidades.
Esta percepción se amplificó en redes sociales, donde Aleksandra Huk criticó abiertamente la limitación de holdings y defendió la privacidad en las transacciones con criptoactivos.
Es crucial matizar, sin embargo, que estas restricciones aplican exclusivamente a stablecoins denominadas en libras esterlinas con potencial sistémico. Geoff Richards, de Ontology Network, aclaró que stablecoins globales como USDT o USDC, así como tokens DeFi, quedan fuera de este ámbito específico.
Perspectivas del sector: Entendiendo la cautela del BOE
Ian Taylor, asesor de CryptoUK, explicó la postura del Banco a partir de su mandato central: proteger la estabilidad financiera vinculada al sistema bancario tradicional. La preocupación subyacente es que una migración masiva de depósitos bancarios hacia stablecoins podría afectar la capacidad de los bancos para conceder créditos, un riesgo que justifica un enfoque gradual de «pasos de bebé».
Cabe destacar que la mayoría de las stablecoins no se clasificarían como sistémicas bajo estos criterios. Taylor recordó que entidades como Mastercard fueron reconocidas como sistémicas recién en 2021, lo que sugiere que el grueso de los emisores enfrentará una regulación menos estricta bajo la Autoridad de Conducta Financiera (FCA).
Problemas operativos y falta de claridad
Entre los desafíos pendientes, resalta la indefinición de los umbrales sistémicos. Tom Rhodes exigió al BOE clarificar cuándo un emisor se vuelve sistémico, un vacío que dificulta la planificación a largo plazo.
Por su parte, Ian Taylor señaló obstáculos operativos, como la complejidad de rastrear tenencias de stablecoins en transacciones secundarias —desde compensaciones laborales hasta intercambios peer-to-peer—.
Arvin Abraham, de Goodwin Procter, enfatizó la necesidad de plazos predecibles para aprobaciones regulatorias. El retraso histórico del Reino Unido es innegable: aunque regula el sector crypto desde 2017, en 2025 aún carece de un marco de licencias definitivo.
Consecuencias para la innovación
La lentitud regulatoria tiene costes tangibles. La falta de un roadmap claro impulsa a emisores y talento a jurisdicciones con marcos establecidos, como la Unión Europea o Singapur.
Factores políticos —cambios consecutivos de gobierno— y la ausencia de «campeones» en instituciones clave (Gobierno, Tesorería, FCA) explican en parte esta parálisis.
Conclusión: Equilibrio entre innovación y estabilidad
El BOE actúa con pragmatismo, priorizando controles rigurosos para stablecoins que funcionen como dinero tradicional. La industria, si bien reconoce avances, clama por mayor agilidad y menos restricciones.
El Reino Unido avanza, pero debe acelerar su adaptación regulatoria para no quedarse atrás en la competencia global. La pregunta final sigue en el aire: ¿es posible equilibrar la innovación financiera con la estabilidad del sistema tradicional?















