Cypherpunk: ¿Están Muriendo los Valores Fundacionales de la Cripto? Una Llamada a la Acción en 2025
Mi abuelo nunca confió en los bancos. Veterano de guerra y testigo de crisis, su filosofía financiera era simple y tangible: el efectivo era rey. Recuerdo, siendo niño, la mezcla de asombro e incredulidad al descubrir pequeños fajos de billetes escondidos tras un ladrillo suelto en la pared del garaje. Para mí, criado en la promesa de la seguridad digital, aquello parecía una excentricidad arcaica, un vestigio de un tiempo pasado. No fue hasta años después, al adentrarme en el mundo de las criptomonedas y su ethos fundacional, cuando comprendí la profunda lección que encerraba aquel acto. Mi abuelo, sin saberlo, era un cypherpunk. Encarnaba el deseo visceral de privacidad financiera y autosoberanía que dio origen a este movimiento.
Hoy, en 2025, esos valores fundamentales —privacidad, autosoberanía y descentralización—, el mismo ADN que hizo palpitar el corazón de Bitcoin y la promesa blockchain, se erosionan a un ritmo alarmante en nuestra sociedad hiperconectada. La paradoja es dolorosa: la tecnología creada para emanciparnos parece navegar hacia aguas donde estos principios se diluyen. Ante este panorama, Cointelegraph lanza “Not Dead Yet”, una serie semanal que busca ser un faro de discusión y resistencia. Porque, aunque debilitados, estos pilares no han muerto. Y su defensa es más crucial que nunca.
De la Privacidad por Defecto a la Vigilancia por Diseño: Una Breve Historia
La época de mi abuelo operaba bajo un paradigma diferente. La privacidad, especialmente en la vida cotidiana, se consideraba un derecho humano básico, la línea de base de una sociedad libre. La vigilancia era una excepción, física, costosa y limitada. Un caso emblemático es el de Harry Willcock en 1950, un ciudadano británico que se negó a mostrar su carnet de identidad a un policía, argumentando que no era obligatorio. Su famosa frase, “Soy un inglés libre”, y la multa que recibió, simbolizan una era de “oscuridad práctica”: la capacidad de moverse y actuar sin dejar un rastro permanente y cruzado.
Contrastemos eso con 2025. La línea de base se ha invertido. La vigilancia masiva —la cosecha, venta y análisis constante de nuestros datos— es el modelo de negocio por defecto de la era digital. La “oscuridad práctica” ha desaparecido, reemplazada por registros digitales permanentes, interconectados y a menudo inescrutables. La desconfianza instintiva de mi abuelo hacia los sistemas centralizados, que yo malinterpreté como paranoia, era en realidad una intuición preciosa de un valor que hoy se ha vuelto radical: el derecho a una esfera privada.
Privacidad, Autosoberanía y Descentralización: ¿Por Qué se Desvanecen los Pilares de la Cripto?
Esta erosión se manifiesta en los tres pilares cypherpunk:
A. La Privacidad Demonizada
Hoy, buscar privacidad financiera en blockchain suele levantar sospechas. Cuando herramientas como los mixers se discuten, el debate rápidamente se envenena. Un ejemplo claro fue la crítica pública que recibió Vitalik Buterin, cofundador de Ethereum, por realizar una donación utilizando tecnología de privacidad. Su respuesta fue clara y poderosa: “La privacidad es normal”. Esta frase desmonta la falacia más común: la idea de que “si no tienes nada que ocultar, no tienes nada que temer”, o su corolario, “querer privacidad implica culpabilidad”. Como argumenta Susie Violet Ward de Bitcoin Policy UK con una analogía perfecta: “Tienes cortinas en tu casa, ¿no?”. La privacidad no es sobre esconder actos ilícitos; es sobre establecer límites saludables entre el individuo y el poder, ya sea estatal o corporativo. Eric Hughes ya lo definió en el “Manifiesto Cypherpunk” de 1993: “La privacidad no es el secreto. Un asunto privado es algo que no quieres que todo el mundo sepa, pero un secreto es algo que no quieres que nadie sepa. La privacidad es el poder de revelarse selectivamente al mundo”.
B. La Autosoberanía en Retirada
Nuestra agencia sobre lo digital y lo físico se reduce. En identidad, enfrentamos una cultura del “papeles, por favor” digital para acceder a cualquier servicio centralizado. Nuestros datos son una mercancía sobre la que tenemos un control mínimo; la lucha por el “derecho al olvido” es una batalla legal reactiva y compleja, no un control proactivo. Incluso en lo físico, debemos legislar el “derecho a reparar” nuestros dispositivos, luchando contra los “jardines amurallados” de los fabricantes. La autosoberanía, la idea de ser dueño de tu identidad, tus activos y tus decisiones, retrocede frente a la comodidad de la custodia delegada.
C. La Descentralización Pragmática Amenazada
El ideal de un campo de juego abierto, resistente a la censura y justo, choca constantemente con la realidad de sistemas financieros, de datos y de plataformas que tienden a la centralización. La promesa de la tecnología blockchain nació como antídoto a esto, pero su adopción y evolución a menudo tensionan estos principios fundacionales.
Not Dead Yet: La Nueva Serie de Cointelegraph que Enciende la Llama Cypherpunk
Frente a este diagnóstico, la respuesta no puede ser la resignación. Es la conversación, la educación y la resistencia. Por eso, Cointelegraph lanza “Not Dead Yet”, un foro semanal para los “disidentes digitales”, los constructores y los preocupados por el futuro de la libertad en internet.
Presentada por Robert Baggs, esta serie, que estrena el jueves 8 de enero de 2025, reunirá a expertos, visionarios y pioneros que están luchando por preservar y construir un futuro más privado y soberano. Su objetivo es claro: examinar cómo sobreviven y se adaptan los valores cypherpunk en una sociedad que, en 2025, parece “cada vez más centralizada y orientada a la vigilancia”. El título mismo es un acto de desafío y esperanza: “Los valores cypherpunk están muriendo. Pero aún no están muertos (‘Not Dead Yet’)”.
Reivindicando lo “Normal”
El viaje desde la sabiduría instintiva de mi abuelo, escondiendo su efectivo, hasta la compleja batalla tecnofilosófica de hoy, nos deja una lección clara. Necesitamos reclamar la normalidad de estos principios. La privacidad ES normal. La autosoberanía ES un derecho. Un entorno descentralizado y resistente ES deseable para una sociedad abierta. Estos no son conceptos para nichos técnicos o para quienes tienen algo que ocultar; son los cimientos de la libertad individual en el siglo XXI.
Te invito a reflexionar: ¿Qué tanto valoras tu privacidad digital? ¿Hasta dónde cedes tu soberanía por comodidad? Y, sobre todo, ¿estás dispuesto a informarte y ser parte de la conversación para defender estos principios antes de que su erosión sea irreversible? Sigue “Not Dead Yet”. Aprende, inspírate y únete al debate. Porque la lección del abuelo, al final, no era sobre el efectivo. Era sobre la libertad. Y esa batalla, ahora digital, sigue más viva que nunca.















