FBOT y Cripto: Un encaje forzado que no resolverá el problema regulatorio
La Comisión de Comercio de Futuros de Mercancías de EE.UU. (CFTC) ha lanzado una nueva guía que clarifica el camino para que los exchanges de criptomonedas extranjeros soliciten el registro como Foreign Board of Trade (FBOT). Este movimiento, enmarcado en la agenda de la administración Trump para 2025, busca atraer negocios de vuelta a la jurisdicción estadounidense y proteger a los inversores domésticos.
Sin embargo, según expertos legales del sector, esta herramienta regulatoria, diseñada para las finanzas tradicionales, es profundamente inadecuada para el mundo de las criptodivisas. Eli Cohen, abogado de Centrifuge, lo expone sin ambages: «El principal problema es que solo los exchanges regulados fuera de Estados Unidos pueden solicitar el registro FBOT…». Esta aparente paradoja es solo el primero de varios obstáculos insalvables.
Entendiendo el Foreign Board of Trade (FBOT): Un marco del sistema financiero tradicional
Origen y propósito
El registro FBOT no es un concepto nuevo. Fue diseñado en una era pre-cripto para permitir que exchanges extranjeros de futuros y derivados, como el LIFFE o el Eurex, ofrecieran sus productos a clientes institucionales en EE.UU. a través de terminales directas. Su esencia está en conectar mercados regulados entre sí, facilitando el acceso a productos financieros complejos pero dentro de un ecosistema controlado.
Requisitos clave
Los pilares de este marco son tres: clearing (compensación), settlement (liquidación) y una supervisión regulatoria robusta en el país de origen. La CFTC exige que la exchange extranjera demuestre que opera bajo un régimen regulatorio comparable al estadounidense, lo que a menudo requiere que la entidad funcione de manera similar a un Futures Commission Merchant (FCM), un tipo de intermediario altamente supervisado.
El objetivo de la CFTC
La intención del regulador es loable: crear un canal legal y supervisado para que las plataformas offshore que ya sirven a clientes estadounidenses regularicen su situación, operando bajo el paraguas de la ley de EE.UU. y ofreciendo mayores garantías.
Por qué el FBOT no es una solución viable para las criptoexchanges
1. Un sistema cuadrado para un mundo redondo
Los requisitos de clearing y settlement del FBOT están pensados para mercados tradicionales con horarios de operativa, cámaras de compensación centralizadas y ciclos de liquidación definidos (T+1 o T+2). El mercado de cripto, en cambio, opera 24/7, 365 días al año, con una liquidación casi instantánea (T+0) y, en muchos casos, sin una cámara de compensación centralizada al estilo tradicional. Adaptar la infraestructura nativa de una crypto exchange a estos requisitos arcaicos es, como señala Cohen, «extremadamente difícil o directamente imposible».
2. La paradoja regulatoria
Este es el obstáculo más evidente. La normativa FBOT exige que el solicitante esté ya regulado de manera comprehensiva en su jurisdicción de origen. Esto automáticamente excluye a la inmensa mayoría de exchanges offshore que operan desde paraísos regulatorios como Seychelles, Islas Caimán o Malta. Estas empresas eligieron esas sedes precisamente para escapar de marcos estrictos.
No tienen interés en someterse a una regulación estricta en su país para luego intentar obtener el visto bueno de la CFTC. La guía, por tanto, solo aplica a un puñado de exchanges que ya cumplen con normas estrictas, derrotando su propio propósito de atraer a los actores más relevantes.
3. La barrera de entrada
El marco FBOT fue construido para grandes instituciones financieras con equipos legales y de compliance abultados. No está diseñado para las empresas ágiles y nativas del ecosistema cripto, que dominan el volumen y la innovación del sector. Los costos y la complejidad de cumplir con estos requisitos son prohibitivos para todas excepto las empresas más grandes y tradicionalizadas, creando una barrera de entrada que ahuyenta la innovación.
Más allá del FBOT: La carrera regulatoria de EE.UU. en 2025
La «Crypto Sprint»
La guía del FBOT no es un hecho aislado. Es parte de una iniciativa más amplia de la CFTC, apodada la «Crypto Sprint», que busca acelerar el desarrollo de un marco regulatorio claro para los activos digitales. Esta iniciativa se alinea con la agenda del Presidente Trump de posicionar a EE.UU. como líder global en la industria de la cripto.
El informe de Julio de 2025
Este esfuerzo viene respaldado por el informe de julio de 2025 de la administración, que recomendaba una supervisión conjunta entre la SEC y la CFTC, asignando roles más definidos a cada agencia. Existe un reconocimiento claro a nivel federal de la necesidad de actuar.
El futuro es 24/7
Prueba de esta evolución es la propuesta de otras agencias para crear un marco de supervisión para mercados de trading perpetuo, un concepto inherente a las criptomonedas. Esta visión contrasta fuertemente con el modelo de horario limitado que subyace en el registro FBOT, mostrando la desconexión entre esta herramienta en particular y la dirección general de la política regulatoria.
¿Cuál es el camino a seguir? La urgencia de una ley de estructura de mercado cripto
Claridad legislativa vs. guía administrativa
La guía de la CFTC, aunque útil, es una medida administrativa. Puede ser modificada, revocada o reinterpretada por una administración futura, lo que genera inseguridad jurídica. La verdadera solución, como apuntan los expertos, reside en el Congreso.
Codificar la regulación
Lo que se necesita no es adaptar herramientas antiguas, sino crear una nueva. Una ley específica para la estructura de mercados de criptoactivos, aprobada por el legislativo, proporcionaría la estabilidad, previsibilidad y claridad que tanto anhelan las empresas para invertir y establecerse en EE.UU. Un marco hecho a la medida de la tecnología, no un remiendo de normativas del siglo XX.
Conclusión: El FBOT es un paso, pero no el camino
La guía de la CFTC sobre el FBOT es un reconocimiento bienintencionado de un problema real: la necesidad de regular la actividad offshore que afecta a ciudadanos estadounidenses. Sin embargo, al emplear una herramienta obsoleta e incompatible con la naturaleza del ecosistema al que pretende regular, está condenada al fracaso.
No logrará atraer de vuelta a las exchanges que operan desde jurisdicciones laxas, que continuarán haciendo negocios como siempre, fuera del alcance de los reguladores de EE.UU.
El mensaje final es claro: los reguladores deben evolucionar. La verdadera solución requiere de valentía legislativa para construir un marco desde cero, no de parches regulatorios. Mientras eso no suceda, el vacío persistirá y la fuga de empresas e innovación continuará. La pelota, ahora, está en el tejado del Congreso.
¿Crees que EE.UU. debe priorizar una ley específica para cripto o confiar en la adaptación de marcos existentes? Déjanos tu opinión en los comentarios.