Mercados de Predicción en 2025: ¿El Futuro de las Finanzas o un Riesgo Sistémico?

Imaginen un mundo donde cualquier diferencia de opinión sobre el futuro se convierte en un activo negociable. Esa es la visión que Tarek Mansour, cofundador de Kalshi, presenta para los mercados de predicción: plataformas donde se comercia con la probabilidad de que ocurra un evento futuro, desde resultados electorales hasta lanzamientos tecnológicos. En 2025, este sector experimenta un crecimiento explosivo, con volúmenes que superan los mil millones de dólares semanales y alianzas estratégicas con gigantes mediáticos como CNBC. Sin embargo, este aparente «termómetro global» de la realidad enfrenta acusaciones crecientes de manipulación y genera nuevas alarmas sobre riesgos para el sistema crediticio. Este artículo explora la paradoja central de estos mercados: mientras prometen una señal de información más rápida y democrática, su rápido ascenso está plagado de prácticas cuestionables y un vacío regulatorio que plantea un serio dilema.

El Ascenso de Polymarket y Kalshi: Volúmenes Billonarios y Alianzas Estratégicas

El boom es innegable. Plataformas como Polymarket reportan volúmenes semanales que frecuentemente superan los 1,000 millones de dólares, según datos de Dune Analytics. Por su parte, Kalshi ha sellado una alianza con CNBC para integrar datos de predicción en sus plataformas, llevando esta información a un público masivo. La visión de los fundadores es ambiciosa: transformar las opiniones en activos líquidos y crear un mercado que, en teoría, podría superar en relevancia al bursátil.

Los defensores, como Jason Wingard de la Universidad de Harvard, argumentan que estos mercados ofrecen una «señal de verdad» más rápida y precisa que las encuestas tradicionales o los informes oficiales, aprovechando la llamada «sabiduría de las multitudes» aplicada a las finanzas.

La Sombra de la Manipulación: Información Privilegiada y Wash Trading

Sin embargo, detrás de este crecimiento se esconde una realidad menos transparente. La integridad de estos mercados es repetidamente cuestionada por casos concretos de manipulación.

En noviembre de 2024, una apuesta en Polymarket sobre la captura de la localidad ucraniana de Myrnohrad se resolvió a favor de los traders justo después de que se publicara y luego se borrara, minutos más tarde, una edición no autorizada de un mapa del Instituto para el Estudio de la Guerra (ISW). El incidente sugiere el uso de información privilegiada o incluso un hackeo para manipular un resultado financiero, con el efecto colateral perverso de distorsionar la percepción pública de un conflicto bélico.

Otro caso emblemático es el del trader conocido como «AlphaRaccoon», quien obtuvo ganancias superiores al millón de dólares apostando en estos mercados sobre resultados de búsqueda de Google y lanzamientos de su IA Gemini. Como señaló Jeong Haeju, investigadora de Meta, la explicación más plausible es que se trataba de un insider de Google, evidenciando cómo empleados con información confidencial pueden explotar estas plataformas.

A estos casos se suma el problema estructural del wash trading, una práctica donde un actor compra y vende para inflar artificialmente el volumen sin asumir riesgo real. Un estudio de la Columbia Business School en 2025 estimó que, en diciembre de 2024, hasta el 60% del volumen en Polymarket podía atribuirse a esta práctica, con un promedio durante 2025 cercano al 25%. Como explica el profesor Yash Kanoria, este volumen artificial «no añade liquidez ni información al mercado», socavando por completo la premisa de precisión que los justifica.

Más Allá del Fraude: Riesgos Sistémicos para el Crédito y los Consumidores

Los riesgos van más allá del fraude puntual. Analistas del Bank of America han advertido en 2025 sobre un peligro sistémico emergente: el riesgo crediticio. Argumentan que las interfaces fáciles y gamificadas de estas plataformas fomentan apuestas impulsivas y frecuentes. Esto podría llevar a una sobre extensión del crédito personal por parte de los usuarios, un aumento en los impagos (defaults) y, en última instancia, ejercer presión sobre la calidad crediticia general, afectando a prestamistas y emisores de crédito, particularmente en el segmento subprime.

Este riesgo se ve agravado por un profundo vacío legal. A nivel federal en Estados Unidos, plataformas como Polymarket y Kalshi están reguladas por la Comisión de Comercio de Futuros de Materias Primas (CFTC). Sin embargo, a nivel estatal, la situación es distinta. Kalshi enfrenta batallas legales en estados como Nevada, Nueva York y Nueva Jersey, donde los reguladores del juego los consideran empresas de apuestas ilegales.

En una acción contundente, Connecticut emitió órdenes de cese y desistimiento a Robinhood, Kalshi y Crypto.com por operar sin licencia de juego, argumentando que exponen a los consumidores a riesgos sin las protecciones correspondientes para su dinero o información personal. Esta dualidad regulatoria crea incertidumbre y deja a los usuarios en un limbo.

2025: El Año de la Encrucijada para los Mercados de Predicción

Nos encontramos, pues, en un punto de inflexión en 2025. Por un lado, las fuerzas impulsoras son poderosas: volumen creciente, alianzas con medios de comunicación y una visión de mercado masivo. Por otro, los frenos son cada vez más evidentes: la exposición de manipulaciones con información privilegiada, la práctica generalizada del wash trading, las advertencias de riesgo sistémico para el crédito y la firme oposición de reguladores estatales.

Las preguntas abiertas son cruciales. ¿Pueden estas plataformas autorregularse eficazmente para erradicar la manipulación? ¿Cómo integrarán las instituciones financieras tradicionales este nuevo riesgo conductual en sus modelos? ¿Se impondrá finalmente la visión federal de la CFTC o la de los reguladores estatales del juego? La promesa de democratizar la predicción y crear un «termómetro global» choca frontalmente con los viejos fantasmas de los mercados financieros —la información privilegiada y el fraude— y, además, crea nuevos riesgos potencialmente sistémicos.

En conclusión, los mercados de predicción se presentan en 2025 como una innovación poderosa pero llena de contradicciones. Ofrecen un instrumento único de análisis colectivo en tiempo real, pero son profundamente vulnerables a abusos que pueden dañar tanto a individuos como a la estabilidad del sistema crediticio. La visión de convertir opiniones en activos es sin duda ambiciosa, pero el camino está plagado de escollos éticos y regulatorios que deben resolverse de manera urgente y transparente. Antes de celebrarlos como el futuro de la toma de decisiones informadas, debemos preguntarnos críticamente si no estamos ante una nueva y sofisticada forma de riesgo especulativo, simplemente disfrazada de innovación tecnológica.