Coinbase intensifica su lobby en el Reino Unido: Críticas a la inacción regulatoria en criptomonedas y stablecoins

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Coinbase intensifica su lobby en el Reino Unido: Críticas a la inacción regulatoria en criptomonedas y stablecoins

«Lo que veo me preocupa. Lejos de ser pioneros, nos hemos dejado quedar atrás». Esta advertencia de George Osborne, exministro de Hacienda británico y asesor de Coinbase, sintetiza la crisis regulatoria que enfrenta el Reino Unido en materia de criptoactivos. Su análisis subraya que la lentitud gubernamental, especialmente en torno a stablecoins, amenaza el estatus de Londres como centro financiero global. De mantenerse esta parálisis, advierte, en 2025 las consecuencias podrían ser irreversibles.

La crítica de Osborne: Innovación financiera versus estancamiento regulatorio

Osborne señala que mientras el Reino Unido avanza con lentitud en la regulación de stablecoins —activos digitales respaldados por monedas tradicionales que agilizan pagos y remesas—, el mercado global crece exponencialmente. La comparación internacional resulta reveladora:

Estados Unidos impulsa la GENIUS Act para consolidar el dominio del dólar en stablecoins. Por contra, el Reino Unido carece de un marco regulatorio claro, lo que según Osborne «condena a la libra esterlina a un papel secundario». El exministro recalca que Londres forjó su liderazgo histórico mediante innovación financiera, pero hoy «abandona ese ADN».

Libra esterlina versus dólar: La batalla por la hegemonía en stablecoins

Los datos evidencian la urgencia del panorama:

La libra esterlina figura entre las cinco divisas más negociadas globalmente según el Bank for International Settlements. Sin embargo, más del 99% del mercado de stablecoins está dominado por el dólar estadounidense (DefiLlama, 2025). Osborne dirige sus críticas a la actual ministra de Hacienda, Rachel Reeves, por incumplir promesas de acción regulatoria. Esta inacción, advierte, erosiona la influencia financiera británica en un mundo cada vez más digitalizado.

Coinbase y su campaña mediática: ¿Crítica social o estrategia de lobby?

Coinbase complementó el análisis de Osborne con una campaña agresiva. Su anuncio «Everything Is Fine» —un musical satírico sobre inflación y sistemas «obsoletos»— fue censurado en televisiones británicas según Brian Armstrong, CEO de la plataforma. El mensaje central es claro: «Si todo está bien, no cambies nada. Pero cuando el sistema falla, debe actualizarse». La polémica refuerza la narrativa de la compañía: las criptomonedas como alternativa ante economías frágiles.

La estrategia global de Coinbase: Inversión millonaria en cabildeo

El lobby constituye un pilar estratégico para Coinbase:

En Estados Unidos (2024-2025), la compañía gastó más en cabildeo que cualquier otra firma de cripto (OpenSecrets), capitalizando el clima electoral. En el Reino Unido, donde opera desde 2015, redobló esfuerzos con campañas mediáticas y figuras como Osborne. Según Politico (2025), Coinbase ha invertido más en lobby que cualquier otra empresa del sector, evidenciando su ambición regulatoria.

¿Puede el Reino Unido recuperar terreno en la carrera cripto?

Existen oportunidades en el contexto actual:

Recientemente se levantó la prohibición de ETNs de criptomonedas para minoristas. Además, la presión de actores como Coinbase podría acelerar leyes específicas para stablecoins. No obstante, el riesgo es tangible: quedar excluido de la tokenización de activos reales (RWA), ámbito donde Estados Unidos avanza con la GENIUS Act. De no actuar, el rezago tecnológico de Londres podría convertirse en una desventaja estructural.

Conclusión: Una advertencia sobre oportunidades perdidas

El diagnóstico de Osborne trasciende la crítica puntual: alerta sobre una oportunidad histórica en riesgo. Coinbase, mediante inversión en lobby y campañas contundentes, evidencia que el Reino Unido podría convertirse en mero espectador de la revolución financiera digital. Como sentencia el exministro: «Estamos siendo dejados atrás. Es hora de ponerse al día». En 2025, la carrera por el dominio de las stablecoins definirá el futuro económico global, y Londres no puede permitirse mantener la parálisis regulatoria.

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