Australia y los Cripto-Cajeros: ¿Hacia una Prohibición? Todo sobre el Nuevo Poder de AUSTRAC
Australia se ha consolidado como un epicentro global inesperado para los cajeros automáticos de criptomonedas. Sin embargo, este crecimiento exponencial ha encendido las alarmas en los más altos niveles del gobierno. En un movimiento que marca un punto de inflexión en la política digital del país, el Ministro de Ciberseguridad y Asuntos Internos, Tony Burke, ha anunciado un borrador de ley que otorga poderes sin precedentes al regulador financiero AUSTRAC.
La medida no implica una prohibición inmediata, pero sí coloca una potente herramienta disuasoria sobre la mesa. Esto nos lleva a plantear una pregunta crucial para el ecosistema cripto: ¿está amenazado el futuro de los cripto-cajeros en Australia?
¿Qué Propone Realmente el Gobierno Australiano?
La iniciativa fue presentada en un foro de gran relevancia: el National Press Club. Desde allí, Tony Burke desveló los detalles de una propuesta legislativa que busca dotar a AUSTRAC de la facultad de restringir o prohibir directamente lo que denomina «productos de alto riesgo». Y en esta categoría, los cripto-cajeros han sido explicitados como un blanco central.
La postura del gobierno no es de condena generalizada, sino de extrema precaución. El propio Burke lo expresó con claridad: «No pretendo que todo el que usa un cripto-cajero sea un problema, pero proporcionalmente lo que está sucediendo es un problema significativo», afirmó, destacando que este ámbito es «mucho más difícil para nosotros rastrear».
¿Por qué Consideran a los Cripto-Cajeros de «Alto Riesgo»?
La justificación del gobierno se centra en la batalla contra el lavado de activos. Si bien se reconoce que los cajeros tradicionales también son utilizados para actividades ilícitas, la naturaleza de las transacciones con criptoactivos presenta un desafío único para las autoridades.
La dificultad para rastrear el flujo de fondos ilícitos de manera eficiente y en tiempo real es la piedra angular de la preocupación gubernamental. Este riesgo percibido como más elevado y menos controlable se ve agravado por un dato contundente: Australia ha pasado de albergar apenas 67 cripto-cajeros en agosto de 2022 a superar los 2.008 en 2025, situándose como el tercer hub mundial, solo por detrás de Estados Unidos y Canadá.
Los Proveedores de Cripto-Cajeros Defienden su Postura
Frente a la iniciativa gubernamental, la industria ha respondido con un argumento claro: ya operan bajo un marco regulatorio. Empresas líderes como Localcoin (con 868 cajeros), Coinflip (682) y Bitcoin Depot (267) sostienen que su operativa es transparente y segura.
Un portavoz de Coinflip ha sido enfático al señalar que cumplen rigurosamente con los procedimientos de Conozca a Su Cliente (KYC), exigiendo identificación gubernamental antes de cualquier transacción. Además, destacan la implementación de medidas de seguridad como cámaras, análisis preventivo de la blockchain y advertencias contra estafas.
La postura de la industria es que ya son un sector regulado, recordando las redadas de AUSTRAC en 2023 y el establecimiento de nuevas reglas y límites en junio de 2024.
¿Por qué no una Prohibición Directa?
La estrategia del gobierno es, sin duda, calculada. En lugar de decretar una prohibición general, opta por empoderar al regulador. ¿La razón? Evitar un costoso y prolongado desafío legal por parte de una industria con recursos considerables.
Tony Burke lo dejó claro: «Les daremos el poder para poder restringir o prohibir esos dispositivos». Este enfoque otorga a AUSTRAC una flexibilidad estratégica, permitiéndole actuar con precisión frente a operadores específicos que no cumplan, o incluso prepararse para regular productos de tecnología financiera que puedan emerger en el futuro, más allá de los cripto-cajeros actuales.
Australia en el Mapa Regulatorio Global de las Criptomonedas
Al observar el contexto internacional, el caso de Nueva Zelanda, que prohibió los cripto-cajeros en 2024, sirve como un precedente regional inmediato. La medida australiana se inscribe en esta tensión global entre la innovación financiera y la imperiosa necesidad de proteger el sistema del lavado de dinero.
En conclusión, el borrador de ley sitúa a AUSTRAC en una posición de autoridad sin precedentes, estableciendo un delicado equilibrio. El futuro de los cripto-cajeros en el país dependerá de la capacidad de la industria para demostrar que su autorregulación es eficaz y de la percepción de riesgo que tenga el regulador.
Australia no cierra la puerta a la criptoeconomía, pero coloca una vigilancia extrema en uno de sus accesos más físicos y polémicos, un movimiento que sin duda será observado con lupa por otros gobiernos del mundo.