¿Es el Cripto el Nuevo CDO? Expertos Alertan sobre el Riesgo de las Empresas de Tesorería Cripto en 2025
La historia financiera está plagada de innovaciones que, en su momento, fueron celebradas como revolucionarias, solo para revelarse después como bombas de relojería sistémicas. Los CDOs (Obligaciones de Deuda Garantizada) fueron el epicentro de la crisis de 2008: productos complejos que empaquetaban hipotecas tóxicas y esparcieron el riesgo por todo el globo.
Hoy, en 2025, una advertencia proveniente de una voz con autoridad en ambos mundos, el tradicional y el cripto, nos urge a mirar hacia las empresas de tesorería cripto. Josip Rupena, CEO de Milo y exanalista de Goldman Sachs, ha lanzado una potente analogía: estas empresas podrían estar introduciendo capas de riesgo similares. Con 178 empresas públicas ya holding Bitcoin en sus balances y una creciente diversificación hacia altcoins, la pregunta es inevitable: ¿estamos repitiendo los errores del pasado?
De los CDOs a las Criptotesorerías: ¿Una Analogía Peligrosa?
¿Qué eran los CDOs y por qué colapsaron?
En esencia, los CDOs eran instrumentos financieros que agrupaban distintos tipos de deuda, como las hipotecas de alto riesgo (subprime), y las reempaquetaban en tramos de diversa calidad crediticia. La complejidad del producto ocultaba el verdadero riesgo de los activos subyacentes. Cuando el mercado inmobiliario estadounidense se desplomó, el valor de estos paquetes se evaporó, provocando un efecto contagio que quebró gigantes financieros y requirió rescates billonarios con dinero público.
La declaración de Josip Rupena
La credibilidad de la advertencia viene avalada por la experiencia de su autor. Josip Rupena, quien trabajó en la mesa de negociación de productos crediticios en Goldman Sachs durante la última crisis financiera, ve un paralelismo inquietante. En sus propias palabras: «La gente toma un producto bastante sólido… y comienza a ingenierizarlo, llevándolo por una dirección donde el inversor no está seguro de la exposición que está obteniendo». Su posición actual como CEO de Milo, una plataforma de préstamos respaldados por criptoactivos, le otorga una perspectiva única sobre los riesgos inherentes a este ecosistema emergente.
Cómo un Activo Sólido se Vuelve Riesgoso
El punto de partida de Rupena es crucial: criptoactivos como Bitcoin son bearer assets o activos al portador. Su diseño es inherentemente seguro y no requiere de un intermediario fiduciario para funcionar; su riesgo de contraparte es cero. El problema surge cuando las empresas deciden custodiar estos activos en sus balances como tesorería. En ese momento, se añaden varias capas de riesgo nuevas que trasladan el foco del riesgo del activo al emisor.
Estas capas incluyen:
1. Competencia de la Gestión Corporativa: ¿Tiene la empresa el conocimiento y la prudencia necesarios para gestionar un activo tan volátil?
2. Ciberseguridad: La empresa se convierte en un objetivo lucrativo para hackers, añadiendo el riesgo constante de un robo de fondos.
3. Capacidad de Generar Flujo de Caja: Si la empresa no genera suficientes ingresos operativos, podría verse forzada a liquidar sus criptoactivos para pagar nóminas o deudas, sometiendo su estrategia de inversión a la presión de su liquidez diaria.
El Espectro del Contagio y la Venta Forzosa en 2025
El riesgo sistémico real emerge con el potencial de contagio. El mecanismo es el mismo que tensionó el sistema en 2008: la venta forzosa (forced selling). Si varias empresas con grandes reservas cripto se ven simultáneamente afectadas por una crisis de liquidez o un shock de mercado, se verán obligadas a vender sus activos digitales para cubrir sus obligaciones.
Una venta masiva y repentina por parte de múltiples actores puede deprimir los precios de manera significativa, lo que, a su vez, fuerza a otras empresas a vender, creando un peligroso efecto dominó. La cifra es aleccionadora: según BitcoinTreasuries, hay 178 empresas públicas con BTC en sus balances. Esta concentración amplifica el potencial de contagio. Rupena matiza que estas tesorerías no serían necesariamente la causa de un próximo mercado bajista, pero sí podrían «empeorar» sustancialmente una caída.
Más Allá del Bitcoin: La Arriesgada Aventura de las Tesorerías en Altcoins
La estrategia inicial, popularizada por Michael Saylor y MicroStrategy, se centraba casi exclusivamente en Bitcoin. Sin embargo, la tendencia en 2025 es la diversificación hacia altcoins como Toncoin, XRP, Dogecoin y Solana.
Este movimiento tiene dos caras. Por un lado, se argumenta a favor de la diversificación para no «poner todos los huevos en la misma cesta» y buscar mayores rendimientos. Por otro, introduce un riesgo aún mayor, ya que las altcoins son inherentemente más volátiles, menos líquidas y más especulativas que el Bitcoin.
Un ejemplo negativo claro es el caso de Safety Shot, una empresa de bebidas que adoptó el memecoin BONK como reserva de tesorería. El mercado reaccionó con dureza y sus acciones se desplomaron un 50%, una penalización clara a una estrategia considerada arriesgada y especulativa.
La Reacción del Mercado: Rentabilidad Vs. Especulación
Las reacciones del mercado de valores ante estas estrategias han sido mixtas. Mientras algunas empresas fueron premiadas inicialmente, el segundo semestre de 2025 ha visto una caída generalizada en las acciones del sector. Esto sugiere que el mercado está madurando y comenzando a discriminar entre aquellas empresas con una estrategia de tesorería sólida y creíble y aquellas que utilizan las criptomonedas como un señuelo especulativo.
El contraste entre el éxito inicial de MicroStrategy y el fracaso estrepitoso de Safety Shot indica que los inversores están evaluando la competencia y prudencia de la gestión, no solo el activo en sí.
Reflexiones Finales: Lecciones del Pasado para el Futuro Cripto
La advertencia de Josip Rupena es un recordatorio crucial en la era de la innovación financiera. La analogía con los CDOs nos fuerza a mirar más allá del entusiasmo y examinar las capas de riesgo ocultas que introducen los intermediarios. Como él mismo señala, es «demasiado pronto» para predecir el alcance exacto del impacto, pero la alerta está sobre la mesa.
La tecnología blockchain y los criptoactivos ofrecen un potencial inmenso, pero su integración en las finanzas tradicionales debe hacerse con una gestión prudente, transparente y competente. La lección de 2008 es clara: la complejidad y la opacidad son el caldo de cultivo del riesgo sistémico.
Los inversores, por tanto, deben analizar no solo el potencial de revalorización de un criptoactivo, sino también la salud financiera y la idoneidad de la empresa que lo custodia. El futuro del ecosistema depende de aprender del pasado, no de repetirlo.