Bitcoin y el Cuarto Giro: Por qué la crisis global acelerará la adopción de BTC en 2025

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Bitcoin y el Cuarto Giro: Por qué la crisis global acelerará la adopción de BTC en 2025

Vivimos tiempos de paradojas. Mientras los titulares de 2025 nos abruman con noticias sobre una deuda gubernamental desbocada, una tensión geopolítica creciente y una inflación persistente, un activo nacido de una crisis previa no solo resiste, sino que se fortalece. El analista Jordi Visser plantea una tesis poderosa: Bitcoin está destinado a crecer en precio y adopción «sin importar el escenario macroeconómico» que enfrentemos en la próxima década.

Pero, ¿cómo es posible que una criptomoneda prospere en medio del aparente caos? La respuesta podría estar en un patrón recurrente de la historia conocido como «El Cuarto Giro».

¿Qué es el Cuarto Giro? La teoría que predice el reset de la era moderna

Para entender el presente, a veces debemos recurrir a marcos que observan el pasado. El término «Cuarto Giro» proviene de la teoría desarrollada por William Strauss y Neil Howe, la cual postula que la historia angloamericana se mueve en ciclos recurrentes de aproximadamente 80-90 años, impulsados por los patrones generacionales.

Estos ciclos, o «giros», son cuatro:

  • Comienzan con un Alto (un período de orden institucional fuerte y consenso social).
  • Le sigue un Despertar (donde se cuestiona ese orden instituido).
  • Le sucede un Desenredamiento (una era de decadencia donde las instituciones se debilitan).
  • Finalmente, se llega al Cuarto Giro: una crisis culminante que destruye el orden antiguo para dar paso a uno nuevo.

Muchos analistas coinciden en que actualmente nos encontramos inmersos en esta fase crítica, un período de convulsión que precede a una reconstrucción total. El núcleo de esta crisis es, precisamente, una pérdida masiva de confianza en el sistema.

«No confío en nada»: La desilusión global con las instituciones legacy

Jordi Visser lo expresa con cruda claridad: «No confío en mi empleador. No confío en el gobierno. No confío en los bancos. No confío en la moneda. No confío en la deuda…». Esta declaración resonante captura el sentir de una generación.

Los bancos, tras múltiples crisis y rescates con dinero público, han visto erosionada su credibilidad. Los gobiernos, sumidos en una polarización extrema, parecen incapaces de resolver problemas fundamentales, recurriendo constantemente al gasto deficitario.

Y la moneda fiduciaria, junto con la deuda, completa el círculo de la desconfianza: la impresión masiva de dinero diluye el valor de nuestros ahorros, mientras la deuda alcanza niveles récord e insostenibles. Este colapso de la confianza crea una necesidad urgente de un sistema alternativo, y es en este vacío donde Bitcoin encuentra su momento decisivo.

La brecha se amplía: Cómo la economía en «K» alimenta el malestar social

El panorama económico actual se describe perfectamente con el concepto de «Economía en K». Se trata de una recuperación divergente donde un segmento de la población mejora económicamente, mientras el otro se hunde.

Quienes están en la parte superior de la K son los poseedores de activos: acciones, bienes raíces, Bitcoin. Ellos se benefician de las políticas inflacionarias que inflan el valor de sus inversiones.

Por el contrario, quienes están en la parte inferior de la K son los asalariados, aquellos cuyo ingreso no se ajusta al ritmo del aumento del costo de vida, viendo cómo su poder adquisitivo se erosiona día a día.

Como señala Visser, «el número creciente de personas en el extremo inferior de la K no siente que sea parte del sistema». Este sentimiento de exclusión y injusticia es un potente catalizador para buscar alternativas fuera del sistema financiero tradicional.

Los números de 2025 no mienten: Pesimismo generalizado hacia el futuro

Esta crisis de confianza no es una mera percepción; está respaldada por datos concretos. La última encuesta de sentimiento del consumidor de la Universidad de Michigan pinta un panorama desolador para el futuro inmediato.

Los datos son reveladores: apenas un 24% de los encuestados espera que sus hábitos de gasto se mantengan iguales en 2026. Más significativo aún, más del 60% anticipa que el desempleo aumente el próximo año.

Este pesimismo no ha hecho más que intensificarse; a principios de 2025, solo un 30% esperaba un deterioro en el empleo. Esta aceleración de la desconfianza en tan solo meses indica que no se trata de una recesión cíclica más, sino de una pérdida estructural de fe en la capacidad del sistema actual para ofrecer un futuro próspero.

Bitcoin: El activo neutral en un mundo de incertidumbre

En este contexto, la tesis de Visser cobra todo su sentido: Bitcoin emerge como el gran beneficiario de esta tormenta perfecta. No se trata de una mera apuesta especulativa, sino de una respuesta lógica basada en sus propiedades únicas.

Bitcoin es un activo neutral y global, no controlado por ningún gobierno o banco central. Es permissionless, es decir, cualquiera con acceso a internet puede usarlo, ofreciendo una oportunidad financiera a aquellos en la parte inferior de la «K».

Es un dinero sólido (hard money) con una oferta limitada y predecible, inmune a la devaluación por impresión excesiva. Y, quizás su cualidad más crucial en estos tiempos, es «trustless»: no requiere que confíes en una entidad central, ya que la confianza reside en su código transparente y en su red descentralizada.

Bitcoin se erige así como el refugio seguro soberano y la herramienta de soberanía financiera para una era de incertidumbre institucional.

Conclusión: Un futuro redefinido por Bitcoin

La ecuación final es clara: el Cuarto Giro representa una crisis de legitimidad que conduce a una pérdida de confianza generalizada. Esta desconfianza, a su vez, exacerba las desigualdades de la economía en «K», alimentando el descontento social.

Bitcoin aparece como la pieza que resuelve el rompecabezas: un sistema alternativo, robusto y global para preservar el valor y transaccionar sin necesidad de intermediarios fallibles.

La aceleración en la adopción de Bitcoin no es una predicción audaz, sino la consecuencia lógica de los profundos cambios estructurales que estamos viviendo. El mundo se está reinventando ante nuestros ojos, y todo indica que Bitcoin está destinado a ser un pilar fundamental del nuevo orden que surja de las cenizas del antiguo.

¿Qué opinas? ¿Crees que Bitcoin es la salida a la crisis de confianza?

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