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Bitcoin vs. Computación Cuántica: El Debate del BIP-360 que Divide a la Comunidad en 2025

La carrera tecnológica ha abierto un nuevo frente: la intersección entre la criptoeconomía y la física avanzada. Mientras el precio de Bitcoin ronda los 87.000 dólares en 2025, una amenaza teórica —pero potencialmente existencial— para su seguridad, la computación cuántica, está generando un debate profundo y divisivo dentro de su ecosistema.

No se trata solo de una discusión técnica; es una controversia con consecuencias tangibles, como la misteriosa y pronunciada caída en el uso de la actualización Taproot. La pregunta central es: ¿debe la comunidad acelerar la adopción de una solución post‑cuántica como la propuesta BIP‑360, o estamos ante un episodio de miedo, incertidumbre y duda (FUD) prematuro?

¿Qué es la Computación Cuántica y Por Qué Amenaza a Bitcoin?

Para entender la polémica, primero hay que comprender la amenaza. Un ordenador cuántico suficientemente potente podría, en teoría, resolver ciertos problemas matemáticos con una eficiencia imposible para los ordenadores clásicos. En el contexto de Bitcoin, esto representa un riesgo para los algoritmos de firma digital que protegen las transacciones y las carteras, específicamente el ECDSA y Schnorr.

Es crucial aclarar un punto técnico, como ha destacado Adam Back de Blockstream: Bitcoin no utiliza “encriptación” para validar transacciones en la cadena de bloques. Utiliza firmas digitales. La amenaza cuántica, por tanto, no consiste en descifrar la red, sino en falsificar estas firmas, lo que podría permitir a un actor malintencionado gastar fondos ajenos. El debate actual se centra en equilibrar esta amenaza técnica a largo plazo con el riesgo inmediato de percepción y mercado.

Charles Edwards y la Urgencia de Actuar: “Quemar las Monedas No Migradas”

En un extremo del espectro se encuentran voces como la de Charles Edwards, de Capriole Investments, que abogan por una acción inmediata y decisiva. Su argumento principal es que el riesgo de mercado precede al riesgo técnico. La mera percepción de vulnerabilidad, sostiene, puede erosionar la confianza y el valor del activo mucho antes de que exista un ordenador cuántico capaz de ejecutar un ataque.

Edwards es un defensor clave del BIP‑360 (Bitcoin Improvement Proposal 360), una propuesta para implementar un nuevo estándar de firma digital resistente a la computación cuántica. Sus declaraciones son contundentes: propone una fecha límite para la implementación en 2026 y pronostica que “un 20‑30% de Bitcoin será robado por un hacker cuántico en los próximos años”. Su propuesta más radical sugiere “quemar” —hacer inaccesibles— todas las monedas que no hayan migrado a la nueva dirección segura BIP‑360 para el año 2028. El desafío, sin embargo, es monumental, ya que requiere un consenso casi universal entre desarrolladores, carteras, exchanges y operadores de nodos.

Adam Back, Samson Mow y la Crítica al “FUD Cuántico”

Frente a esta postura de urgencia, se alza el escepticismo de figuras emblemáticas como Adam Back y Samson Mow, CEO de Jan3. Para ellos, el pánico es prematuro. Adam Back argumenta que una computadora cuántica lo suficientemente estable y potente para amenazar a Bitcoin está a “décadas de distancia”, y critica que gran parte del discurso alarmista carece de fundamentos técnicos sólidos.

Samson Mow lleva el escepticismo al terreno de lo práctico, ridiculizando las capacidades actuales de la tecnología. Ha señalado que los ordenadores cuánticos de hoy “no pueden ni factorizar el número 21”, una tarea trivial para cualquier ordenador clásico. La posición de este bando es clara: la comunidad de desarrolladores de Bitcoin tiene tiempo de sobra para investigar, probar y consensuar una solución robusta sin necesidad de precipitarse impulsados por el miedo.

¿Por Qué los Usuarios Están Abandonando la Mejora de Taproot?

Mientras los expertos debaten, el mercado parece estar dando su veredicto silencioso. El analista Willy Woo ha destacado un dato preocupante: la adopción de Taproot, la mayor actualización de Bitcoin desde 2021 —diseñada para mejorar la privacidad y eficiencia— ha caído en picado. Tras alcanzar un uso en aproximadamente el 42% de las transacciones en 2024, su adopción se ha desplomado a solo alrededor del 20% en 2025.

Esta caída sin precedentes para un nuevo formato de transacción plantea una hipótesis inquietante. Los usuarios, conscientes o no del debate técnico, podrían estar migrando activamente sus fondos a formatos de dirección más antiguos (como SegWit o Legacy), bajo la percepción de que son menos vulnerables a un ataque cuántico futuro. Aunque técnicamente todos los fondos en direcciones de clave pública conocida (incluidas las antiguas) estarían igualmente en riesgo, este comportamiento refleja que la percepción del riesgo ya está influyendo en las decisiones económicas, independientemente de los matices del debate entre desarrolladores.

Investigación y Alternativas Post‑Cuánticas para Bitcoin

El BIP‑360 no es la única solución en la mesa. De hecho, la investigación para proteger a Bitcoin es diversa. En diciembre de 2024, Blockstream Research, el equipo liderado por Adam Back, publicó un trabajo sobre esquemas de firma digital post‑cuánticos basados en funciones hash.

Esta alternativa es conceptualmente diferente a la propuesta del BIP‑360. Su ventaja potencial radica en que se basa en los mismos supuestos de seguridad (la resistencia de las funciones hash criptográficas) que ya son la piedra angular de la Prueba de Trabajo de Bitcoin. Esto podría facilitar su análisis, auditoría y eventual adopción por parte de la comunidad, al percibirse como una extensión más natural de la seguridad existente. El camino no está, por tanto, predeterminado. La comunidad tiene ante sí opciones que van desde el ECDSA actual, pasando por las mejoras de Schnorr (con Taproot), hasta futuras firmas basadas en hash.

2025‑2035: Posibles Escenarios para Bitcoin y el Quantum

Mirando hacia el futuro, se perfilan varios escenarios posibles para la próxima década:

Escenario 1: Consenso Rápido

La comunidad logra un acuerdo y ejecuta con éxito la implementación de BIP‑360 o una alternativa robusta entre 2026 y 2028. Bitcoin emerge fortalecido como un activo “a prueba de futuro”, disipando dudas y consolidando su valor.

Escenario 2: Demora y Percepción

El debate técnico y de gobernanza se prolonga. La incertidumbre en el mercado crece, posiblemente reflejándose en una mayor volatilidad del precio, mientras datos como la caída de Taproot se intensifican.

Escenario 3: Avance Cuántico Acelerado

Aunque considerado menos probable a corto plazo, un avance inesperado en computación cuántica podría forzar una actualización de emergencia, poniendo a prueba la resiliencia y capacidad de respuesta de la red como nunca antes.

El simple hecho de que este debate esté ocurriendo de manera abierta y a veces contenciosa es, en sí mismo, un signo de la salud del modelo de gobernanza descentralizada de Bitcoin.

Conclusión

El debate sobre BIP‑360 y la resistencia post‑cuántica cristaliza una dicotomía fundamental: el riesgo inmediato de percepción y mercado frente al riesgo técnico a largo plazo. La alarmante caída en el uso de Taproot es una señal clara de que los usuarios comunes, el verdadero sustento de la red, ya están “votando con sus transacciones”, respondiendo a narrativas de riesgo incluso antes de que se materialice una amenaza técnica.

Bitcoin fue diseñado para cambiar de forma lenta y deliberada. Cualquier actualización de su núcleo de seguridad requiere un consenso amplio y mayoritario, un proceso que es tan importante como el resultado final. Por ello, este debate trasciende la criptografía. Es, en esencia, una prueba de fuego para la capacidad de Bitcoin de evolucionar ante desafíos existenciales sin comprometer sus principios fundacionales de descentralización, seguridad y consenso. La forma en que la comunidad navegue esta discusión en 2025 podría definir la trayectoria de la red para la próxima década.

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