Taiwán acusa a 14 sospechosos en el mayor esquema de lavado de dinero con criptomonedas: incautan 72 millones de dólares
La Fiscalía de Taiwán ha imputado a 14 personas por lo que califica como el mayor caso de lavado de activos con criptomonedas en la historia del país. Las cifras del caso son abrumadoras: 72 millones de dólares estadounidenses incautados, equivalentes a unos 2.300 millones de nuevos dólares taiwaneses (NTD), y un saldo de más de 1.500 víctimas defraudadas.
Los acusados, presuntamente liderados por un individuo de apellido Shi, operaban una red sofisticada que ha conmocionado a la isla. La investigación revela los intrincados detalles de una operación que combinaba una fachada de legitimidad con la tecnología blockchain para defraudar a inversores.
La artimaña de las franquicias falsas y cajeros de efectivo
El modus operandi del grupo, activo desde 2024, se basó en crear una ilusión de legitimidad corporativa. Bajo las marcas «CoinW» y «CoinThink Technology Co., Ltd.», los estafadores establecieron una red de 40 tiendas físicas por todo Taiwán. Este despliegue de presencia física tenía un objetivo claro: ganar la confianza de inversores desprevenidos.
El esquema de fraude era doble. Por un lado, ofrecían franquicias de su operación, cobrando sumas sustanciales de dinero a quienes creyeron estar invirtiendo en un negocio legítimo. Por otro, colocaron máquinas depositarias para recolectar efectivo directamente del público.
El anzuelo más efectivo fue hacerse pasar por la única empresa autorizada por la Comisión de Supervisión Financiera (FSC) de Taiwán, una credencial completamente falsa que utilizaron como principal argumento de venta para engatusar a sus víctimas.
De el efectivo a USDT: el circuito del lavado de activos
Una vez el dinero en efectivo era recolectado, comenzaba la segunda fase de la operación: el lavado de activos. La fiscalía del Distrito de Shilin ha detallado un meticuloso diagrama de flujo que explica el proceso.
Primero, el efectivo en NTD proveniente de las víctimas era convertido a moneda extranjera. Estos fondos eran luego transferidos al extranjero para, finalmente, ser utilizados en la compra de USDT (Tether), una criptomoneda estable, a través del exchange taiwanés BiXiang Technology.
La elección de una stablecoin como USDT no es casual. Los delincuentes buscaban la estabilidad de precio para preservar el valor de su botín y la facilidad de transferencia transfronteriza que ofrece la tecnología blockchain, creyendo erróneamente que esto les proporcionaría anonimato.
La respuesta de la justicia: imputaciones y confiscación de activos
Frente a esta trama, la respuesta legal ha sido contundente. La fiscalía ha presentado acusaciones formales por fraude, lavado de dinero y crimen organizado. Como parte de la acción judicial, se ha solicitado la confiscación de un botín de dimensiones históricas, que incluye:
- 1.275 mil millones de NTD (unos $39.8 millones de dólares) obtenidos de manera fraudulenta.
- 640,000 USDT en wallets digitales.
- Cantidades no divulgadas de Bitcoin (BTC) y Tron (TRX).
- $1.8 millones en efectivo.
- 2 automóviles de lujo.
- Depósitos bancarios por valor de $3.13 millones.
La investigación, que comenzó en abril de 2025 con el arresto de los 14 implicados, podría tener una sentencia ejemplarizante. El presunto líder, Shi Qiren, quien no se ha declarado culpable, se enfrenta a una posible condena de hasta 25 años de prisión.
Un caso en un contexto global de cripto-delincuencia
La ironía de este caso no pasa desapercibida. En un giro del destino, los mismos estafadores también fueron víctimas de otro fraude. Un individuo de apellido Gu les cobró la suma de $93,000 dólares por una falsa «licencia anti-lavado de dinero (AML)», demostrando la desconfianza y el vacío regulatorio que intentaban explotar.
Este caso no es aislado. Se enmarca en una tendencia global de delincuencia financiera facilitada por criptoactivos, como el reciente caso de un ciudadano ruso acusado en julio de 2025 de lavar $530 millones utilizando USDT.
La lección para los usuarios es clara y urgente: es imperativo verificar siempre la licencia de cualquier plataforma de criptomonedas directamente con los organismos reguladores oficiales, como la FSC en Taiwán. La rentabilidad prometida nunca debe opacar la debida diligencia.
Conclusión
El caso «CoinW» marca un precedente histórico en la jurisprudencia de Taiwán y refuerza un mensaje contundente para la región de Asia-Pacífico: las autoridades se están volviendo cada vez más eficaces en el rastreo y la persecución de los delitos financieros complejos, incluso aquellos que utilizan tecnología sofisticada para ocultarse.
Este monumental esfuerzo de la Fiscalía del Distrito de Shilin no solo busca hacer justicia para las más de 1.500 víctimas, sino también establecer un precedente sobre la imperiosa necesidad de encontrar un equilibrio sostenible entre la innovación que traen las criptomonedas y el marco regulatorio esencial para proteger a los inversores.