Interpol Desmantela una Macro Red de Minería Ilegal de Cripto en Angola: Más de 1200 Arrestos y $100 Millones Incautados

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Interpol Desmantela una Macro Red de Minería Ilegal de Cripto en Angola: Más de 1200 Arrestos y $100 Millones Incautados

La noticia resonó en los despachos de todo el mundo: una operación coordinada por Interpol culminaba con más de 1200 arrestos y la incautación de casi cien millones de dólares. El epicentro de esta redada sin precedentes no fue una capital financiera tradicional, sino Angola, donde el blanco fueron granjas de minería de criptomonedas que operaban al margen de la ley. Pero, ¿qué llevó a una acción tan drástica en este país africano? La respuesta yace en una lucha por un recurso tan esencial como la electricidad.

La Operación de Interpol: Cifras y Alcance de la Redada

La efectividad de la operación fue el resultado de una colaboración estrecha entre las unidades de cibercrimen de Interpol y las autoridades angoleñas. El resultado fue el desmantelamiento de 25 centros de minería de criptomonedas, una infraestructura ilegal que consumía cantidades masivas de energía.

Coordinación y Arrestos Masivos

Entre los más de 1200 detenidos en el continente, el perfil de 60 ciudadanos chinos operando estos centros en Angola destacó, poniendo de relieve la dimensión transnacional de este delito.

Incautaciones Millonarias y un Destino Social

El valor del material incautado es abrumador. Solo en equipos de minería, como ASICs y unidades de refrigeración, se valoraron en aproximadamente 37 millones de dólares. Un dato significativo, y que habla de la intención final de las autoridades angoleñas, es el destino planificado para este equipo: su redistribución a “zonas vulnerables” para mejorar la infraestructura tecnológica del país, transformando así un instrumento de delito en una potencial herramienta de desarrollo.

Un Contexto Más Amplio de Cibercrimen en África

Es crucial entender que la acción en Angola no fue un hecho aislado, sino parte de una operación policial más amplia contra el cibercrimen en África. Esta misma iniciativa destapó otros casos graves, como una estafa de inversiones en Zambia que resultó en pérdidas de 300 millones de dólares para 65,000 víctimas. Este contexto amplía el foco, mostrando que la lucha no es solo contra la minería ilegal, sino contra un ecosistema de delitos digitales que prospera en la región.

La Raíz del Problema: La Prohibición de la Minería en Angola

Para comprender la magnitud de la operación, debemos retroceder en el tiempo. Hace poco más de un año, en abril de 2024, el gobierno de Angola implementó una ley que prohibía terminantemente la minería de criptoactivos. Esta decisión no fue caprichosa, sino una respuesta directa a una crisis nacional.

La Crisis Energética Nacional

Angola, una nación con 39 millones de habitantes, enfrenta graves desafíos en la distribución y suministro eléctrico. A pesar de su capacidad de generación, grandes segmentos de la población sufren cortes recurrentes. La minería de criptomonedas, una actividad que consume electricidad a una escala industrial, fue percibida como una amenaza directa a la estabilidad energética nacional y al acceso a un servicio básico para los ciudadanos.

La Advertencia Sin Precedentes de la Embajada China

La seriedad con la que Angola abordó este asunto quedó clara con una inusual advertencia pública de la embajada china en el país. La advertencia fue explícita y dejaba poco espacio a la interpretación: «La ley criminaliza la minería de criptomonedas, y la posesión de información, comunicaciones y equipos de infraestructura utilizados para la ‘minería’ de moneda virtual es punible con uno a cinco años de prisión y confiscación del equipo.» Esta cita no solo alertaba a sus ciudadanos, sino que servía como un anuncio público de la firme postura del gobierno angoleño.

No Es Solo Angola: La Respuesta Global a la Minería de Cripto

La preocupación central de Angola no es única. El enorme consumo energético de la minería, especialmente la que utiliza el protocolo Proof-of-Work (Prueba de Trabajo), es un tema de debate global. El impacto en las redes eléctricas locales y la huella de carbono asociada han llevado a múltiples jurisdicciones a reevaluar la viabilidad de esta actividad dentro de sus fronteras.

Enfoques Diferentes: Prohibición vs. Regulación

La respuesta internacional, sin embargo, no es uniforme. Por un lado, existen ejemplos de crackdowns similares al angoleño, como en la República de Buriatia, Rusia, donde se descubrieron operaciones que robaban electricidad directamente de la red para alimentar granjas mineras.

Por otro lado, países como Estados Unidos exhiben un panorama fragmentado: estados como Texas se promocionan como hubs «amigables» para la minería, atrayendo a empresas como Riot Platforms o CleanSpark con energía abundante y políticas favorables. Mientras, otros como Nueva York decretaron una moratoria (2022-2024) a nuevas operaciones de minería Proof-of-Work que utilizaran fuentes de energía no renovables, demostrando que el debate entre la prohibición y la regulación está lejos de terminar.

Conclusión: Soberanía Energética vs. Minería Ilegal

La operación de Interpol en Angola es mucho más que una simple redada policial. Es un caso de estudio sobre la aplicación de la soberanía nacional sobre un recurso crítico. Demuestra la voluntad de un gobierno de priorizar el acceso a la energía de su población sobre una actividad económica no regulada y de alto consumo.

Este evento se enmarca en un dilema global mucho más amplio respecto a la sostenibilidad y el impacto local de la industria de las criptomonedas. El mensaje es claro: si bien el uso y la tenencia de criptoactivos no son ilegales en Angola, la minería se ha convertido en una actividad de alto riesgo, y los gobiernos están cada vez más dispuestos a actuar con contundencia contra lo que perciben como una amenaza a su infraestructura y estabilidad.

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