¿Fueron los Memecoins Políticos una Oportunidad o una Trampa? Datos Reveladores de 2025
El mercado de los memecoins experimentó en 2024 una de las montañas rusas más extremas de la historia reciente de las criptomonedas. En diciembre de ese año, alcanzó una capitalización de mercado histórica, rozando los $150.600 millones, un hito que superó incluso el pico de la manía previa en 2021. Sin embargo, para noviembre de 2025, ese valor se había desplomado por debajo de los $40.000 millones. ¿Qué impulsó semejante auge y qué causó una caída tan abrupta? El «State of Memecoins Report 2025» de CoinGecko apunta a un catalizador principal con un doble filo: las narrativas políticas. Este análisis desglosa cómo los tokens temáticos electorales fueron el motor del rally récord y, posteriormente, el detonante de una severa pérdida de confianza que enfrió todo el sector especulativo.
El Pico de los Memecoins: Un Cóctel de Innovación y Política
El camino hacia los $150.600 millones en diciembre de 2024 no fue aleatorio. CoinGecko identifica tres motores clave que alimentaron este crecimiento exponencial.
En primer lugar, la proliferación de nuevas plataformas de lanzamiento (launchpads), que facilitaron la creación y distribución masiva de tokens con una barrera de entrada mínima.
En segundo término, la experimentación en Solana se consolidó como el estándar, gracias a sus bajos costos de transacción y alta velocidad, que permitían el frenesí comercial característico de estos activos.
Pero el factor más determinante fue el tercero: las narrativas políticas. La especulación en torno a eventos globales, y muy especialmente a las elecciones presidenciales de Estados Unidos, generó un frenesí inversor sin precedentes en este nicho. Tokens temáticos ligados a candidatos, principalmente a Donald Trump, dominaron las conversaciones en redes sociales y los volúmenes de trading. La reelección del expresidente en noviembre de 2024 coincidió, significativamente, con el pico máximo de capitalización del mercado, sellando momentáneamente el matrimonio entre el meme financiero y el sentimiento político.
De la Euforia a la Desconfianza: Los Tokens Oficiales que Enfriaron el Mercado
Paradójicamente, la misma fuerza que infló la burbuja comenzó a pincharla. La transición de tokens comunitarios no oficiales a proyectos con cierto respaldo o asociación política marcó un punto de inflexión crítico que erosionó la confianza de los inversores.
El caso más emblemático fue el del token TRUMP (oficial). Presentado como un hito, alcanzó un precio máximo de aproximadamente $73 para luego colapsar estrepitosamente a alrededor de $5 a inicios de 2025. Esta volatilidad extrema y la posterior desilusión generaron críticas generalizadas, mostrando la fragilidad de un valor fundamentado principalmente en el hype.
Un segundo golpe, quizás más dañino para la integridad percibida del sector, llegó con LIBRA, un token asociado a la figura del presidente argentino Javier Milei. Poco después de su lanzamiento, se descubrió que insiders retiraron más de $107 millones de liquidez del proyecto, desatando investigaciones y una ola de indignación. Este evento no solo hundió a LIBRA, sino que envió un mensaje claro a los inversores minoristas: el riesgo de manipulación y de esquemas de «bomba y descarga» (pump-and-dump) era sistémico y muy real.
CoinGecko resume este giro señalando que los memecoins están evolucionando hacia instrumentos de alta volatilidad que reflejan el sentimiento cultural y político, donde el entusiasmo puede desvanecerse tan rápido como aparece.
El Desplome: El Mercado Especulativo se Enfría en 2025
La pérdida de confianza tras los casos TRUMP y LIBRA desencadenó una corrección masiva. Para noviembre de 2025, la capitalización total del mercado de memecoins había caído por debajo de los $40.000 millones. Esto representa una caída de aproximadamente el 73% desde el pico de diciembre de 2024. Datos de CoinMarketCap, al momento de redactar el informe a inicios de 2025, ya situaban la capitalización en su punto más bajo del año: $38.000 millones.
El retroceso no fue un fenómeno aislado de los memecoins, sino parte de un enfriamiento general en los sectores más especulativos de las criptomonedas. El mercado de NFTs, por ejemplo, también mostró una debilidad significativa. Según CryptoSlam, el volumen de ventas de NFTs en noviembre de 2025 cayó a $320 millones, su nivel más bajo de todo el año.
Más Allá del ‘Speed and Spectacle’: La Visión para la Próxima Generación
Ante este panorama de auge y caída, surge la pregunta: ¿hay futuro para los memecoins después de este ciclo? Una visión optimista, como la expresada por Keith Grossman, presidente de MoonPay, sugiere que sí, pero en una forma transformada.
Grossman argumenta que la próxima iteración «no se parecerá a los memecoins de hoy. Puede que ni siquiera se llamen memecoins. Recompensará la contribución sostenida, la coordinación y la señal cultural; no solo la velocidad y el espectáculo».
Esta reflexión apunta a la posible evolución del sector. El ciclo 2024-2025 demostró de manera cruda el inmenso poder—y el riesgo inherente—de las narrativas virales y políticas. La lección para los desarrolladores y las comunidades podría ser la necesidad de construir modelos que ofrezcan mayor utilidad, mecanismos de gobernanza más sólidos o una integración cultural más profunda, alejándose del puro esquema especulativo de corto plazo.
Conclusión
El informe de CoinGecko deja claro que los tokens políticos desempeñaron un papel dual: fueron el acelerador del boom histórico de los memecoins y, posteriormente, el detonante de su colapso. Para los inversores, este episodio subraya una lección fundamental sobre la extrema volatilidad y los riesgos de manipulación en este tipo de activos especulativos, donde el sentimiento puede cambiar de la noche a la mañana.
Sin embargo, a pesar del duro ajuste, la innovación, el interés comunitario y la búsqueda de nuevas formas de expresión cultural y financiera sugieren que los memecoins, o lo que sea que evolucionen a ser, probablemente no desaparezcan, sino que se transformen en busca de una base más sostenible que el mero espectáculo.














