Operación Chokepoint 2.0: JPMorgan Cierra Cuentas del CEO de Strike y Reaviva el Debate Sobre el Debanking
En los últimos años, una práctica silenciosa pero devastadora ha ganado terreno en el sistema financiero estadounidense: el debanking o exclusión bancaria de empresas y figuras vinculadas al sector de las criptomonedas. Este fenómeno, que muchos califican como una campaña orquestada, acaba de encontrar un nuevo y emblemático caso de estudio.
Jack Mallers, director ejecutivo de la plataforma de pagos Bitcoin Strike, reveló a través de X en enero de 2025 que JPMorgan Chase le había cerrado todas sus cuentas personales y comerciales sin una explicación clara. Este incidente no es aislado; es la punta de un iceberg que amenaza con congelar la innovación financiera en Estados Unidos.
Jack Mallers y JPMorgan: ¿Por qué Cerraron las Cuentas del CEO de Strike?
La publicación de Mallers fue contundente: «Me desperté con todas mis cuentas, personales y de Strike, cerradas por JPMorgan. Cero explicación». Esta acción por parte de uno de los bancos más grandes del mundo dejó a la comunidad tecnológica y cripto en estado de alerta.
Lo más preocupante es el patrón que revela: la falta de transparencia en las decisiones bancarias contra empresas legítimas del ecosistema digital. Strike, lejos de ser una startup oscura, es una plataforma regulada que ha procesado billones de dólares en pagos utilizando Bitcoin como capa de liquidación. La medida de JPMorgan parece responder más a una aversión general hacia la industria que a problemas concretos con este cliente específico.
¿Qué es la Operación Chokepoint 2.0 y por qué Preocupa al Sector Cripto?
El término «Operación Chokepoint 2.0» evoca un programa gubernamental que, según múltiples denuncias, presionaría a las instituciones bancarias para que corten relaciones con industrias consideradas de alto riesgo, incluyendo las criptomonedas.
Los antecedentes son elocuentes: durante 2023, varios bancos regionales que servían a empresas cripto quebraron o restringieron abruptamente sus servicios, dejando a compañías legítimas en el limbo. Las cifras hablan por sí solas: al menos 30 fundadores de empresas cripto han sido víctimas de debanking bajo la actual administración, según datos de asociaciones del sector.
Esta estrategia sofocante recuerda a la Operación Chokepoint original, diseñada para dificultar el acceso bancario a negocios legales pero políticamente inconvenientes.
Lummis, Trump y la FDIC: La Batalla Política Detrás del Debanking
La respuesta política no se ha hecho esperar. La senadora Cynthia Lummis, reconocida defensora de la innovación financiera, declaró en X: «Es hora de enterrar la Operación Chokepoint 2.0 para hacer de EE.UU. la capital digital del mundo».
Lummis no se limitó a las palabras: en enero de 2025, envió una carta formal a la FDIC exigiendo explicaciones sobre la presunta destrucción de documentos relacionados con esta operación. Paralelamente, el expresidente Donald Trump firmó en agosto de 2025 una orden ejecutiva para proteger a las empresas financieras legítimas del debanking arbitrario.
Desde la perspectiva empresarial, Caitlin Long, directora ejecutiva de Custodia Bank, ha sido particularmente clara: predice que esta práctica persistirá al menos hasta enero de 2026, generando costos operativos devastadores y obligando a muchas empresas a reconsiderar su presencia en Estados Unidos.
El mensaje es inequívoco: mientras persista esta incertidumbre, el talento y la inversión migrarán a jurisdicciones más acogedoras.
Bancos Tradicionales vs. Cripto: ¿Quién Financia Actividades Ilícitas?
La ironía resulta palpable cuando los mismos bancos que acusan a las criptomonedas de facilitar actividades ilícitas acumulan historiales vergonzosos en este ámbito.
Según datos de Better Markets y Financial Times, los bancos estadounidenses han pagado más de $200 mil millones en multas durante las últimas dos décadas por violaciones que incluyen lavado de dinero y financiamiento de actividades criminales.
Solo Bank of America acumula $82.9 mil millones en sanciones, mientras JPMorgan Chase ronda los $40 mil millones. Estas cifras exponen una regulación asimétrica: se aplica un escrutinio desproporcionado a una industria emergente mientras se toleran fallas sistémicas en el establishment financiero tradicional.
¿Hacia Dónde Va la Industria Cripto en EE.UU.? Escenarios para 2026
El debanking sistemático tiene consecuencias tangibles: frena la innovación, reduce la competitividad global de Estados Unidos y envía señales contradictorias sobre el compromiso del país con la libertad económica.
Ante este panorama, emergen posibles soluciones. Las cuentas de pago «skinny» de la Reserva Federal, que permitirían a fintechs y empresas cripto acceder directamente al sistema de pagos interbancarios, podrían reducir la dependencia de intermediarios hostiles. Además, los cambios en los nombramientos clave de la Fed durante 2026 podrían reorientar la política regulatoria.
Expertos del sector coinciden en que la evolución de Chokepoint 2.0 dependerá de la presión pública y del resultado de las próximas elecciones. Mientras tanto, empresas como Strike se ven forzadas a buscar alternativas costosas, como banking offshore o soluciones descentralizadas, que aunque técnicas, representan un voto de desconfianza hacia el sistema financiero estadounidense.
Conclusión
El caso de Jack Mallers y Strike no es un incidente aislado; es el síntoma de un problema estructural que requiere atención inmediata. La falta de claridad regulatoria y las prácticas arbitrarias de debanking están erosionando la ventaja competitiva de Estados Unidos en la revolución financiera digital.
Como bien advirtió la senadora Lummis, o el país entierra definitivamente la Operación Chokepoint 2.0, o se resigna a ver cómo el futuro del dinero se escribe en otras latitudes. La batalla por la soberanía financiera del siglo XXI está en juego, y cada cuenta cerrada es una oportunidad perdida.














