MSCI vs. Bitcoin: Por qué excluir empresas con criptoactivos es un error histórico, según MicroStrategy

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MSCI vs. Bitcoin: Por qué excluir empresas con criptoactivos es un error histórico, según MicroStrategy

MSCI vs. Bitcoin: Por qué excluir empresas con criptoactivos es un error histórico, según MicroStrategy

Un terremoto sacude los cimientos de la inversión indexada global. MSCI, cuyo poder es casi incalculable con trillones de dólares en activos siguiendo sus índices, ha planteado una propuesta que podría redefinir los límites de lo que se considera un activo corporativo legítimo. En octubre de 2025, el gigante de los índices lanzó una consulta para evaluar la exclusión de las denominadas «Empresas de Tesorería de Activos Digitales» (DATs), aquellas que mantengan más del 50% de sus activos en criptomonedas como Bitcoin. La respuesta más contundente no se ha hecho esperar.

Phong Le, CEO de MicroStrategy, ha tildado la medida de absurda, equiparándola a excluir a Chevron por tener petróleo o a Simon Property por poseer bienes raíces. Este artículo analiza este choque frontal entre la ortodoxia financiera y la innovación, un debate que cerrará su primer capítulo crucial en enero de 2026.

La Propuesta de MSCI: Los Motivos Detrás de la Exclusión

¿Qué plantea exactamente MSCI y por qué? La consulta, abierta hasta el 31 de diciembre de 2025, se centra en un criterio aparentemente simple pero de profundas consecuencias: excluir de sus índices a cualquier empresa que mantenga más de la mitad de sus activos en criptodivisas. El término acuñado, «Digital Asset Treasury Companies», delata una intención de categorización.

Según el feedback recogido por MSCI, la justificación subyacente parece ser la percepción de que estas DATs se asemejan más a fondos de inversión —entidades no elegibles para los índices— que a empresas operativas tradicionales. Las preocupaciones giran en torno a la volatilidad del activo subyacente, posibles desafíos de liquidez y dificultades de valoración. El objetivo declarado es, como siempre, preservar la integridad y representatividad de sus índices de referencia global.

La Réplica de MicroStrategy: «Misinformado y Equivocado»

Phong Le desmonta los argumentos de MSCI punto por punto con una lógica basada en la analogía y la historia. Su argumento central es demoledor por su simplicidad: si MSCI aplicara consistentemente su propio criterio propuesto, tendría que excluir a gigantes como Chevron (cuyos activos son predominantemente petróleo), Weyerhaeuser (cuyo valor reside en la madera y la tierra) o Simon Property Group (una cartera de bienes raíces). No lo hace. Por tanto, ¿por qué discriminar específicamente a Bitcoin? Le acusa a MSCI de inconsistencia.

Su refutación se apoya en un argumento histórico poderoso. En una cita directa, el CEO de MicroStrategy advierte que excluir Bitcoin en 2025 es comparable a haber restringido la inversión en petróleo en los años 1900, en espectro radioeléctrico en los años 1980, o en capacidad de computación para IA hace apenas unos años. Es, en esencia, frenar la innovación financiera y tecnológica en su etapa más temprana y prometedora.

Además, rechaza frontalmente la etiqueta de «no-empresa operativa». MicroStrategy, fundada en 1989 y cotizando en bolsa desde 1998, es una empresa de software con cientos de empleados. «Trabajo aquí día a día… somos 100% una empresa operativa legalmente», afirmó Le, subrayando la diferencia crítica entre una *holding* estratégica de un activo y un fondo de inversión pasivo.

La Carta Oficial y el Fondo del Debate: Neutralidad Perdida

MicroStrategy acusa a MSCI de tomar partido contra una clase de activo. En una carta oficial publicada el 10 de diciembre de 2025, la empresa, que posee una tesorería de más de 660,000 bitcoins, elevó el tono de la crítica. Acusó a MSCI de abandonar su rol de «árbitro neutral» del mercado para convertirse en un juez que penaliza activamente una estrategia empresarial específica y legítima.

La carta vincula esta decisión técnica con una oportunidad de mercado mucho más amplia: la transformación hacia el «crédito digital», un espacio que Le valora en 60 billones de dólares. El mensaje es claro: MSCI, al estigmatizar esta estrategia de balance, podría estar cegándose a una de las mayores transiciones de capital de la era moderna.

Calendario y Probabilidades: ¿Hacia Dónde se Inclina la Balanza?

Plazos y opiniones expertas sobre el posible desenlace. El calendario es ajustado y las apuestas, altas. La consulta de MSCI permanecerá abierta hasta el 31 de diciembre de 2025. Sus conclusiones se publicarán el 15 de enero de 2026, y cualquier cambio entraría en vigor en febrero de ese mismo año.

Sin embargo, analistas del sector como Charlie Sherry de BTC Markets ofrecen una lectura pesimista para los partidarios de Bitcoin: «MSCI solo somete a consulta cambios así cuando ya se inclina por su implementación». Esta opinión sugiere que el proceso podría ser más una formalidad que una investigación de resultado incierto, indicando una alta probabilidad de que la exclusión se apruebe finalmente.

Implicaciones y Reflexiones Finales: Más Allá de MicroStrategy

¿Qué significa esto para Bitcoin, las DATs y los inversores? El impacto inmediato sería tangible. Para MicroStrategy y cualquier empresa que siga su modelo, supondría una probable salida de los influyentes índices MSCI, reduciendo el acceso automático al capital de miles de fondos institucionales de inversión pasiva. Para Bitcoin, representaría un golpe simbólico a su legitimidad emergente como reserva de valor en balances corporativos, enviando una señal de precaución —o de rechazo— a otras empresas contemplando estrategias similares.

La gran pregunta que queda flotando es: ¿Está MSCI ejerciendo una prudencia necesaria para proteger a los inversores, o está perpetuando un estigma obsoleto sobre una nueva clase de activo? ¿Supone esta medida un retroceso en la adopción institucional de las criptomonedas, o simplemente un ajuste técnico temporal?

En conclusión, este episodio encapsula el choque entre la visión tradicional de los mercados, representada por los guardianes de los índices, y la visión disruptiva de una tecnología financiera que busca su lugar. Es un capítulo más en la larga batalla por la legitimación de Bitcoin. La historia juzgará si la propuesta de MSCI fue un acto de sensatez regulatoria o un error de perspectiva, similar a aquellos que en el pasado subestimaron la llegada del petróleo, las telecomunicaciones o internet. El desenlace, que conoceremos a principios de 2026, marcará un precedente crucial para el futuro de la tesorería corporativa.


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