Banco de Canadá advierte: «Implementen un marco para stablecoins o serán arrollados»

Ayudanos a compartir esta información

Banco de Canadá advierte: «Implementen un marco para stablecoins o serán arrollados»

«Incluso si vas por el buen camino, te arrollarán si te sientas allí». Esta contundente advertencia, una cita atribuida a Will Rogers, fue la elegida por Ron Morrow, Director Ejecutivo de Pagos, Supervisión y Control del Banco de Canadá, para dirigirse a los reguladores de su país. El mensaje, pronunciado a principios de 2025, no puede ser más claro: la inacción tiene un coste. Pero, ¿qué es lo que amenaza con «arrollar» a una de las economías más estables del mundo? La respuesta reside en la vertiginosa evolución del dinero digital y, específicamente, en la urgente necesidad de regular las criptomonedas estables o stablecoins.

La urgencia de regular: la postura del Banco de Canadá

El discurso de Morrow no fue una mera reflexión, sino un llamado directo a la acción dirigido a los organismos federales y provinciales. Su exigencia central es la creación de un marco político específico que aborde la realidad de las stablecoins. La postura del Banco de Canadá se basa en un principio fundamental: para que estos activos digitales puedan ser considerados dinero, deben garantizar la misma seguridad y estabilidad que el saldo de una cuenta bancaria tradicional. Sin una regulación que mitigue los riesgos de liquidez y crédito, esto es imposible.

El argumento trasciende la mera estabilidad financiera interna. Se trata de una cuestión de competitividad global. Morrow alerta de que, sin un marco claro, Canadá se arriesga a quedarse irremediablemente atrás en la transformación digital del sistema de pagos. Un dato crucial subraya esta vulnerabilidad: según la firma RWA.XYZ, el mercado de stablecoins está actualmente dominado en su abrumadora mayoría por tokens vinculados al dólar estadounidense. La inacción canadiense, por tanto, podría equivaler a ceder soberanía monetaria.

El ‘Stablecoin Summer’ y la carrera regulatoria global

La advertencia de Morrow no es alarmista; es una respuesta pragmática a un fenómeno global imparable. La industria habla de un «Stablecoin Summer» o verano estable, un término que denota un renacimiento y una adopción masiva de estos activos. Este nuevo impulso no es espontáneo. Tuvo su catalizador principal en la aprobación de la Ley GENIUS en Estados Unidos a finales de 2024. Esta legislación histórica allanó el camino para una emisión regulada de stablecoins en la mayor economía del mundo.

Canadá no compite solo con su vecino del sur. Jurisdicciones como Australia también avanzan a toda velocidad, con su Comisión de Valores e Inversiones (ASIC) facilitando las reglas de licencias para distribuidores. Como bien señaló Morrow, «muchas jurisdicciones en todo el mundo ya tienen, o pronto tendrán, un marco regulatorio para los criptoactivos». La carrera está en marcha.

El giro estratégico: por qué Canadá abandonó su CBDC

Este urgente llamado a regular activos privados representa un giro estratégico significativo para el Banco de Canadá. Hace apenas unos años, el organismo centraba sus esfuerzos en investigar y desarrollar su propia moneda digital de banco central (CBDC). Sin embargo, en septiembre de 2024, el banco anunció oficialmente el abandono de esos planes.

Las razones fueron múltiples: un cambio de prioridades y, quizás de manera más crucial, una recepción pública notablemente fría. Una encuesta del propio banco reveló que solo un 42% de los canadienses veía con buenos ojos un CBDC, frente a un significativo 20% que expresaba abiertamente su disgusto. Esta controversia, alimentada por las preocupaciones sobre la privacidad, parece haber persuadido al banco de que el futuro inmediato de los pagos digitales no pasaba por un instrumento estatal.

Conclusión: el futuro de los pagos en Canadá pende de un hilo regulatorio

El mensaje del Banco de Canadá es de una claridad meridiana: modernizar o quedarse atrás. La disyuntiva a la que se enfrenta el país es crucial. Puede actuar con celeridad para establecer un marco regulatorio sólido que le permita participar con seguridad en la nueva economía digital. O, por el contrario, puede optar por la inacción y arriesgarse a ser arrollado por una ola de innovación extranjera, lo que erosionaría su autonomía financiera.

El cambio de rumbo—de un CBDC propio a la regulación de activos privados—refleja una adaptación pragmática a la realidad del mercado. La pregunta que queda por responder es si los legisladores canadienses escucharán la advertencia y se pondrán en marcha antes de que sea demasiado tarde.

¿Crees que tu país debería priorizar la regulación de stablecoins? Comparte tu opinión en los comentarios.

Related Posts