La UE ante un giro regulatorio: Por qué el Banco de Francia exige que la ESMA supervise las criptomonedas
En un momento crucial para la implementación del Reglamento de Mercados de Criptoactivos (MiCA), una voz poderosa se ha alzado en París para pedir un cambio radical. Durante su reciente discurso en el Foro Fintech ACPR-AMF, François Villeroy de Galhau, Gobernador del Banco de Francia, no solo hizo un diagnóstico de los puntos débiles de la nueva normativa, sino que planteó una solución audaz: centralizar la supervisión en la Autoridad Europea de Valores y Mercados (ESMA) y endurecer las reglas para los stablecoins. La pregunta que flota en el aire es ineludible: ¿el enfoque descentralizado basado en supervisores nacionales es suficiente para un mercado tan global y volátil?
El argumento clave: Evitar la fragmentación y proteger la soberanía
El núcleo de la propuesta francesa es una crítica directa a la fragmentación regulatoria. Villeroy de Galhau fue claro al declarar: «Abogo, junto con el presidente de la AMF, por una supervisión europea de los emisores de criptoactivos, llevada a cabo por la ESMA». El modelo actual, que delega la supervisión en autoridades nacionales, conlleva riesgos significativos. Puede derivar en una aplicación desigual de MiCA, estándares dispares entre países y la peligrosa práctica del «arbitraje regulatorio», donde las empresas eligen establecerse en jurisdicciones con normas más laxas.
La solución que se propone es contundente: designar a la ESMA, con sede en París, como el supervisor directo de los principales emisores de criptoactivos. Este enfoque garantizaría una aplicación coherente y rigurosa de la normativa en los 27 estados miembros, creando la ansiada «igualdad de condiciones» y ofreciendo una protección uniforme a los inversores europeos.
Stablecoins: La grieta en la armadura del MiCA
Si la supervisión descentralizada es un problema, la regulación de los stablecoins se percibe como una amenaza aún más concreta. Estas criptomonedas vinculadas a activos estables, como el dólar, son pilares del ecosistema, pero el Banco de Francia identifica graves flaquezas en cómo MiCA las aborda.
La normativa actual es permisiva con la «emisión múltiple», permitiendo que un mismo stablecoin se emita desde dentro y fuera de la UE, a menudo respaldado por reservas parciales. Esta aparente apertura genera tres riesgos fundamentales: el debilitamiento del euro como moneda de referencia frente al dominio de stablecoins vinculados al dólar, la fragmentación de los sistemas de pago con la multiplicación descoordinada de soluciones privadas, y una creciente dependencia de entidades no europeas y escasamente reguladas.
Esta preocupación no es aislada. Recibe el respaldo de figuras como Chiara Scotti, Subgobernadora del Banco de Italia, quien en septiembre de 2024 alertó sobre los mismos peligros. Además, el Consejo Europeo de Riesgo Sistémico (ESRB) recomendó el 1 de octubre de 2024 la prohibición de la emisión múltiple, alineándose con la postura francesa.
El pasaporte único de MiCA: Una fortaleza con una posible grieta
Uno de los pilares de MiCA es el mecanismo de «pasaporte», que permite que una licencia obtenida en un país de la UE sea válida en todo el mercado único. Su intención es loable, pero su éxito depende de la solidez de cada supervisor nacional.
El caso de Malta en julio de 2024 sirve como una advertencia clara. La ESMA criticó públicamente el proceso de concesión de licencias del país por considerarlo laxo, destacando el «efecto dominó» que puede tener una supervisión deficiente en un solo estado miembro: pone en riesgo la integridad de todo el mercado único. Ante esta situación, la Autoridad de Mercados Financieros (AMF) de Francia ya ha señalado que podría rechazar la validez del pasaporte de empresas autorizadas en países con estándares de supervisión considerados insuficientes, una postura tomada el 15 de septiembre de 2024.
Un movimiento alineado con los planes de Bruselas
La propuesta del Banco de Francia no surge en el vacío. Se enmarca perfectamente en los planes más amplios de la Comisión Europea para transferir progresivamente la supervisión de varios sectores financieros —incluyendo las criptomonedas— de los reguladores nacionales a autoridades europeas como la ESMA.
Verena Ross, Presidenta de la ESMA, apoyó esta dirección a principios de esta semana, afirmando que dicha reforma es crucial para «crear un panorama financiero más integrado y competitivo a nivel global para la UE». Los comentarios de Villeroy de Galhau forman parte, por tanto, de un debate activo y de un proceso de reforma que se espera se intensifique a lo largo de 2025.
Hacia una supervisión cripto europea más fuerte y unificada
La iniciativa de Francia descansa sobre dos pilares fundamentales: la centralización de la supervisión en la ESMA y el endurecimiento de las normas para la emisión de stablecoins. Su objetivo último es claro: proteger la soberanía financiera de la UE y garantizar la estabilidad del euro en la creciente economía digital.
La implementación de MiCA es, sin duda, un hito histórico, pero tal y como señala París, es solo el primer paso. El éxito a largo plazo de la regulación cripto en Europa dependerá de la construcción de una arquitectura de supervisión sólida, unificada y capaz de actuar como un solo bloque. Con esta propuesta, Francia no solo identifica los desafíos, sino que busca ejercer un liderazgo decisivo en la configuración del futuro financiero del continente.