OCC: ‘No hay justificación’ para tratar a bancos y cripto de forma diferente, según su máximo responsable
Durante años, la relación entre la banca tradicional y el sector de las criptomonedas ha estado marcada por la desconfianza y una regulación fragmentada. Sin embargo, un discurso reciente podría señalar un punto de inflexión crucial en esta dinámica. Jonathan Gould, el Comptroller of the Currency y máximo responsable de la Oficina del Contralor de la Moneda (OCC) de Estados Unidos, ha planteado un argumento que busca cerrar esa brecha.
Durante la Blockchain Association Policy Summit de 2025, Gould defendió que las empresas de criptoactivos que busquen un charter bancario federal deben ser evaluadas con los mismos criterios que cualquier otra institución financiera. Esta postura, que aboga por la igualdad de condiciones regulatorias, no es solo una declaración de principios; es una hoja de ruta potencial para la integración supervisada de la tecnología blockchain en el núcleo del sistema financiero.
Un llamado a la igualdad regulatoria: Las declaraciones clave de Gould
La intervención de Jonathan Gould se centró en un principio aparentemente simple pero profundamente transformador: la igualdad de trato. Su afirmación central, «No hay justificación para considerar los activos digitales de manera diferente», resuena con un peso particular al provenir de uno de los reguladores bancarios federales más importantes del país. Gould no está abogando por un relajamiento de las normas, sino por la aplicación consistente de los estándares existentes.
Su argumento se basa en una perspectiva histórica. Señala que servicios fundamentales en el debate cripto, como la custodia y salvaguarda electrónica de activos, llevan décadas formando parte del sistema financiero tradicional. Para la OCC, la tecnología blockchain representa una evolución tecnológica de estos servicios, no una ruptura tan radical que justifique un marco regulatorio completamente segregado.
La advertencia implícita en su discurso es clara: «Es importante que no confinemos a los bancos… a las tecnologías o negocios del pasado». En un mundo financiero global y digitalizado, la incapacidad de adaptación podría equivaler a una pérdida de competitividad para el sistema bancario estadounidense.
El ‘camino’ hacia un charter bancario: ¿En qué punto está el proceso?
Pero, ¿qué implica realmente este «camino» hacia la supervisión federal? Un charter bancario nacional de la OCC es una licencia que permite operar en todos los estados bajo una supervisión regulatoria federal unificada, con acceso potencial a servicios de la Reserva Federal. Es el estándar de oro de la legitimidad bancaria en EE.UU.
Este camino no es teórico; ya tiene pioneros. Anchorage Digital se convirtió en el primer banco nacional de activos digitales en 2021, sirviendo como un caso de prueba crucial. Más recientemente, en octubre de 2024, la OCC otorgó un charter preliminar a Erebor.
Estos precedentes están allanando el terreno para lo que parece ser una tendencia creciente. El propio Gould reveló un dato revelador: en lo que va de 2025, la OCC ha recibido 14 solicitudes para nuevos bancos nacionales. Esta cifra es significativa, ya que casi iguala el número total de solicitudes recibidas en los cuatro años anteriores combinados.
Entre estas solicitudes, destacan entidades con modelos de negocio novedosos o un enfoque central en activos digitales, indicando un interés sin precedentes por parte del sector cripto en ingresar al sistema supervisado.
Supervisión y escepticismo: ¿Puede la OCC manejar el riesgo cripto?
La visión de Gould, sin embargo, no está exenta de críticas. El establecimiento bancario tradicional, a través de sus asociaciones, ha expresado abiertamente su escepticismo. Las dudas se centran en la capacidad de la OCC para supervisar eficazmente los riesgos únicos asociados con los activos digitales, desde la volatilidad y la custodia técnica hasta el cumplimiento normativo en un entorno descentralizado.
La réplica de Gould se basa en tres pilares concretos:
1. Experiencia adquirida
La OCC lleva años supervisando a Anchorage Digital, lo que le ha proporcionado un conocimiento práctico invaluable sobre la gestión de un «banco fiduciario nacional nativo de cripto».
2. Innovación interna del sistema
Destaca que los bancos tradicionales ya consultan «casi a diario» a la OCC sobre sus propios proyectos piloto y productos que incorporan tecnología blockchain o criptoactivos.
3. Confianza institucional
Esta interacción constante fortalece su confianza en que la agencia posee las herramientas y el entendimiento para supervisar de manera justa y efectiva, tanto a los nuevos entrantes como a las nuevas actividades de los bancos establecidos.
Gould advierte que ceder al miedo al riesgo y bloquear esta innovación «arriesga revertir innovaciones que servirían mejor a los clientes bancarios y apoyarían las economías locales».
Más allá del discurso: Tendencias regulatorias y de mercado en 2025
La postura de la OCC no existe en el vacío. Refleja una tendencia más amplia hacia la convergencia entre las finanzas tradicionales y las digitales. A nivel global, países como Argentina están evaluando marcos regulatorios que permitirían a sus bancos tradicionales operar con criptoactivos, buscando una integración similar.
No obstante, es crucial mantener un equilibrio. Agencias de calificación como Fitch Ratings han emitido advertencias sobre los riesgos potenciales para los bancos estadounidenses con una exposición significativa a los activos digitales, recordando que la volatilidad y los desafíos operativos son reales. Esta perspectiva actúa como un contrapunto necesario al optimismo regulatorio.
Hay una ironía histórica innegable en este momento. Como sugería el título de un panel en la misma cumbre: «Crypto quería derrocar a los bancos, ahora se está convirtiendo en ellos». El ecosistema, impulsado inicialmente por una filosofía disruptiva y anti-sistema, parece estar evolucionando hacia una búsqueda de legitimidad y escala dentro del marco regulatorio existente, aunque adaptado.
Conclusión: Un año definitorio para la integración financiera
Las declaraciones de Jonathan Gould representan más que un simple cambio de tono; son un intento institucional deliberado de canalizar la innovación del sector cripto dentro de los cauces del sistema financiero supervisado. La alternativa, sugiere, no es la prohibición, sino la creación de un «camino» claro y equitativo que, de seguirse, podría acelerar la legitimación y adopción institucional de la tecnología blockchain, pero bajo estrictas normas de seguridad, solvencia y protección al consumidor propias de la banca.
El futuro que se vislumbra es el de una integración gradual, donde la distinción entre «banco tradicional» y «empresa cripto» podría difuminarse para dar paso a «instituciones financieras supervisadas» que utilicen diversas tecnologías. La pregunta abierta es si este proceso resultará en una integración fluida que fortalezca el sistema, o si generará nuevos y complejos desafíos regulatorios.
Los datos de 2025, con su pico de solicitudes de charter, indican que el movimiento ya ha comenzado. El año 2025 se perfila, por tanto, como un año potencialmente definitorio para el destino de los bancos de activos digitales en Estados Unidos y, por extensión, para la forma en que el sistema financiero global abraza la próxima ola de innovación digital.













