Desbancarización en EE. UU.: La OCC señala a la criptoindustria como sector restringido por los grandes bancos
En los últimos años, el término «desbancarización» ha ganado relevancia en los círculos financieros globales. Este fenómeno describe la práctica de restringir o denegar servicios bancarios a clientes legítimos. Un informe preliminar de la Oficina del Contralor de la Moneda (OCC) de Estados Unidos ha revelado datos cruciales: nueve de los mayores bancos nacionales del país restringieron servicios a industrias legales, pero políticamente sensibles, entre 2020 y 2023. Entre los sectores afectados destaca, de manera prominente, la industria de los criptoactivos.
Las conclusiones del regulador, que podrían derivarse al Departamento de Justicia, confirman sospechas de larga data y abren un profundo debate sobre el acceso financiero y la neutralidad de la banca en el sistema estadounidense.
¿Qué es la OCC y qué descubrió sobre la desbancarización?
La OCC es el principal regulador federal de los bancos nacionales en Estados Unidos. Su investigación, iniciada tras una orden ejecutiva de 2024, encontró un patrón preocupante. El hallazgo central es que estas entidades realizaron «distinciones inapropiadas» entre clientes basándose únicamente en sus actividades comerciales lícitas.
En la práctica, esto se tradujo en políticas internas que limitaron el acceso a servicios básicos o impusieron procesos de revisión y aprobación especiales y onerosos para ciertos sectores. Es crucial subrayar que el informe es preliminar; la investigación continúa y sus hallazgos finales podrían tener consecuencias legales significativas para las entidades involucradas.
Criptoemisiones y exchanges: ¿Blanco de las restricciones bancarias?
Entre los sectores específicamente identificados, la criptoindustria ocupa un lugar prominente. El informe de la OCC detalla que los bancos limitaron servicios a «emisores, exchanges o administradores» de criptoactivos, atribuyendo a menudo esta decisión a consideraciones de gestión de riesgos y delitos financieros.
Este trato sitúa a las empresas de criptoactivos junto a un grupo de industrias tradicionalmente controvertidas en los debates políticos y de criterios ESG (Ambiental, Social y de Gobernanza). La lista completa incluye:
• Exploración de petróleo y gas.
• Minería de carbón.
• Fabricantes de armas de fuego.
• Operadores de prisiones privadas.
• Empresas de tabaco y cigarrillos electrónicos.
• Entretenimiento para adultos.
La inclusión de la criptoindustria en este listado es un dato revelador de su percepción como un sector de alto riesgo reputacional para la banca tradicional.
Los 9 gigantes bancarios bajo la lupa de la OCC
Los bancos examinados por la OCC constituyen la columna vertebral del sistema financiero estadounidense:
JPMorgan Chase, Bank of America, Citibank, Wells Fargo, US Bank, Capital One, PNC Bank, TD Bank y BMO Bank.
El Contralor de la Moneda, Jonathan Gould, fue contundente en sus declaraciones, criticando el uso del «charter gubernamental y poder de mercado» para implementar estas políticas. Gould señaló la aparente contradicción de que los bancos aplicaran estas restricciones «a plena vista», para luego negar públicamente la existencia de prácticas de desbancarización.
La postura de los líderes bancarios
Esta postura recuerda declaraciones previas de ejecutivos del sector, como cuando el CEO de JPMorgan, Jamie Dimon, afirmó que su banco no discriminaba políticamente, diciendo: «desbancamos a demócratas, desbancamos a republicanos».
Polémica regulatoria: Las críticas al informe de la OCC
Pese a su contundencia, el informe ha recibido críticas por lo que algunos consideran un análisis incompleto. Nick Anthony, del Instituto Cato, afirmó que el documento «deja mucho que desear».
Su principal argumento es que la OCC omite la causa raíz: la presión de otros reguladores, como la Corporación Federal de Seguros de Depósitos (FDIC), que evalúan la «reputación» de los bancos. Anthony y otros críticos señalan específicamente las llamadas «cartas de pausa» emitidas por la FDIC, las cuales, según republicanos y sectores de la industria, incentivaron la desbancarización de clientes cripto.
La visión desde dentro de la industria
Esta perspectiva es compartida por Caitlin Long, CEO de Custodia Bank, quien identifica a la FDIC y la Reserva Federal como actores clave en la exclusión financiera cripto. Long matiza que la presión regulatoria fue más severa para bancos pequeños y medianos que para los gigantes examinados por la OCC.
¿Qué sigue? Consecuencias para la criptoindustria y el sistema bancario
Las implicaciones de este informe son multifacéticas. Para los nueve bancos, existe un riesgo reputacional tangible y la posibilidad de una investigación más profunda por parte del Departamento de Justicia.
Para las empresas de criptoactivos, el informe podría actuar como un elemento disuasorio contra prácticas de desbancarización arbitrarias, aunque la apertura real de puertas dependerá de un cambio en el clima regulatorio general.
Un conflicto entre agencias reguladoras
A nivel sistémico, el caso pone en evidencia las tensiones entre las diferentes agencias reguladoras (OCC vs. FDIC/Reserva Federal). En el fondo, el debate gira en torno a un equilibrio complejo: el derecho de los bancos a gestionar riesgos legítimos frente al peligro de una exclusión financiera injusta de industrias que operan dentro de la ley.
Conclusión
El informe preliminar de la OCC confirma oficialmente un patrón de restricciones bancarias que afectó a la criptoindustria, situándola en un grupo de sectores políticamente sensibles. Sin embargo, lejos de cerrar el debate, lo intensifica.
Las críticas sobre la profundidad del análisis y los señalamientos hacia otros reguladores indican que la desbancarización es un síntoma de tensiones más profundas dentro del entramado supervisor estadounidense. Este caso subraya uno de los obstáculos más persistentes para la adopción masiva de los criptoactivos: el acceso al sistema bancario tradicional.
La evolución de este conflicto, y su eventual resolución, no solo definirá el camino de la innovación financiera, sino también los límites del poder de la banca para decidir quién merece participar en la economía.












