Reserva Estratégica de Bitcoin: EE.UU. Podría Usar Superávit Arancelario de 2025 para Adquisiciones

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Reserva Estratégica de Bitcoin: EE.UU. Podría Usar Superávit Arancelario de 2025 para Adquisiciones

Bitcoin y la estrategia de reserva federal: Un nuevo horizonte monetario

La creación de una reserva estratégica de Bitcoin por orden ejecutiva marcó un punto de inflexión en la política monetaria estadounidense. Un requisito fundamental limita su expansión: las nuevas adquisiciones deben ser neutrales al presupuesto, evitando incrementar el déficit fiscal. Ante este desafío, surge una oportunidad inesperada. Un superávit arancelario proyectado de $70 mil millones en 2025 podría financiar nuevas compras de Bitcoin sin afectar el erario público, transformando un excedente en activo estratégico.

Propuesta de Adam Livingston: Mecanismos y seguridad

Adam Livingston, autor de *»The Bitcoin Age and The Great Harvest»*, plantea una solución técnica: utilizar porciones mensuales del superávit arancelario para adquisiciones programadas. Su modelo prioriza la seguridad mediante almacenamiento en cold storage con multi-firmas geodistribuidas, eliminando riesgos de staking, préstamos o rehipotecación. La transparencia se garantizaría con auditorías mediante proof of reserves (prueba de reservas). Livingston argumenta: «Tenemos $70 mil millones en superávit buscando un caso de uso productivo». Esta estrategia convertiría recursos ociosos en pilar de soberanía financiera.

Superávit arancelario 2025: $136 mil millones disponibles

Datos del Departamento del Tesoro revelan la magnitud de la oportunidad. Hasta julio de 2025, la recaudación arancelaria alcanza $136 mil millones, duplicando el ritmo de 2024. De este total, $70 mil millones constituyen excedente no asignado a Medicare, deuda o programas sociales. Estos fondos coinciden con la restricción presupuestaria de la orden ejecutiva sobre Bitcoin. Representan un recurso líquido, disponible para aplicación estratégica inmediata.

Tensión en el Tesoro: Posiciones contradictorias

El camino presenta obstáculos políticos. Scott Bessent, Secretario del Tesoro, declaró inicialmente a Fox Business: «No compraremos nuevo BTC; usaremos activos confiscados». Horas después, rectificó: «Exploramos vías neutrales al presupuesto». Esta oscilación refleja tensiones internas. ¿Prevalecerá la cautela inicial o la visión de aprovechar herramientas fiscales? El superávit arancelario emerge como solución viable para conciliar posturas y cumplir el mandato presidencial sin impactar las cuentas públicas.

Alternativas de adquisición: Ventajas comparativas

Otras opciones «neutrales al presupuesto» existen, pero con complejidades:

• La revalorización del oro en reservas federales, contabilizado históricamente a $42.22/onza frente a su valor real (~$3,335/onza), liberaría capital teórico
• La venta de petróleo del Strategic Petroleum Reserve (SPR) generaría ingresos

Comparadas con el superávit arancelario, estas alternativas implican burocracia, volatilidad en mercados de commodities o cambios contables profundos. El superávit ofrece liquidez inmediata sin deshacer activos existentes, siendo la vía más ágil.

Urgencia geopolítica: La carrera global por Bitcoin

El contexto trasciende lo fiscal. Como advirtió Samson Mow, existe riesgo real de que «otras naciones adelanten a EE.UU. en acumulación de BTC». Bitcoin se consolida como activo estratégico fundamental para diversificación frente a sanciones y preservación de valor. Casos como El Salvador (apuesta pionera) o China (exploración de alternativas digitales) ejercen presión competitiva. En este escenario, fortalecer reservas no es lujo, sino necesidad estratégica. El análisis confirma que el superávit arancelario es la opción más rápida y menos burocrática para mantener liderazgo.

Conclusión: Oportunidad histórica

El superávit arancelario de 2025 representa una herramienta excepcional para ampliar la reserva de Bitcoin sin costo fiscal, cumpliendo el mandato de neutralidad presupuestaria. La propuesta de Livingston, con seguridad de cold storage geodistribuido y transparencia vía proof of reserves, ofrece un marco creíble. Frente a alternativas complejas o dudas del Tesoro, esta vía aprovecha recursos infrautilizados con eficiencia. En la carrera global por Bitcoin, EE.UU. tiene $70 mil millones de razones para actuar. Desaprovechar esta ventana sería un error estratégico de proporciones históricas.

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