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Noruega pospone la corona digital: Razones, contexto europeo y futuro de las CBDCs

En un movimiento que marca un punto de inflexión tras años de investigación, el Norges Bank, el banco central de Noruega, ha determinado que el lanzamiento de una corona digital (CBDC) «no está justificado en este momento». Esta decisión, anunciada en 2025, contrasta con el camino de preparación emprendido por otras grandes economías.

La gobernadora Ida Wolden Bache lo dejó claro: «Norges Bank ha concluido que introducir una moneda digital del banco central actualmente no está justificado. Sin embargo, la necesidad de dicha moneda puede cambiar en el futuro.»

Analizamos las razones técnicas detrás de esta pausa estratégica, el contexto de un sistema de pagos ya robusto y lo que esto implica para el futuro del dinero digital en Europa.

¿Por qué Noruega dice «no» a la CBDC? La evaluación del Norges Bank

El veredicto del banco central es claro y se aplica tanto a una potencial CBDC minorista, para el público general, como a una mayorista, para transacciones interbancarias. Tres razones fundamentales sustentan esta decisión.

En primer lugar, Noruega cuenta con un sistema de pagos doméstico que ya es seguro, eficiente y de bajo coste. La infraestructura existente satisface las necesidades de la población, eliminando la urgencia que podría justificar una inversión masiva en una CBDC.

En segundo término, el banco reconoce que, si bien una CBDC mayorista podría modernizar los pagos entre instituciones, sus beneficios concretos aún no están suficientemente probados para dar el paso.

Finalmente, y este es un punto crucial, el comunicado oficial señala la falta de una infraestructura IT estandarizada y madura que soporte un despliegue inmediato, seguro y eficiente. No es un «no» definitivo, sino condicional: el Norges Bank mantiene la puerta abierta para actuar si es necesario garantizar un sistema de pagos eficiente en el futuro.

Del «Icebreaker» a la pausa: El camino de Noruega hacia la CBDC

Esta decisión no se toma a la ligera, sino como culminación de un proceso de experimentación de varios años. Noruega ha sido un laboratorio activo, probando modelos de CBDC a través de iniciativas como experimentos con liquidaciones basadas en tokens en blockchain y, de manera destacada, su participación en el Project Icebreaker en 2023.

Este proyecto internacional, liderado por los bancos centrales de Suecia, Israel y Noruega, probó la viabilidad de las transacciones transfronterizas de CBDC minorista.

Previamente, en 2024, Kjetil Watne, director del proyecto de CBDC del Norges Bank, ya había señalado que una futura corona digital coexistiría con el efectivo y las monedas digitales privadas, no los reemplazaría. La decisión de 2025 representa, por tanto, una reevaluación estratégica basada en los hallazgos de estos experimentos y en un análisis pragmático de la necesidad real y el coste-beneficio.

Noruega vs. el Euro Digital: Dos caminos divergentes en Europa

El contexto europeo es ineludible en esta ecuación. El propio comunicado del Norges Bank menciona explícitamente que el Eurosistema (el Banco Central Europeo y los bancos centrales nacionales de la zona euro) está considerando introducir un digital euro.

Mientras Noruega pausa su proyecto, el BCE avanza: ha pasado a la siguiente fase de preparación y, si la legislación necesaria se concreta en 2026, los ejercicios piloto podrían comenzar en 2027. Según la hoja de ruta actual, la primera emisión del euro digital podría darse en 2029.

Frente a este horizonte, la posición de Noruega es de observación y posible colaboración futura. El Norges Bank ha declarado que explorará la posibilidad de utilizar las soluciones y estándares del Eurosistema si estos se desarrollan.

Esto contrasta el enfoque cauteloso y basado en la necesidad inmediata de Noruega con el enfoque más proactivo y programático de la Unión Europea, subrayando que no existe un camino único hacia la digitalización monetaria.

¿Qué significa esta decisión para el futuro de las CBDCs?

La postura de Noruega tiene varias implicaciones. Para el país, supone una reafirmación de la solidez de su sistema financiero tradicional, priorizando mejorar lo existente frente a innovar por el simple hecho de hacerlo.

Para el ecosistema global de las CBDCs, es un recordatorio poderoso de que su adopción no es un destino obligatorio. La necesidad concreta y el contexto nacional son los verdaderos determinantes.

El banco central noruego incluso estableció una condición para un posible cambio futuro: si otros bancos centrales, como el BCE, introducen CBDCs, esto podría habilitar la colaboración en infraestructura, haciendo más viable y menos costosa una opción noruega más adelante.

En esencia, la decisión de 2025 es un ejemplo de prudencia y pragmatismo. No rechaza la tecnología, pero exige que demuestre un valor añadido claro y tangible sobre sistemas que ya funcionan con excelencia.

Conclusión

Noruega ha decidido, tras una evaluación exhaustiva que incluye años de experimentación, que los costes y riesgos potenciales de lanzar una corona digital en 2025 no superan a los beneficios, gracias a la fortaleza de su sistema de pagos de primer nivel. Más que un abandono, se trata de una pausa estratégica.

El Norges Bank seguirá monitorizando de cerca los desarrollos globales, con especial atención al avance del digital euro, listo para reevaluar su posición si las condiciones cambian.

El caso noruego subraya una lección crucial: la innovación en dinero digital debe estar impulsada primordialmente por la utilidad y la necesidad, no solo por el ímpetu tecnológico. La carrera de las CBDCs se revela así como una maratón, no un sprint, donde cada nación debe encontrar su propio ritmo basado en realidades económicas y sociales concretas.

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