Euro Digital: Bancos Italianos Respaldan el Proyecto del BCE pero Solicitan Distribución de Costes
En 2025, la transición hacia las monedas digitales de los bancos centrales (CBDC) marca un hito en la evolución financiera global. El Banco Central Europeo (BCE) avanza decididamente con el euro digital, encontrando un aliado estratégico en la banca italiana, aunque con matices importantes. La Asociación Bancaria Italiana (ABI) ha expresado su respaldo al proyecto, pero solicita que los costes de implementación se distribuyan en varios ejercicios para aliviar la carga financiera del sector.
Marco Elio Rottigni, Director General de ABI, subraya que el euro digital «encarna un concepto de soberanía digital», destacando la urgencia de que Europa no se quede atrás en esta carrera tecnológica.
El Respaldo Estratégico de la Banca Italiana
La ABI ha manifestado un apoyo claro al euro digital, considerándolo una pieza clave para la modernización del sistema financiero europeo. Marco Elio Rottigni afirma: «Estamos a favor del euro digital porque encarna un concepto de soberanía digital».
Este término refleja la necesidad de que Europa fortalezca su autonomía en el ámbito monetario digital, reduciendo la dependencia de sistemas extranjeros y mejorando su competitividad internacional. En un contexto donde países como China y Estados Unidos avanzan con sus propias CBDC, la posición italiana destaca por su visión estratégica a largo plazo.
El Desafío Financiero: Distribución de Costes
Sin embargo, el respaldo italiano no está exento de condiciones. La banca transalpina alerta sobre los elevados costes de implementación, que se suman a los gastos de capital ya significativos del sector.
La ABI propone distribuir estos costes a lo largo de varios años para evitar impactos negativos en la rentabilidad y la capacidad de inversión de las entidades financieras. Esta preocupación no es aislada: bancos franceses y alemanes han mostrado resistencias similares, advirtiendo sobre el riesgo de fuga de depósitos hacia el euro digital.
Cronograma y Fases de Implementación
El proyecto del BCE avanza con fechas concretas. El Consejo de Gobierno decidirá sobre el lanzamiento formal en su reunión del 29-30 de octubre en Florencia.
Está prevista una fase piloto para 2027 y un lanzamiento completo en 2029, siempre que la legislación de la UE se apruebe en 2026. Fernando Navarrete, miembro del Parlamento Europeo, aboga por una versión reducida del euro digital para garantizar su viabilidad, al tiempo que se protegen iniciativas privadas como Wero, la moneda digital respaldada por 14 bancos europeos.
Enfoque Híbrido: Combinando Fuerzas
Una de las propuestas más innovadoras es el enfoque gemelo, que combinaría el euro digital del BCE con monedas digitales respaldadas por bancos comerciales. Esta estrategia fomentaría la innovación y la competencia, manteniendo la estabilidad financiera.
Rottigni insiste en que «lo que Europa no debe hacer es quedarse atrás», subrayando la urgencia de adoptar un modelo híbrido que aproveche lo mejor de ambos sistemas.
Colaboración con Líderes Tecnológicos
El BCE ha firmado contratos con siete empresas tecnológicas, incluidas Feedzai y Giesecke+Devrient (G+D), para desarrollar funcionalidades clave del euro digital.
Entre ellas destaca el alias lookup, que permitirá realizar pagos sin necesidad de conocer el proveedor del destinatario, así como capacidades de pago offline para promover la inclusión financiera. Estas alianzas tecnológicas son esenciales para garantizar la seguridad y eficiencia del proyecto.
Contexto Global de las CBDC
El euro digital se enmarca en una tendencia global: 137 países y uniones monetarias, que representan el 98% del PIB mundial, exploran actualmente sus propias CBDC.
Iniciativas como la de Malasia, cuyo banco central ha presentado una hoja de ruta de tokenización, refuerzan la necesidad de que la UE acelere su proceso sin comprometer la sostenibilidad del sector bancario.
Conclusión: Equilibrio entre Innovación y Sostenibilidad
El apoyo de la banca italiana al euro digital es firme pero condicionado. Su propuesta de distribuir los costes de implementación refleja la búsqueda de un equilibrio entre innovación y sostenibilidad financiera.
Con un cronograma que apunta a 2029 para su lanzamiento completo, el futuro del euro digital dependerá de la capacidad del BCE y los legisladores europeos para integrar las demandas del sector bancario sin renunciar a la soberanía digital que Europa necesita.














