Uganda y Kenia 2025: El Auge de las CBDC y la Regulación Cripto en África Oriental
El año 2025 está marcando un punto de inflexión en la evolución financiera de África Oriental. En cuestión de semanas, dos noticias han captado la atención global: Uganda ha lanzado oficialmente la fase piloto de su Moneda Digital del Banco Central (CBDC), mientras que Kenia ha dado un paso decisivo con la aprobación parlamentaria de su pionera ley de criptoactivos. Estos movimientos, más que hechos aislados, representan una apuesta estratégica y coordinada por la transformación digital de sus economías.
Lejos de ser una simple experimentación, 2025 se consolida como el año en que la región abraza formalmente el potencial de los activos digitales, sentando las bases para un ecosistema financiero más inclusivo, eficiente y regulado.
El Piloto de la CBDC de Uganda: Detalles Técnicos y Objetivos
El Banco de Uganda ha puesto en marcha un ambicioso piloto para una versión digital del Chelín Ugandés. Esta CBDC no es una criptomoneda descentralizada; opera en una infraestructura de blockchain privada o «permissioned», desarrollada por Global Settlement Network (GSN).
Un aspecto fundamental que diferencia a este proyecto es su respaldo: la moneda digital está directamente avalada por Bonos del Tesoro de Uganda, lo que inyecta un nivel de estabilidad y confianza esencial para su adopción masiva. Está diseñada para ser utilizada de forma sencilla a través de un smartphone.
Sin embargo, la CBDC es solo una pieza dentro de un marco de tokenización mucho más amplio. La alianza estratégica entre Global Settlement Network (GSN) y Diacente Group tiene como objetivo tokenizar $5,500 millones de activos del mundo real.
Sectores clave como la agroindustria, la minería y la energía solar verán cómo sus activos físicos—desde centros de procesamiento agroindustrial hasta plantas solares—se representan digitalmente en la blockchain, facilitando su financiación y comercio. Todo este ecosistema se construye sobre una base de cumplimiento normativo robusta, adhiriéndose a los estándares internacionales de Conozca a Su Cliente (KYC) y Anti-Lavado de Dinero (AML).
La visión detrás de este esfuerzo conjunto la resume Edgar Agaba, presidente de Diacente Group: «Al integrar la tokenización y las CBDC en la hoja de ruta de desarrollo de Uganda, estamos creando ecosistemas transparentes e impulsados por la tecnología que atraen nuevo capital, empoderan a las industrias locales y escalan el crecimiento sostenible desde la base».
Kenia y el Marco Legal para los Criptoactivos
Mientras Uganda avanza con su dinero digital soberano, Kenia está sentando las bases legales para el ecosistema de criptoactivos privado. El Proyecto de Ley de Proveedores de Servicios de Activos Virtuales (VASP) ha sido aprobado por el parlamento keniano y, a fecha de 2025, se encuentra a la espera de la firma del Presidente William Ruto para convertirse en ley. Este marco legal es uno de los más completos del continente.
La ley VASP establece un régimen de licencias para casas de cambio (exchanges), brókers, operadores de carteras digitales y emisores de tokens. Su principal objetivo es proporcionar seguridad jurídica y medidas de protección al consumidor, un aspecto crucial en un mercado que hasta ahora operaba en un vacío regulatorio.
La supervisión será compartida: el Banco Central de Kenia se encargará de las funciones de pago y custodia, mientras que la Autoridad de Mercados de Capital regulará las actividades de inversión y trading.
Este enfoque en la transparencia y el cumplimiento es evidente. La legislación incorpora disposiciones de KYC/AML alineadas con las directrices del Grupo de Acción Financiera Internacional (GAFI), y establece sanciones claras y multas para combatir la publicidad engañosa y las prácticas fraudulentas.
Contexto Regional: El Auge Cripto en África Subsahariana
Los avances de Uganda y Kenia no son fenómenos aislados, sino la expresión de una tendencia continental imparable. Según un informe de Chainalysis de septiembre de 2024, África Subsahariana es la tercera región de más rápido crecimiento en adopción de cripto a nivel mundial. Entre julio de 2024 y junio de 2025, la región recibió la asombrosa cifra de $205,000 millones en valor on-chain.
En el panorama específico de las CBDC, Nigeria fue el pionero con el eNaira en 2021. Otros países como Ghana y Sudáfrica han iniciado sus propios pilotos, mientras que Kenia y Ruanda se encuentran en fases avanzadas de investigación. Egipto, por su parte, tiene un objetivo de lanzamiento para 2030. En este contexto, Uganda pasa de la teoría a la práctica, colocándose a la vanguardia con su piloto activo.
Las proyecciones de mercado refuerzan este optimismo. Statista estima que para 2026 habrá más de 75 millones de usuarios de cripto en África, con una tasa de penetración del 5.90%. Se prevé que los ingresos totales del sector alcancen los $5,100 millones en ese mismo año.
Un dato clave que explica este crecimiento es el dominio de las stablecoins, que según Chainalysis (octubre de 2024) representan aproximadamente el 43% del volumen total de transacciones en la región. La clasificación de adopción está liderada por Nigeria, Sudáfrica, Ghana, Kenia y Zambia, mientras que Uganda ocupa un prometedor 7º puesto.
Análisis: ¿Qué Significa Todo Esto para el Futuro?
Las implicaciones de estos desarrollos son profundas. Para Uganda, la combinación de una CBDC estable y la tokenización de activos reales puede ser un catalizador para la inclusión financiera, permitiendo a poblaciones no bancarizadas acceder a servicios financieros formales. Además, moderniza sectores económicos clave y atrae inversión extranjera mediante ecosistemas transparentes y eficientes.
Para Kenia, la claridad regulatoria supone un antes y un después. Al sacar a las operaciones con criptoactivos de la informalidad, no solo se protege a los inversores, sino que se envía una señal clara al mundo: Kenia está abierta a la innovación financiera responsable. Esto puede convertir a Nairobi en un hub tecnológico para startups blockchain.
En conjunto, el enfoque dual de Uganda (innovación desde el Estado) y Kenia (marco para la iniciativa privada) tiene el potencial de crear un corredor de innovación financiera en África Oriental. Este modelo, que combina la seguridad de lo oficial con la agilidad de lo privado, podría servir de ejemplo para otras naciones del continente que observan con atención el desarrollo de estos dos gigantes económicos.
Conclusión
Los movimientos de Uganda y Kenia en 2025 son hitos que trascienden el ámbito financiero. Simbolizan la maduración de un ecosistema digital que pasa de la experimentación a la implementación de proyectos estructurados y marcos legales sólidos.
La región de África Oriental no solo está adoptando una tecnología; está construyendo activamente la infraestructura para un futuro económico más integrado, transparente y lleno de oportunidades. La revolución digital africana ya no es una promesa, es una realidad que se está codificando, línea a línea, en las blockchains y leyes de sus naciones más dinámicas.