Hong Kong lanza consulta pública sobre CARF: Un paso clave hacia la transparencia fiscal en criptoactivos para 2025

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Hong Kong lanza consulta pública sobre CARF: Un paso clave hacia la transparencia fiscal en criptoactivos para 2025

Hong Kong ha iniciado una consulta pública para implementar el Marco de Información de Criptoactivos (CARF) de la OCDE, con el objetivo de alinear su normativa fiscal con los estándares globales y combatir la evasión transfronteriza. Te explicamos qué implica esta medida y su impacto en el ecosistema financiero digital.

Introducción: El contexto regulatorio de Hong Kong

Como uno de los centros financieros más dinámicos del mundo, Hong Kong ha estado navegando cuidadosamente el complejo panorama de la regulación de activos digitales. A principios de 2025, la administración ha dado un paso significativo al lanzar una consulta pública formal sobre la implementación del Crypto-Asset Reporting Framework (CARF), un estándar internacional desarrollado por la OCDE.

Este movimiento tiene un objetivo claro: fortalecer la lucha contra la evasión fiscal transfronteriza y profundizar la cooperación internacional en materia fiscal. Como señaló Christopher Hui, Secretario de Servicios Financieros y del Tesoro, “La adopción del CARF demostrará el compromiso del gobierno con la promoción de la cooperación fiscal internacional y la lucha contra la evasión fiscal transfronteriza”. Esta iniciativa no es un hecho aislado, sino parte de una corriente regulatoria global que está redefiniendo las reglas del juego para los criptoactivos.

¿Qué es el CARF y por qué es importante para el sector?

El Crypto-Asset Reporting Framework (CARF) es, en esencia, el análogo para criptoactivos del Common Reporting Standard (CRS), que rige para las cuentas financieras tradicionales. Creado por la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE), su propósito principal es estandarizar el intercambio automático de información fiscal entre jurisdicciones.

Bajo este marco, los Proveedores de Servicios de Activos Virtuales (VASP), como exchanges y custodios, estarían obligados a recopilar y reportar datos sobre sus clientes y sus transacciones. Esta información, que incluiría saldos, movimientos y detalles de identificación, se compartiría de forma automática con las autoridades fiscales de los países de residencia de los usuarios.

Para Hong Kong, la adopción del CARF representa más una estandarización y evolución que una revolución. La ciudad ya participa en el intercambio automático de información financiera bajo el CRS desde 2018. El CARF extiende este principio de transparencia al universo de los criptoactivos, cerrando una brecha regulatoria que los actores globales llevan años señalando.

Detalles de la consulta pública en Hong Kong

La consulta lanzada por el gobierno tiene un doble objetivo técnico y legal. En primer lugar, busca recabar opiniones sobre los mecanismos concretos para implementar el CARF en la jurisdicción. En segundo lugar, y de manera crucial, evalúa las enmiendas necesarias en la legislación fiscal local para dar cabida a los nuevos requisitos de reporte que impone este marco internacional.

Este proceso de consulta, abierto a la participación de ciudadanos, empresas del sector y expertos, es el precursor necesario para una implementación formal. Siguiendo los plazos observados en otras jurisdicciones, es plausible que Hong Kong busque tener el marco operativo para 2026 o 2027. Es significativo destacar que esta consulta se produce en paralelo a la revisión de las normas del Common Reporting Standard (CRS) para activos tradicionales, lo que demuestra un enfoque integral y modernizador de todo el ecosistema de transparencia fiscal.

La adopción global del CARF: Un panorama en 2025

El impulso detrás del CARF es innegable y constituye una tendencia global predominante. Según los últimos datos de la OCDE, actualizados a diciembre de 2024, 76 países han manifestado algún tipo de compromiso con su adopción. El calendario se estructura en oleadas:

  • 48 países se han comprometido a implementarlo para 2027.
  • 27 países apuntan a una adopción para 2028.
  • Estados Unidos, un actor clave, tiene un compromiso objetivo para 2029.

Este avance no ha sido uniforme. Mientras economías como Brasil mostraron un interés temprano y formaron parte del grupo inicial de 47 gobiernos comprometidos, otras como Suiza han optado por un camino más prudente, retrasando su implementación hasta 2027. Estados Unidos, por su parte, aún se encuentra en fase de revisión de la propuesta regulatoria del IRS. El instrumento legal que hará posible este intercambio masivo de datos es el Acuerdo Multilateral entre Autoridades Competentes (MCAA), que ya ha sido firmado por 53 naciones.

Implicaciones y reacciones potenciales en el mercado

La implementación del CARF traerá consecuencias tangibles para todos los actores en Hong Kong:

Para usuarios e inversores

Se traducirá en una mayor transparencia. Las ganancias de capital derivadas de operaciones con criptoactivos deberán ser declaradas con mayor rigor, ya que la información será automáticamente compartida con la autoridad fiscal de su país de residencia. Para los inversores que ya cumplen, podría simplificar procesos, pero para otros, supondrá un nuevo escrutinio. A cambio, ofrece mayor seguridad jurídica y alineación con estándares internacionales.

Para el ecosistema cripto y las empresas

Los exchanges y otros VASP enfrentarán nuevas y significativas obligaciones de reporte y cumplimiento (compliance), lo que probablemente incremente sus costos operativos. Sin embargo, este esfuerzo refuerza la credibilidad de Hong Kong como un centro financiero serio y bien regulado, un factor atractivo para la inversión institucional.

Surgen, no obstante, interrogantes sobre posibles ajustes o «vacíos». El aumento del 70% en registros de fundaciones en las Islas Caimán durante 2024, reportado por algunos analistas, sugiere una búsqueda de estructuras alternativas. Además, expertos legales señalan que el CARF, en su diseño inicial, podría excluir a ciertas entidades pasivas que solo mantienen criptoactivos (como tesorerías de protocolos o algunos fondos), un punto que seguramente será objeto de debate y posible refinamiento futuro.

Conclusión: Mirando hacia el futuro regulatorio

La consulta pública de Hong Kong sobre el CARF es mucho más que un trámite administrativo; es un paso decisivo que busca integrar definitivamente los criptoactivos en la arquitectura de la transparencia fiscal global. Este movimiento refleja una verdad más amplia: para 2025, la brecha regulatoria entre las finanzas tradicionales y las digitales se está cerrando rápidamente.

Medidas como el CARF evidencian que la presión por la claridad y el cumplimiento en el ámbito cripto es una realidad global irreversible. Hong Kong, con esta acción, no solo responde a esa presión, sino que se posiciona activamente dentro del nuevo paradigma, tratando de equilibrar su histórica vocación de innovación y apertura financiera con las demandas contemporáneas de estabilidad y cumplimiento normativo. El mensaje es claro: el futuro de las criptofinanzas es regulado y transparente.

¿Crees que estas medidas, a la larga, fomentarán la adopción institucional de los criptoactivos o podrían frenar la innovación en el sector?

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