Informe revela que la apuesta cripto de la República Centroafricana favoreció a élites y redes criminales

Ayudanos a compartir esta información






Informe revela que la apuesta cripto de la República Centroafricana favoreció a élites y redes criminales

Informe revela que la apuesta cripto de la República Centroafricana favoreció a élites y redes criminales

En 2022, la República Centroafricana (RCA) se proclamó pionera en África al adoptar Bitcoin como moneda de curso legal, prometiendo una revolución de inclusión financiera para su población. Tres años después, la realidad dista enormemente de aquella promesa. Un informe del Global Initiative Against Transnational Organized Crime (GI-TOC) publicado en 2025 desmonta la narrativa oficial y revela un panorama sombrío: lejos de empoderar a los ciudadanos, la iniciativa cripto parece haber servido principalmente para el enriquecimiento de un círculo estrecho de élites y haber expuesto al frágil estado a influencias criminales. Este artículo analiza las razones de este fracaso, los actores involucrados y las graves implicaciones que este caso de estudio plantea sobre la adopción de tecnologías disruptivas en contextos de vulnerabilidad extrema.

La realidad socioeconómica de la RCA: ¿Era viable una adopción cripto masiva?

El primer gran obstáculo para cualquier proyecto de economía digital en la RCA es la cruda realidad sobre el terreno. Las cifras de infraestructura son elocuentes: solo el 15.7% de la población tiene acceso a electricidad y menos del 40% posee suscripciones móviles. En un país con un PIB per cápita de apenas $467 USD, la inmensa mayoría de los centroafricanos carece de los recursos básicos —energía, internet, capital— necesarios para participar en una economía criptográfica.

El informe del GI-TOC contrasta brutalmente esta realidad con la retórica tecnocrática del gobierno. Señala que una población que sigue “expuesta a ejecuciones masivas, tortura y violaciones en grupo” difícilmente puede “involucrarse en inversiones cripto de manera significativa”. Esta desconexión fundamental hace que la iniciativa, en esencia, fuera “fundamentalmente poco realista” desde su concepción, ignorando las condiciones de vida de aquellos a quienes pretendía beneficiar.

De la ley Bitcoin al memecoin: El recorrido de los proyectos cripto de la RCA

La cronología del experimento cripto de la RCA es una sucesión de anuncios ambiciosos y fracasos concretos. Todo comenzó en abril de 2022, cuando el país siguió los pasos de El Salvador y adoptó Bitcoin como moneda de curso legal. Sin embargo, la medida chocó rápidamente con la oposición de las instituciones regionales. En marzo de 2023, ante la presión de la Comunidad Económica y Monetaria de África Central (CEMAC) y el Fondo Monetario Internacional (FMI), la ley fue derogada.

En paralelo, en 2022, se lanzó el proyecto estrella del gobierno: Sango Coin. Su propuesta era tokenizar los recursos naturales del país —petróleo, oro, madera— para atraer inversión extranjera. El resultado fue un rotundo fracaso comercial, vendiendo menos del 10% de su oferta objetivo. A esto le siguió, en julio de 2023, una ley que permitía la tokenización de recursos nacionales, una medida que el informe critica por su alto riesgo para la soberanía del país.

El declive culminó con el lanzamiento del CAR memecoin, cuyo desempeño ha sido desastroso, marcado por una extrema volatilidad y problemas técnicos. A fecha de 2025, según datos de CoinGecko, la moneda cotiza alrededor de $0.004105, lo que representa una caída de más del 93% en el último año. La imagen “How CAR’s crypto projects progressed”, incluida en el informe del GI-TOC, ilustra gráficamente esta cronología de promesas incumplidas.

¿Quién se benefició? Élites, asesores cuestionables y redes criminales

Si la población no se benefició, ¿quién lo hizo? El informe apunta directamente a una dinámica de captura del estado. Describe al presidente Faustin-Archange Touadéra rodeado de “entusiastas de las cripto, empresarios prorrusos y magnates controvertidos” que habrían utilizado las iniciativas para su propio provecho.

El documento nombra casos específicos que alimentan esta tesis. Por un lado, Nicolae Bogdan Buzaianu, vinculado a presunto tráfico ilegal de madera y bajo investigación. Por otro, Émile Parfait Simb, asociado a múltiples casos de fraude y condenas. La presencia de estas figuras sugiere que las iniciativas cripto pudieron estar diseñadas para enriquecer a un círculo estrecho de *insiders*, lejos del escrutinio público y las salvaguardas democráticas.

Más grave aún, el informe advierte que estos proyectos abrieron nuevos canales para la influencia extranjera y el crimen organizado transnacional, aprovechando la opacidad inherente a algunas operaciones con criptoactivos. En lugar de fortalecer la soberanía nacional, como pregonaba la retórica oficial, la estrategia podría haberla comprometido.

Lecciones para el futuro: Criptomonedas, desarrollo y gobernanza transparente

El balance del experimento cripto en la República Centroafricana es claro: no logró la inclusión financiera prometida, tuvo un desempeño comercial pobre y estuvo marcado por la opacidad y graves riesgos de captura estatal. Sin embargo, este fracaso no condena a la tecnología blockchain en su conjunto. De hecho, en otras partes de África —como en Kenia o Nigeria— se observan usos más orgánicos y exitosos, donde las stablecoins o las transferencias P2P ayudan a mitigar la inflación o abaratar el costo de las remesas.

La lección fundamental del caso de la RCA es que la adopción de tecnologías financieras disruptivas en estados frágiles no puede saltarse pasos fundamentales. Requiere, ante todo, gobernanza sólida, inclusión digital básica y marcos regulatorios transparentes que prioricen el interés público sobre los intereses particulares. La promesa de la innovación financiera solo se materializa cuando existe un compromiso genuino con la equidad y la rendición de cuentas. El amargo experimento centroafricano sirve, en 2025, como una advertencia crucial para cualquier nación que vea en las criptomonedas un atajo milagroso para el desarrollo, sin atender primero los cimientos de la estabilidad y la justicia social.


Related Posts