Pérdidas por Hackeos en Cripto Alcanzan $3.4B en 2025: El Impacto de la ‘Caza Mayor’
La industria de las criptomonedas cerró 2025 con una cifra alarmante: $3,400 millones de dólares en activos digitales robados a través de hackeos. Según el informe anual de ciberseguridad de Chainalysis, esta es la pérdida más alta desde 2022, marcando un preocupante récord. Sin embargo, detrás de este número abrumador se esconde una realidad matizada y llena de contrastes.
El año no fue testigo de un asalto generalizado, sino de la consolidación de una tendencia: la “caza mayor” o “big game hunting”, donde unos pocos ataques colosales inflaron las estadísticas. Al mismo tiempo, emergen patrones divergentes: un aumento significativo en los ataques a carteras personales, una mejora alentadora en la seguridad del ecosistema DeFi y la evolución de una amenaza persistente: los grupos hackers patrocinados por Corea del Norte.
Este artículo analiza las claves del informe de Chainalysis, desglosando qué impulsó estas pérdidas récord y qué lecciones debemos extraer para el futuro.
El Total de $3.4B: ¿Cómo se Llegó a Esta Cifra Récord?
La distribución de las pérdidas en 2025 fue extremadamente desigual. El panorama no se caracterizó por un aumento uniforme de la criminalidad, sino por la ejecución de unos pocos golpes devastadores. La estrategia de “caza mayor” se impuso, demostrando que los atacantes están optando por la calidad sobre la cantidad, buscando objetivos con botines potencialmente astronómicos.
La Dominancia de los “Megahackeos”
La clave para entender el total del año reside en un dato crucial: solo tres incidentes representaron aproximadamente el 69% de todas las pérdidas. Este fenómeno de concentración es el verdadero motor de las cifras récord.
El caso más emblemático fue el hackeo al exchange Bybit, que resultó en un robo de $1,400 millones de dólares. Este único evento contribuyó con casi la mitad del total anual, un recordatorio brutal de la vulnerabilidad de los grandes custodios centralizados. Como señaló Andrew Fierman de Chainalysis, “Los hackeos son muy impulsados por valores atípicos (outlier-driven)… esta tendencia de ‘caza mayor’ parece estar continuando”.
La Perspectiva para 2026
Esta dinámica plantea una incertidumbre significativa para el próximo año. Chainalysis advierte que es difícil predecir si 2026 será peor o mejor, ya que todo depende de si ocurren o no uno o dos de estos “megahackeos”. La conclusión es clara: la tendencia no apunta hacia una disminución de la amenaza, sino hacia su focalización.
Los actores maliciosos están perfeccionando sus tácticas para apuntar a los eslabones más ricos de la cadena, lo que significa que la industria debe prepararse para defenderse de ataques más sofisticados y de mayor escala, incluso si su frecuencia general no aumenta.
Carteras y Llaves Privadas: El Blanco Creciente de los Hackers
Mientras los cibercriminales perseguían la “caza mayor”, el usuario individual no quedó exento del peligro. De hecho, 2025 confirmó una tendencia preocupante: los ataques dirigidos a carteras personales y la vulneración de llaves privadas se han convertido en un vector de amenaza principal y creciente.
Evolución del Porcentaje Robado
Los datos son elocuentes. Mientras que en 2022 solo el 7.3% del valor total robado provenía de carteras personales, esta proporción se disparó al 44% en 2024. En 2025, aunque el porcentaje bajó a aproximadamente el 20% del total, este descenso es engañoso.
Si se excluye el enorme hackeo de Bybit de la ecuación, cerca del 37% de las pérdidas restantes provinieron de ataques a individuos. Esto demuestra que, en términos relativos, el robo a usuarios finales sigue siendo una parte masiva y significativa del problema de seguridad.
Cantidad vs. Frecuencia
Aquí surge una paradoja clave. Si bien el monto total robado directamente de hackeos a carteras individuales disminuyó de $1.5 mil millones en 2024 a $713 millones en 2025, el número de incidentes reportados casi se triplicó en comparación con 2022.
¿Cómo se explica esto? Andrew Fierman lo aclara: “Estos montos son más pequeños porque las carteras personales individuales tienden a contener menos fondos que las grandes carteras de exchanges o protocolos DeFi”. En otras palabras, los hackers están llevando a cabo muchos más ataques, pero cada uno produce un botín menor.
Para el usuario común, la lección es que el riesgo está más distribuido y es más frecuente que nunca, subrayando la importancia crítica de la seguridad personal.
DeFi: Más Fondos, Pero Menos Hackeos (Una Tendencia Alentadora)
En medio de las noticias negativas, el informe de Chainalysis destaca un rayo de esperanza: el ecosistema de las finanzas descentralizadas (DeFi) está mostrando signos tangibles de madurez en materia de seguridad. Esto es particularmente notable dado el contexto de mercado: el Valor Total Bloqueado (TVL) en DeFi se sitúa alrededor de $119,000 millones (según DefiLlama), más del doble que los mínimos registrados en 2023.
La “Divergencia Histórica”
Históricamente, un aumento en el TVL de DeFi iba de la mano con un incremento en el volumen de hackeos. En 2025, esta correlación se rompió. Chainalysis señala que “el nivel sostenidamente más bajo de hackeos en DeFi… representa un cambio significativo”. A pesar de que hay más valor bloqueado en los protocolos que nunca, los atacantes no lograron explotarlos con la misma eficacia que en años anteriores.
Posibles Causas de Esta Mejora
Dos factores principales podrían explicar esta divergencia positiva. En primer lugar, las medidas de seguridad en los protocolos DeFi han mejorado notablemente. Auditorías más rigurosas, mejores mecanismos de consenso, el establecimiento de fondos de seguro y una cultura de desarrollo más consciente de los riesgos están dando sus frutos.
En segundo lugar, parece haber un cambio en el foco de los atacantes. Ante la mayor fortificación de DeFi, los cibercriminales están redirigiendo sus esfuerzos hacia lo que perciben como eslabones más débiles: los servicios centralizados (como los exchanges) y, como vimos, las carteras personales. Este progreso demuestra que la inversión y el aprendizaje colectivo en seguridad pueden, efectivamente, fortalecer el ecosistema.
Corea del Norte en 2025: Mayor Sofisticación, Botines Más Grandes
Si hay un actor que personifica la amenaza persistente y en evolución, es Corea del Norte. Los grupos hackers patrocinados por el estado, principalmente Lazarus Group, tuvieron un año excepcionalmente lucrativo en 2025. Robaron un estimado de $2,020 millones en cripto, lo que representa un aumento de $681 millones con respecto a 2024.
Nuevas Tácticas y Enfoque
La estrategia norcoreana evolucionó hacia una mayor sofisticación y paciencia. Una táctica destacada fue la infiltración de trabajadores de TI dentro de proyectos Web3, un método que permite el acceso privilegiado y el robo desde dentro. Este enfoque refleja un cambio clave: ejecutaron menos ataques en número, pero cada uno fue mucho más dañino. Chainalysis atribuye esto a una planificación más meticulosa y a la búsqueda deliberada de “golpes mayores”.
La Carrera Armamentística Cibernética
La situación se asemeja a una carrera armamentística. Andrew Fierman lo expresa con claridad: “El régimen está entrenando y desarrollando tácticas nuevas…”. Mientras la industria blockchain aprende de los errores pasados y fortalece sus defensas, los actores patrocinados por estados como la RPDC también evolucionan, adaptan sus métodos y aumentan sus capacidades.
Esto los convierte en una amenaza de alto nivel, persistente y bien financiada, que eleva el listón de riesgo para todo el ecosistema global de cripto.
Conclusiones Clave: ¿Qué Nos Deja el 2025 en Ciberseguridad Cripto?
El informe de Chainalysis para 2025 pinta un panorama complejo, del cual podemos extraer lecciones fundamentales:
1. El éxito atrae la amenaza: El crecimiento y la adopción de las criptomonedas las han hecho un objetivo más jugoso, atrayendo ataques de una escala antes impensable, como lo demuestran los megahackeos.
2. Un doble frente de batalla: Los participantes del ecosistema deben defenderse en dos frentes. Por un lado, de las amenazas sistémicas (la caída o hackeo de una plataforma centralizada). Por otro, de las amenazas individuales (el compromiso de su propia clave privada a través de ingeniería social o malware).
3. El progreso es posible: La mejora en la seguridad de DeFi es la prueba tangible de que la inversión en auditorías, mejores prácticas de desarrollo y mecanismos de respuesta dan resultados. Es un faro que muestra el camino a seguir.
4. La amenaza geopolítica es real y adaptable: Corea del Norte sigue siendo un factor desestabilizador de primer orden, demostrando una capacidad alarmante para innovar y financiar sus operaciones a través del robo de cripto.
Reflexión Final
Para inversores y usuarios, el mensaje es reforzar la higiene de seguridad personal: utilizar billeteras frías (hardware wallets) para cantidades significativas, habilitar la autenticación de dos factores en todos los servicios, y ser extremadamente cautelosos con los enlaces y las solicitudes de conexión.
Para proyectos, protocolos y exchanges, la lección es que la inversión en seguridad no es un gasto opcional, sino un requisito fundamental para la supervivencia y la construcción de confianza a largo plazo.
2025 fue el año de la “caza mayor”. 2026 se perfila como el año en el que la batalla entre la sofisticación creciente de los atacantes y las defensas en evolución del ecosistema se intensificará aún más. La preparación y la vigilancia continua no son una opción, son la única defensa.













