La incertidumbre regulatoria frena el mercado: Salidas masivas de ETPs cripto mientras se posterga la Ley CLARITY hasta 2026
La racha positiva de tres semanas para los productos cotizados en bolsa (ETPs) de criptoactivos llegó a un abrupto final. Según el último informe de la firma de análisis CoinShares, estos vehículos de inversión registraron salidas netas por un valor de 952 millones de dólares en la semana reportada. Este brusco giro en los flujos de capital tiene un catalizador claro: el golpe al sentimiento de los inversores tras conocerse nuevos retrasos en la tramitación de la Ley de Claridad del Mercado de Activos Digitales (Ley CLARITY) en Estados Unidos. Este dato no es solo un número aislado, sino un síntoma de la profunda dependencia que el mercado institucional de criptoactivos tiene de un marco regulatorio definido.
Análisis de las salidas: ¿Qué activos y países se vieron más afectados?
La cifra de 952 millones de dólares en salidas netas marca la primera semana negativa en cuatro, interrumpiendo una tendencia de entradas. Un desglose más detallado revela los puntos de mayor presión.
Por activo, Ethereum (ETH) lideró las salidas con una cifra abultada de 555 millones de dólares. James Butterfill, Director de Investigación de CoinShares, destacó en el informe que Ethereum es el activo “con más que ganar o perder” con esta legislación, lo que explica su alta sensibilidad a las noticias. Bitcoin (BTC) no se quedó atrás, con retiros por 460 millones de dólares.
Geográficamente, el origen del movimiento es abrumadoramente estadounidense. Desde EE.UU. salieron 990 millones de dólares, casi la totalidad del flujo negativo global. Este panorama, sin embargo, tuvo sus contrapuntos: se registraron entradas de 46 millones de dólares desde Canadá y 15.6 millones de dólares desde Alemania, mostrando una actitud diferenciada en otras jurisdicciones.
El impacto en el tamaño del mercado es tangible: los activos bajo gestión (AUM) de estos productos caen ahora a 46.7 mil millones de dólares, un descenso frente a los 48.7 mil millones de dólares de 2024. El pesimismo se refleja en la conclusión de CoinShares: es “poco probable” que los ETPs superen las entradas récord del año pasado.
¿Qué es la Ley CLARITY y por qué su retraso es tan importante?
El corazón de este retroceso es la Ley de Claridad del Mercado de Activos Digitales. Su objetivo es fundamental: definir claramente qué criptoactivos deben ser considerados valores (securities) y cuáles materias primas (commodities), delimitando así las jurisdicciones de la SEC (Comisión de Bolsa y Valores) y la CFTC (Comisión de Comercio de Futuros de Materias Primas). Esta claridad es el santo grial que el mercado institucional espera para operar con seguridad jurídica.
El anuncio del retraso llegó a través de David Sacks, zar de IA y Cripto de la Casa Blanca, en la red social X (anteriormente Twitter). Sacks comunicó que la revisión (markup) de la ley en el Senado se pospone para enero de 2026. Este cambio es significativo, ya que anteriormente existía la expectativa de que el texto pudiera llegar al escritorio del Presidente Donald Trump a finales de 2025.
Aunque Sacks mantuvo un tono optimista –”Estamos más cerca que nunca de aprobar la legislación histórica… Esperamos terminar el trabajo en enero”–, el mensaje para el mercado fue claro: la incertidumbre regulatoria se prolonga por, al menos, varios meses más. Esta demora desalienta la entrada de capital nuevo y aviva los temores sobre posibles ventas por parte de grandes tenedores (“whales”) que prefieren esperar en efectivo.
Contraste en el mercado: Los “Smart Money” apuestan por un repunte de Ethereum
En un interesante giro, mientras los ETPs sufrían salidas masivas, un segmento del mercado tomaba una posición contraria. Según datos de la plataforma de inteligencia Nansen, los “smart money traders” –operadores identificados por su desempeño consistentemente superior– mantenían la fe en Ethereum.
Al momento del reporte, este grupo mantenía una posición netamente alcista (net long) en Ether por un valor de 476 millones de dólares en futuros perpetuos. En marcado contraste, su posición en Bitcoin era netamente bajista (net short) por 109 millones de dólares.
Esta divergencia sugiere que los operadores más sofisticados y ágiles interpretan el pánico en los productos de inversión institucional como una posible oportunidad a corto plazo, especialmente para ETH. Separan así el sentimiento inmediato de los flujos de ETPs –muy sensibles a la política– de sus expectativas sobre la dinámica subyacente del mercado de derivados y los fundamentos a medio plazo.
Conclusión: La regulación sigue siendo el principal catalizador del mercado
El episodio deja una lección clara: el mercado de criptoactivos, en su faceta institucional, sigue siendo extremadamente sensible a los vaivenes políticos de Washington D.C. Las salidas récord de 952 millones de dólares son una reacción directa y cuantificable a la postergación de la claridad regulatoria.
La dicotomía observada es reveladora: los fondos que siguen los flujos institucionales reaccionan con ventas, mientras que el capital considerado “inteligente” busca oportunidades en la volatilidad.
El camino hacia una adopción masiva y estable por parte de las instituciones financieras tradicionales sigue estando profundamente ligado al progreso legislativo. Este evento refuerza que, más allá de los ciclos de precios, la noticia política puede ser el catalizador más potente en el corto plazo. Todos los ojos del sector estarán ahora puestos, con una mezcla de esperanza y cautela, en el calendario del Senado de los Estados Unidos para enero de 2026, la nueva fecha clave para la ansiada Ley CLARITY.














