Reelección Indefinida en El Salvador: Bukele, ¿Presidencia Vitalicia? Claves y Controversias
Una decisión que sus defensores califican de «democrática» y sus críticos como «la muerte de la democracia»: así vive El Salvador su mayor cambio político en décadas. En un continente marcado por el rechazo histórico a la reelección tras épocas dictatoriales, la Asamblea Legislativa salvadoreña aprobó en 2025 (con 57 votos a favor y 3 en contra) un paquete de reformas constitucionales que permite la reelección presidencial indefinida. Este giro redefine radicalmente las reglas del juego político.
Los 4 Cambios Constitucionales que Redefinen el Poder en El Salvador
El núcleo de la reforma son cuatro modificaciones trascendentales:
1. Reelección sin límites: Elimina toda restricción a la repostulación presidencial consecutiva.
2. Mandatos más largos: Extiende el período presidencial de 5 a 6 años.
3. Fin de la segunda vuelta: Suprime el balotaje, declarando ganador al candidato con más votos en primera ronda.
4. Alineación electoral 2027: Propone acortar el mandato vigente de Nayib Bukele, originalmente hasta 2029, para celebrar elecciones en 2027 bajo las nuevas reglas.
La justificación económica es clara: según la diputada oficialista Suecy Figueroa, evitar una segunda vuelta ahorraría al Estado $50 millones por elección, fondos que se redirigirían a hospitales y escuelas.
¿Democracia o Autoritarismo? El Debate que Divide a El Salvador
La polarización es absoluta. Desde el oficialismo, la vicepresidenta de la Asamblea, Suecy Callejas, proclama que «el poder vuelve al pueblo», argumentando que los ciudadanos deben tener libertad para reelegir a sus líderes sin trabas.
La oposición, con la diputada de ARENA Marcela Villatoro a la cabeza, responde con una advertencia sombría: «Aquí murió la democracia». Señalan el peligro de una concentración extrema de poder, el debilitamiento de las instituciones de control y el nepotismo. El fantasma de experiencias regionales como Venezuela y Nicaragua, donde reelecciones indefinidas derivaron en autoritarismos consolidados, planea sobre el debate.
El Enigma Bukele: ¿Líder Popular o Autoritario en Ciernes?
Bukele llega a este punto con un respaldo ciudadano excepcional. Una encuesta de la Universidad de El Salvador (UES) en 2025 le otorga un 78% de aprobación en su segundo mandato. El estudio Iudop-UCA lo califica con 8.15/10.
Sin embargo, esta popularidad contrasta con crecientes señales de alarma. Organismos de derechos humanos y gobiernos aliados expresan preocupación por eventos como el encarcelamiento de abogados críticos en junio de 2025, visto como represión a la disidencia.
Bitcoin: La Otra Cara de la Política Económica de Bukele
Mientras se centraliza el poder político, la apuesta por Bitcoin revela contradicciones. En diciembre de 2024, El Salvador incumplió un acuerdo clave con el FMI tras recibir un préstamo de $1,400 millones, al reiniciar las compras diarias de 1 Bitcoin a través de su Bitcoin Office.
Para 2025, las reservas estatales alcanzan los 6,255.18 BTC. Iniciativas como el memorándum con Bolivia para impulsar infraestructura cripto buscan proyectar innovación. Pero la pregunta persiste: ¿Es Bitcoin una estrategia de desarrollo legítima o una cortina de humo frente a las tensiones políticas?
Escenarios Futuros: De la Estabilidad al Autoritarismo
El camino inmediato apunta a las elecciones de 2027, donde Bukele podría buscar un tercer mandato bajo las nuevas reglas. A largo plazo, expertos citando a Freedom House advierten sobre la erosión democrática sistemática, con riesgos como la pérdida de pesos y contrapesos.
Esto podría desencadenar sanciones o congelamiento de la cooperación de EE.UU. y la UE. La estabilidad económica, ligada en parte a la volatilidad de Bitcoin, es otra incógnita crucial si aumentan las presiones internacionales.
Conclusión: El Salvador, Laboratorio Político Regional
El Salvador encarna una paradoja política en 2025: un líder con apoyo popular masivo que impulsa cambios denunciados como autoritarios a nivel global. Las reformas constitucionales, la sombra de la represión y la apuesta por Bitcoin crean un panorama complejo.
Mientras Bukele consolida su proyecto, El Salvador se convierte en un laboratorio político: un experimento que podría redefinir no solo su futuro, sino el de la democracia en la región. El mundo observa.