BIS Propone ‘Puntuación de Cumplimiento’: ¿Fin a la Conversión de Criptomonedas Ilegales en 2025?

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BIS Propone ‘Puntuación de Cumplimiento’: ¿Fin a la Conversión de Criptomonedas Ilegales en 2025?

¿Imaginas que tus criptomonedas, adquiridas legalmente, fueran bloqueadas al intentar convertirlas a euros o dólares? Esta inquietante posibilidad surge de una propuesta radical del Banco de Pagos Internacionales (BIS), considerado el «banco central de los bancos centrales», para combatir el lavado de dinero en el ecosistema cripto.

Su solución: un sistema de «puntuación de cumplimiento» basado en el historial de transacciones de cada unidad de criptomoneda antes de permitir su conversión a moneda fiduciaria tradicional (fiat) a través de los llamados off-ramps (servicios de conversión). Con el objetivo declarado de detener fondos ilícitos e imponer un «deber de cuidado», esta iniciativa llega en un momento crucial dentro del acelerado panorama regulatorio global de 2025.

AML Tradicional vs. Criptomonedas: ¿Por qué Fallan los Intermediarios?

El BIS parte de una crítica contundente: los enfoques tradicionales contra el lavado de dinero (AML), basados en intermediarios financieros como bancos, tienen una «efectividad limitada» en el mundo descentralizado de las criptomonedas. Aquí radica la oportunidad única que ofrece la tecnología blockchain: sus historiales de transacciones públicos, aunque pseudónimos, podrían ser la base para una supervisión del cumplimiento más robusta.

Este potencial se vuelve urgente ante un fenómeno alarmante: el ascenso de las stablecoins como herramienta preferida por el crimen. Datos de Chainalysis y TRM Labs revelan que, desde 2022, las stablecoins superaron a Bitcoin en este ámbito, alcanzando aproximadamente el 63% de todas las transacciones ilícitas registradas en 2024. Esta tendencia contrasta con la postura crítica previa del BIS respecto a las stablecoins, señalando que «fracasan como dinero» y necesitan límites estrictos.

Asignando un ‘Riesgo’ a Cada Satoshi o Stablecoin

La solución del BIS es audaz: asignar un «puntaje de cumplimiento AML» a cada unidad mínima de criptomoneda, basado en su procedencia o historial de transacciones. Para Bitcoin, esto implicaría analizar los UTXO (Unspent Transaction Outputs), esencialmente las «fichas digitales» que componen los fondos y que llevan registrada su historia. Para stablecoins, el foco estaría en rastrear las direcciones o carteras involucradas en su movimiento.

El resultado sería una calificación que refleja la probabilidad de que ese satoshi o esa unidad de stablecoin esté vinculada a actividad ilícita. El punto de aplicación crítico de este sistema serían los off-ramps, los puntos de contacto donde los usuarios convierten sus criptoactivos a monedas tradicionales como euros o dólares.

Off-Ramps Bajo Presión: Umbrales, Deberes y Sanciones

La responsabilidad primaria recaería directamente sobre los proveedores de servicios de off-ramps. Estos estarían obligados a implementar y respetar el sistema de puntuación antes de autorizar cualquier conversión a fiat.

La propuesta establecería umbrales de riesgo claros: dependiendo del puntaje de las unidades de cripto que un usuario intenta vender, el off-ramp debería AUTORIZAR la transacción, INVESTIGAR más a fondo o directamente DENEGAR la conversión. Sobre ellos recaería un estricto «deber de cuidado»: la obligación legal de evitar activamente aceptar o pagar por criptomonedas «manchadas».

El incumplimiento de este deber acarrearía sanciones significativas, como multas elevadas, con el objetivo claro de incentivar la prevención a toda costa de la entrada de fondos ilícitos al sistema financiero tradicional.

¿Tu Cripto es ‘Manchada’? Riesgos para Carteras y Precios

Las implicaciones irían más allá de los off-ramps. La propuesta sugiere que los titulares individuales también podrían enfrentar requisitos de cumplimiento. Argumentar «buena fe» por haber recibido activos manchados sin saberlo se volvería mucho más difícil si existen servicios de verificación de puntuación accesibles.

Esto podría alterar el mercado: las stablecoins o bitcoins marcadas con un alto riesgo de estar «manchadas» podrían comerciarse con un descuento significativo, reflejando la dificultad anticipada para convertirlas a efectivo. Un aspecto crucial es la persistencia del puntaje: la calificación de riesgo podría «viajar» inherentemente con el token en la blockchain, incrustada en el UTXO o asociada a la cartera de stablecoin.

Finalmente, se plantea un impacto profundo en la descentralización: ¿Podría extenderse este «deber de cuidado» incluso a usuarios que participan en transacciones directas (P2P) o en plataformas descentralizadas (DeFi)? Esto podría forzar un cambio radical en el comportamiento dentro de estos espacios.

De Desafiar Bancos a Imitar sus Controles: La Evolución Cripto

Esta iniciativa del BIS refleja su papel como impulsor de estándares globales para bancos centrales. Sin embargo, introduce una tensión fundamental: busca imponer controles centralizados típicos del AML tradicional sobre sistemas diseñados específicamente para ser descentralizados y resistentes a la censura.

Aquí emerge la gran paradoja señalada por observadores: «Las cripto querían derrocar a los bancos, ahora se están convirtiendo en ellos». Esta transformación es especialmente evidente en el ámbito de las stablecoins, sujetas a una regulación cada vez más similar a la bancaria, y en propuestas como esta, que replican mecanismos de control financiero central.

Los próximos pasos son clave: ¿Adoptarán los reguladores nacionales este modelo? En un contexto como el de la Unión Europea, con MiCA ya en vigor, esta propuesta del BIS podría influir en futuras actualizaciones regulatorias.

Conclusión: Un Futuro Más Limpio, ¿Pero a Qué Coste?

La implementación del sistema de puntuación de cumplimiento propuesto por el BIS dificultaría enormemente la conversión de criptomonedas vinculadas a actividades ilícitas en efectivo tradicional, alterando de raíz la dinámica de los off-ramps. Sin embargo, el desafío radica en lograr un equilibrio delicado: combatir eficazmente el crimen financiero sin socavar las ventajas de privacidad y descentralización que atraen a muchos usuarios hacia las criptomonedas.

Mirando hacia 2025 y más allá, surgen preguntas cruciales: ¿Conducirá esto a un mercado de cripto más «limpio» pero intrínsecamente más vigilado? ¿Cómo reaccionará una comunidad cripto fundada en ideales de libertad financiera?

Una cosa es cierta: la regulación del ecosistema avanza a gran velocidad, y la trazabilidad absoluta de los fondos se perfila como un pilar fundamental. La paradoja de imitar a los bancos que se pretendía desafiar marca un punto de inflexión inevitable.

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