David Sacks Desmiente al NYT: ¿‘Nothing Burger’ o Conflicto Real en la Casa Blanca?
En los pasillos del poder de Washington, donde la tecnología y la política se entrelazan como nunca antes, una nueva batalla mediática ha captado la atención pública. David Sacks, el gurú tecnológico convertido en asesor clave de cripto e inteligencia artificial de Donald Trump, se enfrenta directamente al The New York Times. Cuando el prestigioso periódico publicó un extenso reportaje sugiriendo posibles conflictos de interés en su rol gubernamental, la respuesta de Sacks fue contundente: lo calificó de «nothing burger», un término coloquial para algo sin sustancia real. Pero, ¿realmente carece de importancia o estamos ante un conflicto genuino que podría moldear el futuro de la regulación tecnológica?
¿Quién es David Sacks y Por Qué Importa?
Como cofundador de Craft Ventures, Sacks ha sido una figura central en el ecosistema tecnológico durante décadas. Su nombramiento como «zar» de cripto e IA en la administración Trump en 2025 no fue casualidad: representa la creciente tendencia de incorporar líderes tecnológicos directamente en posiciones de influencia política. Sin embargo, este acercamiento no ha estado exento de críticas. Ya en mayo de 2025, la senadora Elizabeth Warren expresaba preocupaciones sobre la posible influencia desmedida de intereses privados en políticas públicas.
Las Acusaciones del NYT Sobre Inversiones y Políticas
El reportaje del Times, publicado un domingo de 2025, presenta un análisis detallado de las inversiones retenidas por Sacks: 708 en tecnología general, 449 específicamente en IA y 20 en criptomonedas. El periódico destaca dos ejemplos particularmente reveladores:
Primero, la inversión de Craft Ventures en BitGo (manteniendo un 7.8% de participación) y su coincidencia temporal con la promoción del GENIUS Act, legislación que beneficiaría directamente a empresas del sector. Segundo, sus vínculos con compañías de IA que han experimentado aumentos significativos de valor durante su mandato. Aunque Sacks obtuvo exenciones éticas en marzo de 2025, el Times señala la falta de transparencia respecto a fechas exactas y valores de transacciones.
Sacks Acusa al NYT de Crear una ‘Narrativa Falsa’
La respuesta no se hizo esperar. A través de la plataforma X, Sacks descalificó el reportaje como «anécdotas sin sustento» que habían sido «desacreditadas en detalle». Sus abogados de Clare Locke elevaron el tono, enviando una carta que caracterizaba el artículo como un «hit piece» periodístico y sugería que los reporteros recibieron «órdenes claras» para encontrar conflictos donde no los había. Jessica Hoffman, portavoz de Sacks, reforzó esta posición afirmando que su cliente «ha cumplido escrupulosamente con todas las normas éticas gubernamentales aplicables».
¿Hasta Dónde Llega el Riesgo Real?
El análisis objetivo revela matices importantes. Por un lado, Sacks y sus socios realizaron divestimientos significativos, superando los $200 millones en activos de cripto y acciones relacionadas, de los cuales al menos $85 millones correspondían personalmente a Sacks. Sin embargo, persisten preguntas sobre inversiones ilíquidas y su interés continuo en «private equity de empresas de activos digitales».
La coincidencia entre el GENIUS Act y sus inversiones en empresas como BitGo genera legítimas interrogantes sobre la posible influencia de intereses privados en políticas públicas. La Oficina de Ética Gubernamental ha avalado su cumplimiento normativo, aunque su mandato está limitado a 130 días.
La Comunidad Cripto y la Clase Política Responden
Las reacciones no se han hecho esperar. Mientras legisladores demócratas como Elizabeth Warren han aprovechado el reportaje para criticar la administración Trump, la comunidad cripto se muestra dividida. Algunos expertos cuestionan la legitimidad de las acusaciones, señalando que Sacks sigue procedimientos establecidos, mientras otros expresan preocupación sobre el impacto en la credibilidad del ecosistema. El caso ha reavivado el debate sobre la ética en la intersección entre tecnología y gobierno.
El Dilema de los Asesores Públicos en Tecnología
Esta controversia se enmarca en un fenómeno más amplio: la creciente incorporación de figuras tecnológicas en roles gubernamentales. Esta tendencia, mientras acerca experiencia valiosa a la formulación de políticas, plantea desafíos éticos inherentes. La tensión entre inversiones privadas y decisiones públicas se ha vuelto particularmente aguda en sectores como cripto e IA, donde la regulación está en plena formación y los intereses económicos son sustanciales. Casos como el de ALT5 Sigma, mencionado en el reportaje del Times, sugieren que estas dinámicas son cada vez más comunes.
Reflexiones Finales: ¿Conflictos Inevitables en la Era Digital?
Al examinar detenidamente las evidencias, emerge un panorama complejo. Por un lado, David Sacks parece haber seguido los procedimientos éticos establecidos, realizando divestimientos significativos y obteniendo las autorizaciones correspondientes. Por otro, las coincidencias temporales y estructurales entre sus inversiones residuales y las políticas que promueve generan interrogantes legítimas sobre conflictos de interés potenciales.
La pregunta fundamental que queda flotando es si, en la era de la cripto y la IA, estos conflictos percibidos son inevitables cuando incorporamos a líderes tecnológicos en posiciones gubernamentales. ¿Estamos condenados a elegir entre experiencia técnica y pureza ética? El debate está servido, y su resolución podría determinar cómo navegamos las complejas aguas donde la tecnología, las finanzas y el poder político convergen.
La conversación continúa en redes sociales y medios especializados, donde lectores como usted pueden formar parte activa de este crucial diálogo sobre el futuro de la ética en la gobernanza tecnológica.














