Bitcoin Quedará Fuera: La Política Fiscal de EE.UU. Amenaza su Uso Como Dinero Electrónico
En el panorama regulatorio de las criptomonedas en Estados Unidos, un debate fiscal aparentemente técnico podría definir el futuro de Bitcoin. Mientras el Congreso avanza en 2025 en la elaboración de normas claras, una propuesta inicialmente prometedora está tomando un rumbo que preocupa profundamente a los defensores de la criptomoneda original. La advertencia es clara y proviene de una fuente clave: la exclusión de Bitcoin de una exención fiscal crucial podría ser un “error grave” que consolide para siempre su papel como mera reserva de valor, truncando su potencial como medio de intercambio cotidiano.
Bitcoin Policy Institute Advierte sobre Exclusión Fiscal: Un Golpe a la Adopción
El Bitcoin Policy Institute (BPI), un influyente grupo de defensa centrado en Bitcoin, ha encendido las alarmas. A través de una publicación en X, Conner Brown, Jefe de Estrategia del BPI, alertó sobre una interpretación restrictiva que está ganando terreno en las discusiones legislativas actuales. Según Brown, “la legislación fiscal De Minimis podría limitarse solo a las stablecoins, dejando las transacciones cotidianas de Bitcoin sin exención”. Su conclusión es contundente: de materializarse esta exclusión, sería un “error grave”. Esta advertencia sitúa el debate no solo en lo técnico, sino en la visión misma del futuro del dinero digital en Estados Unidos.
Proyecto de Ley Lummis: Exención para Transacciones Pequeñas, Límites y Detalles
Para entender la magnitud del problema, debemos comprender la propuesta. El concepto de umbral de minimis es simple: es una exención de impuestos sobre las ganancias de capital para transacciones pequeñas. Su objetivo es eliminar la pesada carga contable de calcular minusvalías y plusvalías por cada café o suscripción pagada con cripto, fomentando así su uso como medio de pago.
La senadora Cynthia Lummis presentó en julio de 2024 un proyecto de ley integral que incluía esta idea. Su propuesta establecía un límite de 300 dólares por transacción y un tope anual agregado de 5.000 dólares en transacciones libres de impuestos. La iniciativa también contemplaba otros beneficios, como exenciones para donaciones caritativas con cripto y un diferimiento de impuestos para las recompensas de la minería Proof-of-Work y el staking.
Sin embargo, el punto crítico que revela el BPI es que, en las negociaciones de 2025, se estaría considerando acotar esta exención exclusivamente a las stablecoins vinculadas al dólar, como USDC o USDT. Bitcoin, y por extensión otras criptomonedas con volatilidad de precio, quedarían expresamente fuera.
Estables vs. Volátiles: El Absurdo Debate Fiscal Según los Críticos
Esta posible distinción ha generado perplejidad y críticas. El argumento en contra es lógico: las stablecoins están diseñadas precisamente para no fluctuar. Una transacción de 100 dólares en USDC hoy, en teoría, sigue valiendo 100 dólares mañana. Por tanto, la ganancia de capital es mínima o nula. Como señaló Marty Bent del podcast Tales from the Crypt, “¿Por qué necesitarías una exención fiscal De Minimis para stablecoins? No cambian de valor. Esto no tiene sentido”.
La pregunta retórica es inevitable: si el propósito declarado de la norma es aliviar la carga del cálculo de ganancias de capital en microtransacciones, ¿por qué priorizar en la exención a los activos que apenas generan dichas ganancias? Esta aparente contradicción sugiere que el impulso regulatorio podría estar más alineado con integrar una versión digital del dólar tradicional que con fomentar la innovación de un nuevo sistema monetario descentralizado como Bitcoin.
Sin Exención, Bitcoin Pierde su Función de “Efectivo Electrónico”
Aquí radica el meollo del problema para la comunidad Bitcoin. La criptomoneda fue concebida en su libro blanco de 2008 como un “sistema de efectivo electrónico peer-to-peer”. Sin embargo, en 2025, esa visión choca con dos barreras principales: las tarifas y tiempos de la capa base, y, de manera crucial, el tratamiento fiscal.
Cada vez que un usuario gasta Bitcoin para comprar un bien o servicio, debe calcular y declarar la ganancia o pérdida de capital respecto al precio al que lo adquirió. Esta carga administrativa hace que, en la práctica, sea más racional desde el punto de vista fiscal acumular BTC (la estrategia HODL) y recurrir a préstamos en moneda fiduciaria usando Bitcoin como colateral para gastos, en lugar de gastar los bitcoins directamente.
Los defensores argumentan que una exención de minimis eliminaría este obstáculo clave. Al liberar de impuestos a las transacciones pequeñas, se incentivaría el uso de Bitcoin para compras diarias —desde un café hasta bienes digitales—, acercándolo por fin a su propósito original de medio de intercambio. Sería el primer paso fiscal para sentar las bases de un futuro “estándar Bitcoin”.
Lightning Network y el Futuro de los Pagos con Bitcoin
Es cierto que la innovación técnica avanza para resolver otros inconvenientes. La Bitcoin Lightning Network, una capa de pagos secundaria, permite transacciones instantáneas y con tarifas ínfimas, ideal para micropagos. Sin embargo, ni siquiera Lightning puede sortear el escollo fiscal. Una transacción de una fracción de bitcoin para pagar un café a través de Lightning sigue constituyendo un evento imponible si el valor de ese bitcoin ha aumentado desde que el usuario lo compró.
La conclusión es clara: la innovación técnica (Lightning) necesita un marco legal favorable (la exención de minimis) para florecer plenamente. Sin esta simbiosis, la visión del “efectivo electrónico” peer-to-peer seguirá coja, independientemente de lo eficiente que sea la tecnología subyacente.
Un Momento Decisivo para la Adopción de Bitcoin en EE.UU.
Nos encontramos ante un momento decisivo. Una propuesta legislativa bienintencionada, como la de la senadora Lummis, está en riesgo de ser interpretada de una manera que beneficie principalmente a las stablecoins —vistas como una mera extensión digital del sistema monetario tradicional— y margine a Bitcoin. Esta decisión definirá si Estados Unidos fomenta un nuevo paradigma monetario descentralizado o simplemente digitaliza el antiguo.
La advertencia del Bitcoin Policy Institute no debe tomarse a la ligera. La dirección que tomen los legisladores en 2025 tendrá un impacto profundo y duradero en el tipo de innovación financiera que prospere en el país. Como nota reveladora, se informa que Cointelegraph contactó al BPI para obtener más comentarios, pero no obtuvo respuesta al momento de la redacción de la noticia original. Este silencio no es de desinterés, sino un indicador de que el debate está activo, es intenso y su resultado aún está por escribirse. El futuro de Bitcoin como dinero electrónico pende de un hilo fiscal.














