Trump Considera Orden Ejecutiva para Frenar el ‘Debanking’ de Empresas de Criptomonedas: ¿Fin a ‘Operación Chokepoint 2.0’?
Introducción
El acceso a servicios bancarios se ha convertido en un campo de batalla político en Estados Unidos, especialmente para industrias como las criptomonedas, las armas y los combustibles fósiles. Recientemente, The Wall Street Journal reveló que Donald Trump estaría evaluando una orden ejecutiva para proteger a estas empresas del debanking, una práctica mediante la cual los bancos cierran cuentas o rechazan servicios por motivos regulatorios o ideológicos.
Esta medida, que podría anunciarse en las próximas semanas, busca frenar lo que muchos en la industria cripto llaman «Operación Chokepoint 2.0»: una supuesta campaña coordinada para asfixiar financieramente a sectores considerados políticamente inconvenientes.
¿Qué es el ‘Debanking’ y por qué Afecta a las Criptoempresas?
El debanking ocurre cuando instituciones financieras niegan o cancelan servicios a clientes basándose en criterios que van más allá del riesgo crediticio. En el caso de las criptomonedas, esta práctica se ha intensificado desde 2023, con el cierre de bancos clave para el ecosistema, como Silvergate, Signature Bank y Silicon Valley Bank.
Según testimonios recogidos por medios especializados, al menos 30 fundadores de startups tecnológicas y cripto han enfrentado dificultades para abrir cuentas bancarias en EE.UU., incluso cuando cumplen con todos los requisitos legales. Para muchos, esto refleja una discriminación sistémica impulsada por presiones regulatorias.
La Posible Orden Ejecutiva de Trump
De acuerdo con The Wall Street Journal, Trump ha mantenido reuniones con ejecutivos de grandes bancos, como JPMorgan y Wells Fargo, para discutir cómo evitar que las instituciones financieras discriminen a industrias específicas. La orden ejecutiva en preparación buscaría garantizar que las empresas —incluyendo las de criptomonedas— tengan acceso equitativo a servicios bancarios.
El expresidente ya había adelantado su postura durante el White House Crypto Summit en marzo de 2024, prometiendo «poner fin a la Operación Chokepoint 2.0» si gana las elecciones. Curiosamente, incluso figuras críticas de las cripto como la senadora Elizabeth Warren han expresado preocupación por el debanking, afirmando que «la gente no debería ser arbitrariamente excluida de servicios bancarios».
Operación Chokepoint 2.0: ¿Persecución Coordinada Contra las Cripto?
El término «Operación Chokepoint 2.0» fue acuñado por el inversionista Nic Carter tras el colapso de varios bancos crypto-friendly en 2023. Hace referencia a una supuesta estrategia gubernamental para estrangular financieramente industrias controvertidas, similar a la «Operación Chokepoint» original de la era Obama, que apuntaba a negocios como casinos y vendedores de armas.
La renuncia del presidente de la FDIC, Martin Gruenberg, en medio de acusaciones de prácticas abusivas, añadió leña al fuego. Mientras tanto, líderes de la industria como Caitlin Long, CEO de Custodia Bank, advierten que el debanking podría extenderse hasta 2026, especialmente debido a tensiones entre agencias como la Fed y la OCC.
Implicaciones para el Mercado Cripto
Si Trump firma esta orden ejecutiva, podría significar un alivio regulatorio para exchanges, startups y mineros de criptomonedas que hoy dependen de un puñado de bancos dispuestos a trabajar con ellos. Sin embargo, queda la duda de si los grandes bancos cambiarán realmente sus políticas o buscarán alternativas para seguir excluyendo a ciertos clientes.
Además, el impacto político es innegable: con las elecciones de 2024 en marcha, Trump busca consolidarse como el candidato pro-cripto, en contraste con la administración Biden, que ha mantenido una postura más dura frente al sector.
Conclusión
La posible orden ejecutiva de Trump contra el debanking marca un nuevo capítulo en la lucha por la inclusión financiera de las criptomonedas en EE.UU. Aunque la medida podría ofrecer un respiro temporal, la pregunta clave es si será suficiente para detener lo que muchos ven como una campaña sistemática contra la industria.
Mientras los reguladores y los bancos ajustan sus estrategias, una cosa es clara: el debate sobre la libertad financiera y el poder de las instituciones centralizadas está lejos de terminar.
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