Bitcoin como medio de pago: BlackRock revela por qué sus clientes no apuestan por ello en 2025
En el dinámico ecosistema de las criptomonedas, Bitcoin sigue siendo el activo digital por excelencia, pero su rol evoluciona constantemente. Recientemente, Robbie Mitchnick, responsable de activos digitales de BlackRock, ofreció una perspectiva reveladora: los grandes inversores no están priorizando a Bitcoin como red de pagos global, sino como reserva de valor. Este análisis profundiza en las razones detrás de esta visión y sus implicaciones para la adopción de criptomonedas en 2025.
La visión de BlackRock sobre Bitcoin como medio de pago
Mitchnick fue claro al afirmar: «La mayoría de nuestros clientes no están considerando el caso de una red de pagos global para Bitcoin». Para explicar el potencial limitado de Bitcoin en este ámbito, utilizó el concepto de «out-of-the-money-option value upside», que se refiere a una oportunidad de alto rendimiento pero con baja probabilidad inmediata. Según Mitchnick, los inversores institucionales ven a Bitcoin principalmente como «oro digital», un refugio seguro para preservar valor, mientras que su uso para transacciones cotidianas sigue siendo una posibilidad especulativa a medio plazo.
Desafíos técnicos para Bitcoin como red de pago
Uno de los obstáculos clave señalados por Mitchnick es la escalabilidad. Aunque soluciones como la red Lightning existen, aún requieren avances significativos para ser viables a gran escala. Un informe de Galaxy Research de agosto de 2024 respalda esta postura, destacando la insostenibilidad de las capas de escalado, como los rollups, debido a problemas de velocidad, costos y descentralización. Sin mejoras técnicas sustanciales, Bitcoin no podrá competir con sistemas de pago más eficientes.
El auge de las stablecoins en el sector de pagos
Frente a las limitaciones de Bitcoin, las stablecoins han emergido como la opción preferida para transacciones. Mitchnick destacó: «Las stablecoins han sido enormemente exitosas». Estas monedas, vinculadas a activos estables como el dólar, ofrecen ventajas clave:
- Eficiencia en pagos minoristas y remesas.
- Facilidad para transacciones corporativas transfronterizas.
- Integración en la liquidación de mercados de capitales.
A diferencia de Bitcoin, las stablecoins combinan la estabilidad de las monedas tradicionales con la agilidad de la tecnología blockchain, lo que las posiciona como el instrumento dominante en el ecosistema de pagos.
Impacto en las predicciones de precio y adopción
Este cambio de enfoque ya está influyendo en las proyecciones de expertos. Cathie Wood, de ARK Invest, redujo recientemente su predicción para Bitcoin en 2030: de 1.5 millones de dólares a 1.2 millones. Wood explicó que las stablecoins están «escalando más rápido de lo esperado» y «usurpando parte del rol que pensábamos que Bitcoin jugaría». Por su parte, Reeve Collins, cofundador de Tether, va más allá al predecir que «toda moneda será una stablecoin para 2030», reflejando una migración masiva de las finanzas tradicionales hacia blockchain.
Conclusión
Bitcoin sigue siendo una pieza fundamental en el mundo de las criptomonedas, pero su futuro inmediato no está en los pagos globales. Los inversores priorizan su función como reserva de valor, mientras que las stablecoins lideran las transacciones diarias. Para que Bitcoin compita en este ámbito, deberá superar importantes barreras técnicas. Aunque la escalabilidad sigue siendo un desafío, no se descarta que, con avances futuros, Bitcoin pueda redefinir su papel en el ecosistema financiero.
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