Uzbekistán aprueba las stablecoins como método de pago oficial en 2026
En los últimos años, las economías emergentes han comenzado a explorar activamente el potencial de las criptomonedas para modernizar sus sistemas financieros. En este contexto, Uzbekistán acaba de dar un paso histórico al convertirse en uno de los primeros países de Asia Central en regular las stablecoins como método de pago formal. La ley, firmada el 27 de noviembre de 2025 y que entrará en vigor el 1 de enero de 2026, marca un punto de inflexión para la región.
¿En qué consiste el marco regulatorio de Uzbekistán?
El núcleo de esta nueva legislación es la creación de un sandbox regulatorio supervisado por la Agencia Nacional de Proyectos Perspectivos en coordinación con el banco central. Este espacio de pruebas tiene un objetivo claro: desarrollar un sistema de pagos robusto basado en stablecoins utilizando tecnología de ledger distribuido (DLT).
Dentro de este marco, se llevarán a cabo proyectos piloto para evaluar la viabilidad técnica y operativa del sistema. Paralelamente, la normativa permitirá la tokenización de activos tradicionales, facilitando que entidades uzbekas emitan acciones y bonos tokenizados. Para este fin, se creará una plataforma de trading específica dentro de bolsas debidamente licenciadas.
Postura del banco central y antecedentes regulatorios
Las declaraciones de Timur Ishmetov, presidente del banco central uzbeko, reflejan un enfoque cauteloso: «Las criptoactividades deben realizarse bajo control estricto, pues impactarán la política monetaria». Esta postura no es sorprendente si consideramos los estudios sobre monedas digitales que el país inició en septiembre de 2025, y el aumento significativo de las tasas mensuales para exchanges implementado en marzo de 2024, que alcanzaron los $20,015.
CBDC vs stablecoins: ¿Complemento o competencia?
Un aspecto particularmente interesante es la coexistencia planeada entre stablecoins y la moneda digital del banco central (CBDC). Mientras las stablecoins se destinarán a pagos generales, la CBDC uzbeka tendrá un uso limitado a liquidaciones interbancarias. Este diseño sugiere una visión complementaria más que competitiva, donde las stablecoins atienden al público general y la CBDC optimiza la infraestructura financiera entre instituciones.
La carrera digital de Asia Central
Uzbekistán no actúa en el vacío. La región vive una auténtica revolución digital financiera:
Kazajistán: Liderazgo regional en CBDC
Kazajistán lidera la región con pilotos avanzados de CBDC y una stablecoin estatal, además de colaborar con Binance para reservas en cripto. En 2025, desmanteló 130 plataformas ilegales, demostrando su enfoque regulatorio integral.
Kirguistán: Stablecoin nacional y reservas digitales
Kirguistán ha desarrollado una stablecoin anclada al som kirguís (1:1) y explora activamente la creación de reservas de activos digitales.
Turkmenistán: Legalización del trading de cripto
Turkmenistán se suma a la tendencia con la legalización del trading de cripto bajo control estatal programada para 2026.
¿Qué significa esta regulación para Uzbekistán y la región?
Las implicaciones de esta regulación son multifacéticas. Por un lado, representa oportunidades significativas: atracción de inversiones especializadas en blockchain, modernización del sistema financiero y posicionamiento como hub tecnológico regional.
Sin embargo, los riesgos señalados por el banco central merecen consideración. El impacto en la política monetaria y la necesidad de equilibrar innovación con control regulatorio serán desafíos constantes. Globalmente, Uzbekistán se alinea con las tendencias internacionales de regulación progresiva de criptoactivos, pero adaptadas a su contexto específico.
Conclusión: Hacia un ecosistema financiero digital integrado
Uzbekistán avanza decididamente hacia un ecosistema financiero digital integrado, donde stablecoins y tokenización jugarán roles fundamentales. El sandbox regulatorio funcionará como laboratorio crucial para evaluar impactos y ajustar estrategias antes de una implementación a mayor escala.
El éxito de esta iniciativa podría redefinir no solo el futuro financiero de Uzbekistán, sino influir en el desarrollo económico de toda Asia Central. Los próximos meses serán determinantes para observar cómo se materializa esta visión regulatoria pionera.
