DOJ afirma que ‘escribir código no es un delito’: ¿El fin del juicio para Roman Storm de Tornado Cash?
La condena de Roman Storm, cofundador del protocolo de privacidad Tornado Cash, por un cargo menor en agosto de 2024, dejó un amargo sabor de incertidumbre para la industria crypto. Pendiente de sentencia y con la espada de Damocles de un nuevo juicio por cargos más graves, su caso se erigió como el ejemplo perfecto de la «regulación por enjuiciamiento». Sin embargo, unas declaraciones recientes de un alto funcionario del Departamento de Justicia de EE. UU. (DOJ) podrían marcar un punto de inflexión histórico. La pregunta que resuena ahora es clara: ¿estas palabras significan que el DOJ dará marcha atrás en su persecución contra Storm?
El DOJ aclara su postura: ‘Escribir código no es un delito’
El escenario de este posible giro copernicano fue la cumbre del «American Innovation Project» en Wyoming. Allí, Matthew Galeotti, Fiscal General Auxiliar Interino de la División Criminal del DOJ, tomó la palabra para explicar la nueva dirección del departamento, impulsada por el memorándum de abril de 2025 de la Fiscal General Adjunta Todd Blanche, titulado «Poniendo Fin a la Regulación por Enjuiciamiento».
Las declaraciones de Galeotti no pudieron ser más claras: «Nuestra opinión es que simplemente escribir código, sin intención maliciosa, no es un delito». Añadió que el departamento «no utilizará estatutos penales federales para crear un nuevo régimen regulatorio» y que «no usará acusaciones como una herramienta para crear leyes». Específicamente, detalló que no se aprobarán cargos nuevos contra software verdaderamente descentralizado que automatice transacciones peer-to-peer (P2P) sin que un tercero tenga custodia de los activos.
El caso de Roman Storm: una condena y un juicio pendiente
Para entender la magnitud de este cambio, es necesario volver la vista al caso de Roman Storm. En agosto de 2023, Storm fue acusado de conspiración para lavar dinero, operar un transmisor de dinero no licenciado y violar sanciones internacionales. Tras un largo proceso, el veredicto llegó en agosto de 2024: culpable únicamente de operar un transmisor de dinero no licenciado. Sin embargo, el jurado no llegó a un veredicto sobre los cargos más graves, lo que dejó la puerta abierta a un segundo juicio.
A lo largo de 2025, Storm ha esperado dos resoluciones cruciales: la sentencia por el cargo menor y la decisión final del DOJ sobre si repetir el juicio. Durante todo el proceso, la defensa de Storm esgrimió un argumento fundamental que resonó en toda la industria: «Escribir código no es un delito». La ironía es palpable: el mismo lema que usaron sus abogados es ahora la piedra angular de la nueva política criminal del DOJ.
Análisis: ¿Un cambio real o solo palabras?
¿Significa esto que Storm está automáticamente exonerado? No. Es crucial entender que las declaraciones de Galeotti, aunque provienen de un alto cargo, no constituyen un comunicado oficial que retire los cargos contra Storm. No obstante, son una señal potentísima de un cambio de doctrina dentro de la División Criminal. La mención a casos con «acusaciones similares» es una referencia indirecta tan obvia que no deja lugar a dudas.
La reacción de la industria no se hizo esperar. Jake Chervinsky de Variant Fund resumió el sentir general: «Roman Storm fue condenado exactamente por este cargo en estas circunstancias… Justicia para Roman significa dejar caer el caso». El anuncio fue recibido con una ovación en la cumbre, un reflejo del clamor por seguridad jurídica. Las implicaciones son profundas: se establece una distinción legal crucial entre crear herramientas tecnológicas neutrales (acto protegido) y tener una «intención maliciosa» o ayudar activamente a delinquir (acto punible).
El futuro: sentencia y panorama regulatorio
Para Roman Storm, el camino inmediato sigue teniendo obstáculos. Primero, deberá enfrentar la sentencia por el cargo de operar un transmisor de dinero no licenciado, un proceso que sigue su curso. La gran incógnita es la decisión formal sobre el segundo juicio. La lógica dicta que, tras las declaraciones de Galeotti, sería contradictorio y contraproducente para el DOJ insistir en un nuevo proceso.
Para la industria crypto en general, este es un hito monumental. Aunque no es una ley, esta postura oficial de la División Criminal del DOJ servirá como guía para todos los fiscales federales, ofreciendo por fin el marco predecible que los desarrolladores y emprendedores estadounidenses necesitaban para innovar sin el temor constante a una demanda.
Conclusión
Las declaraciones de Matthew Galeotti representan, sin duda, un momento histórico en la relación entre la tecnología blockchain y la ley en Estados Unidos. Colocan el caso de Roman Storm en una incómoda paradoja: un hombre condenado bajo una vieja doctrina que podría ser absuelto por una nueva.
Si bien la batalla legal no ha terminado y la sentencia pendiente es un recordatorio de que las consecuencias de la vieja política aún perduran, el viento de la justicia parece estar cambiando de dirección. Este giro no solo podría significar justicia para Storm, sino que sienta un precedente crítico para proteger la innovación de buena fe, definiendo finalmente que, en una nación que se precia de innovar, escribir código no debe ser un delito.