Acciones Tokenizadas: La ESMA advierte sobre el «riesgo de incomprensión» para los inversores en 2025

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Acciones Tokenizadas: La ESMA advierte sobre el «riesgo de incomprensión» para los inversores en 2025

La promesa es tentadora: comprar una fracción de Tesla o Apple a cualquier hora, cualquier día de la semana, desde una aplicación sencilla. Plataformas como Robinhood y Coinbase han popularizado esta oferta, atrayendo a una nueva generación de inversores hacia las llamadas acciones tokenizadas. Pero, ¿esta innovación es demasiado buena para ser verdad? La Autoridad Europea de Valores y Mercados (ESMA) ha alzado la voz para advertir que, detrás de la comodidad, se esconden riesgos significativos que todo inversor debe comprender.

Más que una criptomoneda: ¿Cómo funcionan las acciones tokenizadas?

Una acción tokenizada es, en esencia, una representación digital de una acción tradicional. Su valor está vinculado al precio del activo subyacente; por ejemplo, un token puede equivaler a una acción completa de NVIDIA o a una fracción de la misma.

El mecanismo técnico implica que una entidad intermediaria o un «vehículo de propósito especial» custodia las acciones reales y, posteriormente, emite los tokens correspondientes en una blockchain. Los beneficios son claros: acceso a mercados las 24 horas del día, los 7 días de la semana, la posibilidad de invertir pequeñas cantidades en empresas de alto valor (fractionalisation) y una potencial mayor eficiencia en la liquidación de operaciones.

La letra pequeña: Lo que tu token no te da

Sin embargo, la advertencia de la ESMA, articulada por su directora ejecutiva, Natasha Cazenave, en una reciente conferencia en Dubrovnik, apunta al corazón del problema: la pérdida de derechos. La posesión de estos tokens normalmente no confiere los derechos inherentes a ser accionista. Esto significa que, aunque se beneficie de la subida del precio, el inversor probablemente pierda:

  • El derecho a voto: No podrá participar en las juntas de accionistas.
  • El derecho a dividendos: Su percepción no está automáticamente garantizada y depende entirely de la estructura legal del producto tokenizado.

Como señaló Cazenave con precisión: «Si están estructurados como reclamaciones sintéticas en lugar de propiedad directa, esto puede crear un riesgo específico de incomprensión por parte del inversor». El riesgo fundamental es la confusión: creer que se está comprando la acción directamente cuando, en realidad, se adquiere un producto derivado o una reclamación sintética sobre ella.

Un mercado incipiente: La iliquidez de la tokenización en 2025

A pesar de los experimentos llevados a cabo por instituciones de la UE desde 2019, el mercado de activos tokenizados sigue siendo embrionario. Cazenave lo describió sin ambages: «…la mayoría de las iniciativas de tokenización siguen siendo pequeñas y en gran medida ilíquidas».

En la práctica, esto se traduce en que muchas emisiones son privadas y se mantienen en cartera hasta su vencimiento, con una capacidad limitada para comprar o vender tokens rápidamente sin afectar su precio. A esto se suma el desafío técnico de la falta de interoperabilidad entre las distintas plataformas blockchain.

Innovación sí, pero con reglas claras: El enfoque de la ESMA

La postura del regulador europeo no es de rechazo, sino de cautela extrema. La ESMA se declara «partidaria de seguir explorando lo que las nuevas tecnologías pueden aportar» al sector financiero. No obstante, deja claro que su máxima prioridad es la protección del inversor y la estabilidad de los mercados, por encima de la mera innovación.

Este equilibrio se busca dentro de marcos regulatorios específicos como el Piloto Blockchain de la UE, que permite probar estos productos con exenciones controladas, y el pivotal Reglamento MiCA (Mercados de Criptoactivos), que sienta las bases para una supervisión armonizada. El potencial de la tokenización para mejorar la interoperabilidad, la transparencia y la eficiencia transfronteriza solo se hará realidad bajo un marco legal robusto.

Los gigantes se lanzan al ruedo: Ejemplos reales en 2025

El escenario actual ya cuenta con actores relevantes. Robinhood lanzó su servicio de acciones tokenizadas en la Unión Europea el año pasado, enfrentándose de inmediato al escrutinio de algunas empresas y estados miembros. Kraken también ha incursionado en este campo, aunque evitando deliberadamente, por ahora, los complejos mercados de EE. UU. y la UE.

Por su parte, Coinbase busca activamente la aprobación regulatoria para su producto, adoptando un enfoque más prudente. Esta carrera no ha pasado desapercibida; la Federación Mundial de Bolsas también ha instado a los reguladores a actuar para garantizar la claridad y equidad en este nuevo espacio.

Conclusión: Un camino por delante lleno de promesas y precauciones

El futuro de la tokenización de activos es una dualidad. Por un lado, encierra una promesa transformadora de accesibilidad y eficiencia para los mercados financieros. Por el otro, presenta riesgos tangibles de pérdida de derechos, iliquidez y, sobre todo, de confusión por parte de los inversores.

La recomendación final no puede ser más clara: es imperativo que cualquier persona interesada en estos productos lea la letra pequeña y comprenda exactamente qué está adquiriendo. No es una acción tradicional, sino un producto financiero complejo basado en ella. El despliegue a gran escala de esta tecnología dependerá de una regulación evolutiva y de la transparencia absoluta de sus proveedores. En 2025, la educación del inversor es más crucial que nunca.

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