Gigantes tecnológicos chinos frenan emisión de stablecoins en Hong Kong: Qué significa para el ecosistema cripto en 2025
En el panorama financiero global de 2025, donde la tokenización de activos y las stablecoins prometían revolucionar los mercados capitales, un movimiento regulatorio desde Pekín ha alterado profundamente el desarrollo del ecosistema cripto en Asia. La suspensión de los planes de emisión de stablecoins por parte de Ant Group y JD.com en Hong Kong, tras la intervención directa del Banco Popular de China y la Administración del Ciberespacio de China, marca un punto de inflexión en la relación entre la innovación financiera privada y la soberanía monetaria estatal.
La advertencia de Pekín: ¿Moneda digital privada o soberanía del banco central?
Según reveló el Financial Times en su edición dominical, las autoridades monetarias chinas plantearon una pregunta fundamental que resonó en los pasillos de las tecnológicas: «¿Quién tiene el derecho último de acuñación: el banco central o las empresas privadas?» Esta interrogante, formulada por una fuente anónima cercana a las discusiones regulatorias, encapsula la esencia del conflicto. Para Pekín, la emisión de moneda representa un pilar fundamental de la soberanía nacional, un derecho que no está dispuesto a compartir con entidades privadas, incluso cuando operan desde la región administrativa especial de Hong Kong.
El giro regulatorio que frena la tokenización en Hong Kong
El contraste no podría ser más evidente. Solo meses antes, en agosto de 2024, Hong Kong había lanzado un programa piloto que invitaba abiertamente a emisores de stablecoins a establecer operaciones en la ciudad, con especial interés en aquellas vinculadas al renminbi. El objetivo declarado era expandir el alcance internacional del yuan a través de innovaciones financieras. Ant Group y JD.com, junto con otras empresas tecnológicas, habían mostrado interés en participar activamente, ya fuera mediante el programa piloto o mediante la emisión de bonos digitales tokenizados.
Las preocupaciones regulatorias, sin embargo, iban más allá del principio de soberanía monetaria. Ye Zhiheng, de la Comisión de Valores y Futuros de Hong Kong, había advertido sobre «mayor riesgo de fraude» bajo el nuevo marco regulatorio, una preocupación que pareció materializarse cuando el 1 de agosto de 2024 varias empresas de stablecoins reportaron pérdidas de doble dígito, alimentando el escepticismo de los reguladores continentales.
Estables vs. Yuan Digital: La batalla por la hegemonía financiera
Las señales de un cambio de rumbo se habían estado acumulando. Un reporte de Caixin -posteriormente eliminado- había mencionado restricciones específicas sobre las stablecoins en Hong Kong, mientras que las brokerages recibieron instrucciones para pausar la tokenización de activos reales (RWA). Este retroceso ocurre paradójicamente en un momento de avances técnicos significativos, como la tokenización de $3,800 millones en fondos del mercado monetario por parte de CMBI en BNB Chain, demostrando que la tecnología subyacente continúa su desarrollo pese a las restricciones regulatorias.
La tensión fundamental subyace en la competencia entre las stablecoins privadas y el Yuan Digital (e-CNY), proyecto emblemático del Banco Popular de China. Mientras las stablecoins representan la descentralización y la innovación privada, el e-CNY encarna la soberanía monetaria estatal y el control centralizado. En el contexto de la guerra comercial entre Estados Unidos y China, con las recientes declaraciones del presidente Trump añadiendo incertidumbre geopolítica, Pekín parece priorizar el control sobre la experimentación financiera.
Cómo afecta la postura china al futuro de las stablecoins a nivel global
Las implicaciones trascienden las fronteras chinas. Hong Kong enfrenta un desafío existencial para mantener su credibilidad como centro financiero digital internacional mientras se alinea con las directrices de Pekín. Para el ecosistema cripto global, la postura china envía una señal clara: en jurisdicciones donde la soberanía monetaria se considera un interés nacional fundamental, las stablecoins privadas enfrentarán barreras casi insuperables.
Mirando hacia el futuro, las empresas afectadas probablemente reorientarán sus esfuerzos hacia productos tokenizados no monetarios, como bonos digitales u otros instrumentos financieros que no desafíen directamente el monopolio de emisión monetaria del banco central. La posibilidad de una revisión del marco regulatorio de Hong Kong parece remota en el corto plazo, mientras Pekín acelera la integración del e-CNY en los sistemas de pago domésticos e internacionales.
La incertidumbre regulatoria que caracteriza a 2025 redefine sustancialmente el rol de Asia en el ecosistema cripto global. La soberanía monetaria ha prevalecido sobre la innovación privada, y Hong Kong enfrenta el desafío de equilibrar su autonomía histórica con su alineación política y financiera con el continente. Este episodio demuestra que, en la batalla entre la disrupción tecnológica y el control estatal, los Estados aún mantienen cartas decisivas cuando se trata del derecho fundamental a emitir moneda.