Ripple a $40B: Cómo su Pivot Estratégico Conquistó a Wall Street con una Ronda de $500 Millones
Hace apenas unos años, la narrativa dominante sobre Ripple estaba ligada a los tribunales. Una batalla legal larga y pública con la Comisión de Bolsa y Valores de EE.UU. (SEC) parecía definir su destino, ensombreciendo su tecnología y generando incertidumbre para inversores y socios. Hoy, en 2025, el panorama no podría ser más diferente.
En noviembre de 2024, Ripple cerró una monumental ronda de financiación de $500 millones que valoró la empresa en $40,000 millones, un respaldo masivo liderado por algunos de los nombres más prestigiosos de Wall Street. Este giro radical no es una casualidad del mercado. Es la validación explícita de un cambio estratégico meticulosamente ejecutado, donde Ripple ha trascendido su identidad original para construir una infraestructura financiera integral para instituciones.
Este artículo analiza los números, la estrategia y los términos únicos detrás de este hito, que marca un punto de inflexión decisivo para la compañía.
Una Ronda que Redefine la Valuación en el Sector Cripto
Los datos hablan por sí solos y establecen un nuevo estándar. La ronda de capital de $500 millones cerrada a finales de 2024 catapultó la valuación de Ripple a los $40,000 millones, situándola entre las empresas privadas más valiosas a nivel global.
Lo que hace a esta operación aún más significativa es el perfil de sus participantes. No se trata solo de fondos de capital de riesgo enfocados en cripto, sino de pesos pesados del sistema financiero tradicional. Gigantes como Citadel Securities y Fortress Investment Group, junto con fondos vinculados a Galaxy Digital, Pantera Capital y Brevan Howard, lideraron la inyección de capital.
Este respaldo institucional de primer nivel es particularmente destacable en el contexto de 2025, un año en el que la financiación venture para el sector cripto se ha vuelto más selectiva y disciplinada. La ronda no solo inyecta liquidez; es un sello de aprobación desde el corazón de las finanzas globales.
De los Tribunales a un Stack Financiero Integral
Para entender este respaldo, debemos examinar la transformación fundamental de la empresa. El litigio con la SEC, cuyos ecos aún persisten, actuó como un catalizador forzoso. Ripple comprendió que no podía definir su futuro únicamente alrededor de XRP y los pagos transfronterizos. Así nació un pivot estratégico ambicioso: evolucionar de una empresa de pagos a un proveedor de un stack financiero completo para instituciones.
Esta nueva visión se materializa en productos y adquisiciones concretas:
Ripple USD (RLUSD) y Adquisiciones Clave
Por un lado, está Ripple USD (RLUSD), su incursión en el competitivo mercado de los stablecoins, que ya en 2025 ha superado una capitalización de mercado de $1,000 millones, según datos de CoinMarketCap.
Por otro, están las adquisiciones clave que han redefinido sus capacidades. La compra de Hidden Road (ahora Ripple Prime) en abril y de GTreasury, por un total combinado de aproximadamente $2.25 mil millones, no fueron meras compras de empresas. Fueron la adquisición de piezas fundamentales: prime brokerage y sofisticados servicios de tesorería, respectivamente.
El objetivo final es claro: ofrecer una suite integrada de custodia, gestión de tesorería, prime brokerage y stablecoins que facilite y agilice la entrada de instituciones tradicionales al mundo de los activos digitales.
Un Acuerdo con Red de Seguridad: Protecciones y Retornos Garantizados
Sin embargo, la visión por sí sola rara vez convence por completo a los inversores institucionales más exigentes. El ingrediente secreto que selló este acuerdo, según reportes de Bloomberg, fue la estructura financiera única ofrecida por Ripple, diseñada para mitigar el riesgo y garantizar retornos atractivos.
El mecanismo es sofisticado y revelador. A los fondos se les otorgó una opción de venta (put option), que les permite vender sus acciones de vuelta a Ripple después de 3 o 4 años con un retorno anualizado garantizado de aproximadamente el 10%. Esta opción, una especie de red de seguridad, caduca si Ripple realiza una Oferta Pública Inicial (IPO) en ese período.
Por otro lado, Ripple se reservó una opción de recompra (call option), que le permite readquirir las acciones en el mismo plazo, ofreciendo a los inversores un retorno anualizado mucho más alto, del orden del 25%.
Estos términos, poco comunes en rondas de esta magnitud, demuestran una confianza extraordinaria por parte de Ripple en su propio flujo de caja y crecimiento futuro, al tiempo que ofrecen a Wall Street una protección a la baja que hizo la apuesta mucho más atractiva.
La Sombra Alargada de XRP en una Estrategia Diversificada
Aquí surge una paradoja intrigante que pone de relieve la compleja identidad de la empresa. A pesar de esta expansión estratégica hacia un ecosistema diversificado de servicios financieros, para algunos de los inversores institucionales, la tesis de inversión sigue estando profundamente ligada al activo que inició todo: XRP.
Reportes de Bloomberg indican que dos de los fondos participantes calcularon que aproximadamente el 90% del valor neto de los activos (NAV) de Ripple aún está vinculado a sus tenencias de XRP.
Este cálculo contrasta marcadamente con la narrativa oficial de la compañía, que enfatiza que no controla el token XRP y que este opera como un activo digital independiente en un mercado abierto. La paradoja es clara: ¿Han invertido los titanes de Wall Street en la visión de una infraestructura financiera integral o, en el fondo, siguen apostando principalmente por la apreciación futura de XRP?
Esta percepción plantea un desafío narrativo para Ripple, cuya tarea en los próximos años será demostrar, con los resultados de sus nuevos negocios, que el valor de la empresa puede desacoplarse sustancialmente del precio de su activo fundacional.
¿Hacia una OPA o un Futuro como Gigante Privado?
En resumen, Ripple ha ejecutado una maniobra corporativa notable. Logró navegar un litigio regulatorio monumental, pivotar su estrategia hacia un modelo más amplio y diversificado, y asegurar una ronda de financiación masiva de actores tradicionales bajo términos excepcionalmente favorables. Esto redefine por completo su posición en el ecosistema.
¿Y ahora qué? El futuro inmediato, al menos hasta 2027 o 2028, parece trazar un camino claro como una empresa privada de gran escala. La compañía ha rechazado públicamente planes de OPA a corto plazo, y la misma estructura de la ronda reciente—que penaliza una salida a bolsa prematura—refuerza esa intención.
El rumbo para 2025 está fijado en la integración operativa de sus adquisiciones, el crecimiento agresivo de Ripple Prime y RLUSD, y la consolidación de su propuesta como el proveedor de infraestructura digital preferido por las instituciones.
Reflexión Final: ¿Un Nuevo Paradigma?
La reflexión final que deja este caso es más amplia: ¿Está Ripple definiendo un nuevo paradigma para las empresas de cripto que aspiran a escalar en el mundo financiero tradicional? Un modelo que combina una valuación estratosférica en mercados privados, un enfoque B2B en servicios de infraestructura regulada y una dependencia estratégica, aunque públicamente matizada, de un activo digital nativo.
Solo el tiempo lo dirá, pero lo que es indudable es que, por ahora, Ripple ha conseguido que Wall Street no solo mire, sino que también apueste una suma colosal por su futuro.














