Guía de la SEC sobre Staking Líquido en 2025: ¿Claridad o Nuevas Incertidumbres para las Criptomonedas?
La reciente guía de la SEC sobre staking líquido genera optimismo institucional pero deja vacíos legales críticos. En el ecosistema DeFi, donde esta práctica registró crecimiento exponencial, el documento ofrece un reconocimiento implícito: el staking líquido básico no constituye una «oferta de valores». Sin embargo, como advierte Scott Gralnick de Marinade, se trata de «un avance frágil que podría ser impugnado judicialmente».
La guía, no vinculante y ambigua, ignora deliberadamente complejidades emergentes como el restaking, la fiscalidad y los derivados financieros. Este enfoque genera nuevas dudas en pleno 2025 sobre el futuro regulatorio del sector.
1. El Anuncio de la SEC: Un Marco No Vinculante
La guía publicada en 2025 carece de fuerza legal: no es una norma, regulación ni posición oficial de la Comisión, reflejando solo el criterio de una división interna. Su principal aporte es el reconocimiento tácito de que los protocolos básicos de staking líquido no se clasifican automáticamente como ofertas de valores.
No obstante, su limitación crítica radica en la ausencia de votación formal por parte de los comisionados, según fuentes anónimas citadas por Cointelegraph. Esto confirma la advertencia de Scott Gralnick: «Estas guías no son ley… podrían ser impugnadas», manteniendo a los proyectos en incertidumbre jurídica.
2. Staking Líquido: Un Ecosistema Demasiado Diverso para una Guía Genérica
La guía no aborda la heterogeneidad técnica del sector. Protocolos como Lido (con tokens de recepción 1:1) difieren radicalmente de modelos con garantías o recompensas variables. Los Liquid Restaking Tokens (LRTs) añaden capas adicionales de complejidad no contempladas.
Sam Kim de Lido Labs señala: «Quedan dudas en restaking, staking crosschain y productos financieros complejos». Michael Hubbard de SOL Strategies añade que solo los modelos «puramente administrativos» hallan claridad. Al no diferenciar estructuras operativas, la SEC obstaculiza la innovación técnica según expertos.
3. Impuestos del Staking Líquido: La Gran Incógnita Regulatoria
La fiscalidad sigue siendo el principal vacío sin resolver. Dos problemas persisten en 2025:
- Momento de tributación: ¿Deben gravarse las recompensas al generarse o al venderse? Litigios en tribunales federales mantienen este debate abierto.
- Grantor Trust Rules: Estas normas imposibilitan que los fondos cotizados (ETFs) integren staking líquido al complicar la transmisión hereditaria. Evan Weiss de Alluvial lo califica como «la principal barrera regulatoria para los ETFs de staking».
Pese al lobbying en el Congreso por un marco fiscal claro, la guía de la SEC omite toda orientación, profundizando la incertidumbre operativa.
4. ¿Hacia una Impugnación Legal o Nueva Legislación en 2025?
Los riesgos son tangibles: la naturaleza no vinculante de la guía la hace vulnerable a impugnaciones judiciales. Protocolos innovadores como los LRTs enfrentan además fragmentación regulatoria entre agencias.
Sin embargo, 2025 presenta oportunidades legislativas. Proyectos de ley sobre estructura de mercados digitales, apoyados por la industria, podrían ofrecer seguridad jurídica. Esta ventana permite a instituciones integrar staking líquido bajo condiciones específicas, aunque exige acción coordinada del sector. Como concluye Hubbard, sigue siendo «un primer paso frágil».
Conclusión
La guía de la SEC elimina el fantasma de las securities para el staking líquido básico, pero profundiza la incertidumbre en innovaciones como el restaking y la fiscalidad. El panorama se bifurca en dos escenarios:
Un escenario positivo donde nueva legislación clarifica impuestos y modelos complejos, versus un escenario negativo con litigios que paralicen avances técnicos. La industria debe monitorear activamente votaciones legislativas y casos judiciales en curso.
Lo que parece progreso podría desvanecerse sin normas concretas. La claridad actual sigue siendo parcial, temporal y condicionada a desarrollos políticos durante este año clave para las criptomonedas.