Vitalik Buterin defiende la cola de unstaking de 45 días de Ethereum: ¿Diseño deliberado o limitación problemática?
El ecosistema cripto se encuentra inmerso en un nuevo debate que trasciende lo técnico para adentrarse en lo filosófico. La chispa que lo encendió fue la cola de salida de staking de Ethereum, que a principios de 2025 alcanzó un máximo histórico de 45 días, un hecho que no pasó desapercibido para los grandes actores del sector. En el centro de la polémica se encuentran Vitalik Buterin, el cofundador de Ethereum, y Michael Marcantonio, Jefe de DeFi de Galaxy Digital, cuyos enfrentamientos en la red X han polarizado a la comunidad. La pregunta que subyace es crucial: ¿esta larga espera es un signo de seguridad y compromiso inquebrantables o un obstáculo insalvable para la adopción institucional?
La chispa que encendió el debate: Las críticas de Galaxy Digital y su posterior retirada
La polémica estalló cuando Michael Marcantonio, un ejecutivo de una de las firmas de inversión más influyentes del espacio, calificó públicamente la situación como «preocupante». En sus publicaciones, que posteriormente eliminó, cuestionó abiertamente la viabilidad de Ethereum como infraestructura financiera global. Su argumento era claro y directo: «No está claro cómo una red que tarda 45 días en devolver los activos puede servir como candidato adecuado para impulsar la próxima era de los mercados de capitales globales».
Para contextualizar su crítica, Marcantonio contrastó este plazo con el período de unstaking de aproximadamente 2 días de Solana. Sin embargo, este análisis omitió un contexto crucial: los intereses comerciales de Galaxy Digital en la blockchain de Solana, incluyendo su participación en un fondo de tesorería y la tokenización de sus acciones, lo que añade una capa de posible sesgo a sus declaraciones.
«Como desertar del ejército»: La defensa filosófica de Buterin
La respuesta de Vitalik Buterin no se hizo esperar y fue, como es habitual en él, profundamente ideológica. Lejos de disculparse o hablar de meras limitaciones técnicas, Buterin defendió el mecanismo con una poderosa analogía. Argumentó que realizar staking en Ethereum equivale a «asumir un deber solemne para defender la cadena» y, por tanto, deshacerlo (hacer unstaking) es «como un soldado que decide abandonar el ejército».
Su postura es que «La fricción para abandonar es parte del trato. Un ejército no puede mantenerse unido si cualquier porcentaje puede irse de repente en cualquier momento». Esta «fricción», según Buterin, es un diseño de seguridad deliberado que protege a la red contra salidas masivas y repentinas—una especie de ‘pánico bancario’ de validadores—que podrían desestabilizarla. Aunque reconoció que el sistema actual «no es óptimo», dejó claro que priorizar una reducción drástica del tiempo comprometería la seguridad, especialmente para los nodos menos frecuentes.
Backlash en la comunidad: ¿Galaxy Digital cruzó una línea?
La réplica de Buterin fue solo el inicio. La comunidad de Ethereum reaccionó con contundencia ante lo que muchos percibieron como un ataque infundado. Figuras prominentes del ecosistema cargaron contra Galaxy Digital y su estrategia. Jimmy Ragosa, ex Consensys, afirmó que varias empresas estaban «reconsiderando sus negocios con Galaxy» debido a la generación de FUD (miedo, incertidumbre y duda).
Por su parte, el abogado Gabriel Shapiro elevó el tono de la acusación, tildando las acciones de Marcantonio de «operaciones psicológicas (psyops) con gaslighting». Anthony Sassano, un conocido educador de Ethereum, criticó la falta de conocimiento básico del Jefe de DeFi de Galaxy y recomendó abiertamente dejar de hacer negocios con la firma. No obstante, también hubo voces en apoyo de Galaxy, como la de Mike Dudas, partidario de Solana, quien argumentó que la empresa aporta valor al ecosistema y que la comunidad de Ethereum estaba sobre-reaccionando.
Más allá de la polémica: Los números reales de Ethereum en 2025
En medio del ruido del debate, los datos fríos pintan un panorama mucho más sólido para Ethereum. A pesar de la discusión sobre la cola de salida, la red es más segura que nunca, con más de 1 millón de validadores activos y la impresionante cifra de 35.6 millones de ETH en staking, lo que representa casi el 30% de toda la oferta circulante.
Respecto al estado de las colas en 2025, los números aportan matices cruciales. Si bien la Cola de Salida (Unstaking) se mantiene alta en 2.5 millones de ETH, es fundamental contextualizar que una parte significativa de esta acumulación se debe a la retirada de fondos de Kiln Finance tras un exploit de seguridad, y no únicamente a una decisión generalizada de los holders individuales.
Paralelamente, la Cola de Entrada (Staking) sigue siendo robusta, con 512,000 ETH esperando para entrar, alcanzando un máximo de dos años, una señal inequívoca de la fuerte demanda institucional y minorista a largo plazo.
¿Dos filosofías para dos tipos de activos?
En esencia, este conflicto representa el choque de dos visiones fundamentales para el futuro de las finanzas descentralizadas. Por un lado, la postura de Ethereum, defendida con convicción por Vitalik Buterin, prioriza la estabilidad a largo plazo y la seguridad por encima de la conveniencia a corto plazo. Se trata de construir un sistema financiero antifrágil, incluso si eso implica fricciones intencionadas.
Por el otro, la crítica de Galaxy Digital refleja la perspectiva de los actores tradicionales de capitales, que buscan una liquidez inmediata y una eficiencia similar a la de los mercados tradicionales. Este debate trasciende una simple pelea en redes sociales; define la propuesta de valor fundamental de una blockchain: ser un «soldado» en un ejército descentralizado comprometido con la seguridad colectiva, o un «activo financiero» de alta liquidez optimizado para el flujo de capital. El mercado, con el tiempo, dará su veredicto final.














