EE. UU. planea invertir en computación cuántica: ¿Una carrera tecnológica contra China?

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EE. UU. planea invertir en computación cuántica: ¿Una carrera tecnológica contra China?

La competencia tecnológica global ha encontrado un nuevo campo de batalla: la computación cuántica. En 2025, Estados Unidos evalúa invertir directamente en empresas de este sector mediante fondos de la Ley CHIPS, replicando el modelo de participación accionaria aplicado recientemente en Intel. Esta estrategia, revelada en negociaciones tempranas reportadas por Bloomberg, busca contrarrestar los avances de China, pero abre un debate profundo sobre los límites de la intervención estatal en la economía y los riesgos para la ciberseguridad global.

Inversiones federales en computación cuántica: ¿Hacia una economía planificada?

El gobierno estadounidense negocia actualmente la inyección de capital en empresas de computación cuántica, condicionando el apoyo a una participación accionaria. Este mecanismo, implementado previamente con Intel —donde el gobierno adquirió un 10% de participación en agosto de 2025—, refleja una política industrial activa para mantener la competitividad frente a China.

Los defensores argumentan que, sin esta intervención, Estados Unidos podría quedar rezagado en una tecnología considerada crucial para la seguridad nacional. Sin embargo, críticos como Peter Schiff advierten que estas medidas podrían convertir a la economía estadounidense en un sistema «centralmente planificado», desplazando la asignación de recursos desde el mercado hacia decisiones burocráticas.

El «Q-Day» y la amenaza cuántica para las criptomonedas

Mientras los gobiernos compiten por la supremacía cuántica, emerge una amenaza tangible para la ciberseguridad global: el «Q-Day». Expertos proyectan que, en un plazo de 5 a 10 años, las computadoras cuánticas podrían quebrar los sistemas de encriptación que protegen las transacciones financieras y las criptomonedas.

David Carvalho, CEO de Naoris Protocol, señala la opacidad de los avances en esta área: «No sabemos si el ‘Q-Day’ ocurrirá en cinco o veinte años, pero sabemos que algunos ya están recolectando datos cifrados para descifrarlos después». Esta técnica «recolectar ahora, descifrar después» preocupa especialmente por su potencial para comprometer las claves públicas y privadas que sostienen la blockchain.

Como contramedida, la criptografía post-cuántica se desarrolla aceleradamente, aunque su implementación generalizada sigue siendo un desafío.

Posturas críticas: ¿Debe el gobierno intervenir en el mercado tecnológico?

El debate sobre la intervención estatal en tecnología divide a expertos y legisladores. Por un lado, quienes apoyan las inversiones federales subrayan la necesidad de proteger intereses de seguridad nacional ante el avance tecnológico chino, citando como precedente la exitosa participación en Intel.

Por otro, las críticas apuntan a los riesgos de distorsionar el mercado: la dependencia de subsidios estatales podría reducir los incentivos para la eficiencia y la innovación genuina. Además, existe el temor de que estas políticas establezcan un patrón de intervención gubernamental en otras industrias tecnológicas, como los semiconductores o la inteligencia artificial.

Contexto internacional: Carrera contra el tiempo

China ha demostrado capacidades significativas en computación cuántica, lo que ha intensificado la preocupación en Washington. La Ley CHIPS, originalmente diseñada para fortalecer la industria de semiconductores, se ha expandido para financiar tecnologías consideradas críticas, incluyendo la cuántica.

Este enfoque refleja una estrategia broader para mantener la hegemonía tecnológica global, pero también plantea preguntas sobre la sostenibilidad de una competencia basada en subsidios estatales.

Conclusión: Equilibrio entre seguridad y libertad económica

La disyuntiva es clara: cómo equilibrar la necesidad de seguridad nacional con los principios de autonomía del mercado. La urgencia de prepararse para el «Q-Day» exige acelerar el desarrollo de cifrados post-cuánticos y fortalecer las capacidades tecnológicas nacionales.

Sin embargo, el camino elegido —ya sea mediante inversiones estatales o impulsando la innovación privada— definirá el futuro de la economía digital. En este escenario, Estados Unidos enfrenta el reto de proteger sus intereses sin sacrificar la dinámica de mercado que históricamente ha impulsado su liderazgo tecnológico.

La computación cuántica no es solo una carrera contra China; es también una prueba para el modelo económico estadounidense.

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